Mensaje
Resistir y triunfar
Nunca te rindas. Nunca pierdas la esperanza. Tienes a un Dios que tiene todo el poder y la gloria, con su sabiduría y misericordia infinita, que está contigo. Y si él está contigo, quién contra ti.
- Rómulo Emiliani
- /
- - Publicado: 14/11/2020 - 12:00 am
Nunca te rindas. Sigue adelante cambiando cuando haya que cambiar estrategias, pero fiel a tu ideal, a tu gran sueño, a lo que Dios ha diseñado para ti. Tienes todas las cualidades necesarias, los dones y carismas que Dios te ha regalado.
No desconfíes de ti, nunca te minusvalores, jamás te desprecies, no le bajes la cabeza a nadie. Nunca te condenes a ti mismo. Llámate la atención, descubre y corrige tus defectos y no vuelvas a cometer los errores de ayer, pero jamás te des por un ser inútil y perdido.
No estás hundido, sino quizá caído, pero hay que levantarse, una y otra vez. No te canses y si te sientes exhausto, recuerda que hay un Cristo que te dijo que si estás cansado y agobiado, él te aliviará, él te sacará del fango, él te hará descansar, recuperar fuerzas, volver a empezar.
Nunca te rindas. Nunca pierdas la esperanza. Tienes a un Dios que tiene todo el poder y la gloria, con su sabiduría y misericordia infinita, que está contigo. Y si él está contigo, quién contra ti.
Vamos, a levantarse una y otra vez, a no lamentarse tanto de las heridas en la batalla, a no hacerte la víctima, sino a curarlas como se pueda, y a seguir la lucha, que aunque pierdas algunas veces, ganarás la guerra.
Sí, la ganarás. Con Cristo Jesús la ganarás. Pero no te confundas, que ganar no va a significar siempre tener más cosas o vivir como un rey, sino en conquistarte a ti mismo, esculpirte hasta convertirte en una piedra dura como el mármol, pero con un corazón muy humano y amoroso, parecido a los grandes hombres y mujeres que han existido.
Ellos no dependieron del qué dirán, ni se dejaron seducir por las tentaciones del triunfo fácil, de hacer trampas para ganar, de engañar, de traicionar. Prefirieron quedar sin nada que vender su conciencia. No se dejaron vencer por las críticas ni las burlas. Supieron escuchar consejos y correcciones, cambiar cosas con humildad, pero siguieron su camino.
Vamos, a seguir el camino, a resistir, a hacer más oración, a leer más la Biblia, a congregarte en tu comunidad para vivir el misterio de Cristo como miembro del cuerpo de Cristo, de la Iglesia. Sé fiel a tus ideales, camina con paso firme, con la mirada puesta en el cielo y con los pies en la tierra, creyente y realista, con fe profunda en el Señor.
El camino es duro, hay que subir la pendiente, alcanzar la cima, y para eso hay que moverse, esforzarse, confiar en Dios y en ti y buscar el apoyo de los que puedan ayudarte.
Ánimo, el triunfo es tuyo.
Monseñor.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.