Si Estados Unidos estornuda, ¡el mundo entero se resfría!
Érase una vez, un 11 de septiembre de 2001, un acto de terrorismo contra unos de los rascacielos que albergaba a unas 22 grandes empresas del sector bancario y de seguro, en un país que controla una gran porcentaje de la economía mundial; como una fuerte caída que sufre un joven, el cual la secuela no se ve en instantes, sino cuando envejece, pues así se ha desencadenado la famosa crisis financiera mundial.
Desde ese acto de terrorismo, la economía se estancó temporalmente en ese país y, con el fin de reanimarla, la Reserva Federal estadounidense empezó a dar préstamos a muy bajos intereses para así poder facilitar el crédito y que el dinero regresara a fluir en esta ciudad. De estos préstamos se incluye los famosos “préstamos subprime” o préstamos basura, que no son más que las hipotecas que daban los bancos a clientes con una insolvencia económica. Entonces fue allí cuando la demanda subió a un gran nivel que ocasionaba una constante inflación. Pero en el 2004, la Reserva Federal de Estados Unidos decidió subir el interés con el fin de frenar la inflación. Fue allí donde las personas que obtuvieron los préstamos subprime, no pudieron seguir pagando sus deudas. Por tanto, las entidades financieras no podían cobrar los préstamos.
Los bancos hipotecarios que cedían bonos a los bancos de inversión perdieron por ofrecer préstamos a personas sin capacidad de pagar, e igualmente hicieron crear pérdidas en los bancos que invirtieron, en su mayoría, de Europa.
¿Qué significa esto para nosotros y el resto del mundo? Estados Unidos, primer país generador del PIB, G-20; se ha declarado en recesión financiera para establecerse económicamente, lo que indica pérdidas en empresas alrededor del mundo, ya que se tendrá que bajar la productividad porque no habrá la misma demanda de Estados Unidos a otros países, lo cual representa reducción de mano de obra, a la misma vez que los bancos tendrán políticas más estrictas para préstamos, lo que constituye una crisis de liquidez. No muchos podrán aprobar un préstamo, asimismo, no consumirán igual, para no gastar, y las empresas no venderán la misma cantidad y bajarán su productividad y así sucesivamente.
¿Qué podemos hacer como país?
Si la recesión más que nada afecta es la producción, entonces turnémonos en un país de servicios, tomamos en cuenta como fuerte la promoción del turismo y el Canal de Panamá.
Panameño, al llegar una crisis, que posiblemente no nos golpee tan fuerte como a otros países, debemos comenzar a crear una cultura de educación y trabajo. La violencia no lleva a nada positivo, al contrario, nos hunde más.
Las personas multimillonarias empezaron desde las inversiones más pequeñas y solamente con estrategia llegaron a multiplicarlo. Si tienes un talento, explótalo, ten paciencia y perseverancia que en un futuro verás en tu placer el esfuerzo y no el esfuerzo para un placer.
Para ser exitoso, tu mayor tesoro son los retos, dificultades y fracasos, entre más haya, mejor; así aprendes, maduras e inviertes.
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