Sobre armas de destrucción masiva
Publicado 2001/12/27 00:00:00
Se trata de armas nucleares, químicas o biológicas, las cuales hasta esa inolvidable fecha, todos los esfuerzos gubernamentales se concentraban en prevenir que países irresponsables u hostiles lograran contar con ellas en sus arsenales. Los esfuerzos que respaldaban el Tratado Contra la Proliferación de Armas Nucleares, la Convención de Armas Químicas y la Convención de Armas Biológicas, buscaban sumar signatarios y llevar a cabo inspecciones para controlar su uso, control, almacenamiento y disposición.
Ahora, también hay que preocuparse por organizaciones no gubernamentales como Al Qaeda, las cuales al parecer, cuentan con los recursos y la imaginación, sofisticación y audacia para obtener estas armas y llevar a cabo actos despiadados. Según dicen los expertos, las armas de destrucción masiva están más disperas y disponibles que lo que la gran mayoría piensa.
Por ejemplo, luego del desmembramiento de la Unión Soviética, que trajo grandes libertades a millones de personas, también se destruyó gran parte de la maquinaria gubernamental y los sistemas que protegían unas 100,000 armas nucleares distribuidas en más de cien sitios alrededor del país. A pesar de que las fuerzas armadas de la ex Unión Soviética han demostrado gran profesionalismo, se ha conocido de múltiples intentos de compra de armas nucleares y sus componentes. Aunque se cree que todos han sido detectados y prevenidos oportunamente, no se puede estar seguro. Y se sabe que organizaciones como Al Qaeda cuentan con los recursos para construir un arma nuclear si puede reunir sus componentes. Una vez disponga de ella, sería relativamente fácil introducirla sin ser detectada a cualquier país, por distintas vías tales como por narcotraficantes, quienes hasta ahora son aliados accidentales de los terroristas.
Los actos terroristas han obligado a los gobiernos a replantear sus programas armamentistas. Ya no se trata de una carrera para acumular armas de destrucción masiva, sino de una para preservar las estructuras políticas, económicas y sociales que han brindado tanta prosperidad. Esperemos que ahora busquen no sólo limitar su proliferación sino también su destrucción total.
Ahora, también hay que preocuparse por organizaciones no gubernamentales como Al Qaeda, las cuales al parecer, cuentan con los recursos y la imaginación, sofisticación y audacia para obtener estas armas y llevar a cabo actos despiadados. Según dicen los expertos, las armas de destrucción masiva están más disperas y disponibles que lo que la gran mayoría piensa.
Por ejemplo, luego del desmembramiento de la Unión Soviética, que trajo grandes libertades a millones de personas, también se destruyó gran parte de la maquinaria gubernamental y los sistemas que protegían unas 100,000 armas nucleares distribuidas en más de cien sitios alrededor del país. A pesar de que las fuerzas armadas de la ex Unión Soviética han demostrado gran profesionalismo, se ha conocido de múltiples intentos de compra de armas nucleares y sus componentes. Aunque se cree que todos han sido detectados y prevenidos oportunamente, no se puede estar seguro. Y se sabe que organizaciones como Al Qaeda cuentan con los recursos para construir un arma nuclear si puede reunir sus componentes. Una vez disponga de ella, sería relativamente fácil introducirla sin ser detectada a cualquier país, por distintas vías tales como por narcotraficantes, quienes hasta ahora son aliados accidentales de los terroristas.
Los actos terroristas han obligado a los gobiernos a replantear sus programas armamentistas. Ya no se trata de una carrera para acumular armas de destrucción masiva, sino de una para preservar las estructuras políticas, económicas y sociales que han brindado tanta prosperidad. Esperemos que ahora busquen no sólo limitar su proliferación sino también su destrucción total.
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