Panamá
Sobre el empantanamiento de nuestro desarrollo nacional
- Arnulfo Arias
- /
- /

Hay una evidente falta de elementos unificadores y de objetivos comunes en nuestro país. Estar, por ejemplo, en la comunidad de Boca de Tulú, en Penonomé, y pasar luego en ese mismo día hasta el distrito capital, es como ir desde una aldea remota y abandonada hasta vislumbrar rascacielos que atrapan nubes pasajeras.
Un buen amigo, y excelente político, Elías Mendoza, me decía que solo en nuestros países se aceptan este tipo de contradicciones sin un asomo de sorpresa: coexisten los burros y los aviones supersónicos como medios transporte, y a nadie llama eso la atención. Iría más allá, existe una brecha tan enorme e insalvable que se podría decir que nuestros ciudadanos viven, o coexisten más bien, entre dos mundos.
Los obreros y trabajadores que se desplazan hacia el área urbana, por ejemplo, puede que se tengan que despertar antes de las tres de la mañana. Como, por lo común, viven en poblaciones periféricas a la ciudad, deben trasladarse en un transporte, público o pirata. Antes de salir de sus hogares, probablemente encontrarán que, por una mala planificación urbana, en la que fueron cómplices los desarrolladores y la autoridad local, entre otros, no tienen una gota de agua corriente. Salen a oscuras, a tientas, de sus casas, y pasan sus buenas dos o tres horas en desplazamiento hasta sus sitios de trabajo, si tienen ese privilegio de no engrosar las filas de trabajadores informales. Llegan a oficinas que tienen luz, agua potable y aire acondicionado, muchas veces, y allí encuentran un entorno más cómodo y -materialmente más satisfactorio- que en sus casas.
Ahora tomemos el ejemplo del hombre o la mujer que vive en medio de las áreas rurales de nuestro país, que son muchas y casi todas olvidadas. Ese trabajador, si tiene algún empleo formal, no lo encuentra donde vive, sino que debe "viajar" hasta algún centro urbano de provincia. Es muy probable que proceda de algún lugar sin luz eléctrica, porque a pesar de que las estadísticas arrojan cifras "contundentes" de 95% de electrificación a nivel nacional, los que conocemos nuestro interior sabemos que cientos de miles de personas todavía viven en los tiempos de guaricha y de linterna.
El transporte público es escaso y debe ese trabajador esperar el primero que llega para dirigirse a su trabajo. Su familia queda atrás, teniéndolo como única fuente de ingreso de ese hogar. Este trabajador también vivirá las experiencias de dos mundos muy distintos. Uno con semáforos y estaciones de gasolina, con supermercados y farmacias, con clínicas privadas y laboratorios y, a veces, hasta con cines. Vivimos materialmente fraccionados.
El desarrollo nacional ha sido desastroso, sin falta de visión futura, causante de fraccionamientos y de abismos que parecieran infranqueables. Hemos planteado nuestras realidades, que hace que muchos vivan en países muy distintos, aunque geográficamente, por lo menos, este sea su hogar. Si no detenemos esta tendencia, habrá cada vez más nacionales que se sientan extranjeros dentro de la patria, y los cinturones de pobreza, que se adhieren a las áreas urbanas, irán en crecimiento progresivo hasta que eventualmente sobrevenga una despoblación más significativa de los entornos rurales, donde no existen muchas oportunidades para nuestra juventud, ni fuentes de empleo, ni desarrollo futuro previsible.
Hoy en día el internet revela realidades que antes se podían ocultar maliciosamente por parte de los grupos de poder, prolongando así la vida de intereses acaparados por sectores que manipulaban a la sociedad. Eso no es posible ya. Las redes han liberado la consciencia colectiva hasta empaparla en realidades y visiones de formas prósperas de vida que, antes, solo vislumbraban como un sueño. No queda más alternativa que expandir los horizontes hacia el interior de la República. Desarrollar aquello que no tiene perspectivas por ahora, pero que podría tenerla en un futuro. No en vano se desarrollaron en Estados Unidos los rieles antes que los poblados, con trenes que aparentemente se dirigían hacia la nada. Adoptemos posturas similares o enfrentemos el total y el absoluto empantanamiento de nuestra nación.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.