Sócrates 470 al 401 a. J. C.
- Nathali Reyes
Este filósofo griego que fue uno de los más grandes pensadores que ha tenido el mundo, era un asiduo estudioso del significado y finalidad de la vida de los seres humanos y de la forma decorosa en que deberíamos conducirnos.
Condenado a muerte tras haber sido acusado infamemente de ser un corruptor de la juventud, en visita que le hicieron en la cárcel unos discípulos, le ofrecieron ayudarlo a fugarse. Sócrates declinó el ofrecimiento diciéndoles que aunque se condena era injusta no sería correcto burlar la decisión de los tribunales.
Algunos ciudadanos no gustaban de él por su franqueza al hablar y por las críticas que en algunas ocasiones les hiciera. En cierto día uno de ellos en plena calle le dio un puntapié. Sócrates continuó su camino sin inmutarse. Amigos que presenciaron el hecho le preguntaron por qué no acusaba al ofensor ante los jueces. Y les respondió:- --Si un asno me hubiera dado una coz, ¿tenía yo que citarlo ante la justicia? Eso es lo que ha ocurrido.-
Hubo una vez en que su mujer, Xantipa, lo visitaba en la cárcel, y se echó ella a llorar. El le dijo: -No llores. Todos estamos condenados a morir por la naturaleza.- -Pero a ti te han condenado injustamente. - ¿ Es que te parecería menos lamentable que me hubiesen condenado justamente? –
En cierta ocasión un adinerado ateniense le preguntó si aceptaría encargarse de la educación de su hijo. Sócrates convino en ello. Preguntado cuánto le cobraría, le respondió que 500 dracmas, moneda griega. Y el hombre le dijo: -¿Quinientas? Con esa cantidad yo podría comprar un asno. - -¡ Magnífico! Cómpralo y así tendrás dos -.
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