Tensión en el estrecho de Formosa
Publicado 2005/03/19 00:00:00
Cierto que hay una sola China. Así lo reconoció la ONU cuando en 1971 la aceptó como única vocera de esa nación. Pero también existe Taiwan, oficialmente llamada República de China, que para la primera no es más que una provincia rebelde.
A partir de su expulsión de la ONU, Taiwan ha luchado desesperadamente por ser admitida como un país soberano. Pero con los años ha venido perdiendo el reconocimiento diplomático con la enorme mayoría de naciones del mundo, reteniendo hoy tan sólo un puñado de ellas, incluyendo a Panamá. El resto del planeta suele mantener con ella relaciones comerciales, en cuyo campo, la pequeña isla de 23 millones de habitantes ha tenido un desarrollo prodigioso.
Taiwan se ha esmerado durante los últimos años en perfeccionar su democracia. Ya ha realizado exitosamente tres elecciones generales libres; y en una de ellas, la oposición obtuvo la Presidencia. En contraste, su vecina del Estado de Formosa, China, sigue siendo una dictadura, aunque evoluciona hacia una economía de libre mercado. Entre ambas hay un voluminoso comercio indirecto mutuamente beneficioso. Mas, en el plano político existe una tensión permanente por el constante reclamo de China a incorporar a Taiwan bajo su soberanía; y la resistencia que ejerce la última a esa pretensión.
China acaba de aprobar una ley que prohíbe a Taiwan independizarse y autoriza a su Ejecutivo a emplear la fuerza para evitarlo si fuere necesario. Esta ley ha producido preocupación entre Japón y Estados Unidos que se han apresurado a declarar que la estabilidad en el estrecho es prioridad de ambos, lo cual es una especie de seguro de vida para Taiwan.
Siempre hemos creído que la controversia entre China y Taiwan se resolverá pacíficamente entre ambas, empleando la vieja fórmula oriental de la paciencia, el tiempo y la comunicación. En lo último, la interdependencia comercial entre estos países hará el resto. La fuerza, entendida como amenaza militar o declaración unilateral de independencia, no son opciones válidas ni realistas.
A partir de su expulsión de la ONU, Taiwan ha luchado desesperadamente por ser admitida como un país soberano. Pero con los años ha venido perdiendo el reconocimiento diplomático con la enorme mayoría de naciones del mundo, reteniendo hoy tan sólo un puñado de ellas, incluyendo a Panamá. El resto del planeta suele mantener con ella relaciones comerciales, en cuyo campo, la pequeña isla de 23 millones de habitantes ha tenido un desarrollo prodigioso.
Taiwan se ha esmerado durante los últimos años en perfeccionar su democracia. Ya ha realizado exitosamente tres elecciones generales libres; y en una de ellas, la oposición obtuvo la Presidencia. En contraste, su vecina del Estado de Formosa, China, sigue siendo una dictadura, aunque evoluciona hacia una economía de libre mercado. Entre ambas hay un voluminoso comercio indirecto mutuamente beneficioso. Mas, en el plano político existe una tensión permanente por el constante reclamo de China a incorporar a Taiwan bajo su soberanía; y la resistencia que ejerce la última a esa pretensión.
China acaba de aprobar una ley que prohíbe a Taiwan independizarse y autoriza a su Ejecutivo a emplear la fuerza para evitarlo si fuere necesario. Esta ley ha producido preocupación entre Japón y Estados Unidos que se han apresurado a declarar que la estabilidad en el estrecho es prioridad de ambos, lo cual es una especie de seguro de vida para Taiwan.
Siempre hemos creído que la controversia entre China y Taiwan se resolverá pacíficamente entre ambas, empleando la vieja fórmula oriental de la paciencia, el tiempo y la comunicación. En lo último, la interdependencia comercial entre estos países hará el resto. La fuerza, entendida como amenaza militar o declaración unilateral de independencia, no son opciones válidas ni realistas.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.