Conmemoración
Tratado canalero
- Modesto Rangel Miranda (opinion@epasa.com.)
Los pueblos anhelan libertad y es cuando surgen idealistas que aspiran a ser grandes revolucionarios en sus naciones. El verdadero sueño de una nación se concentra
Los pueblos anhelan libertad y es cuando surgen idealistas que aspiran a ser grandes revolucionarios en sus naciones. El verdadero sueño de una nación se concentra en lograr sus propósitos, como los que dieron origen a la firma del tratado de 1977, entre Panamá y los Estados Unidos, Torrijos-Carter, que sellaría una etapa más en nuestra historia republicana.
La firma del convenio canalero abolía todas las cláusulas antes del 7 de septiembre de 1977, aunque Panamá, mediante sus luchas generacionales, había conseguido grandes triunfos dentro de las instalaciones de la zona canalera, lo que permitió mejoras salariales y la participación mayoritaria de panameños que trabajarían con los estadounidenses dentro de los centros comerciales y las instalaciones del Canal de Panamá.
La historia demuestra que desde 1903, el pleno derecho constitutivo y jurisdiccional dentro de la zona canalera estaba exclusivamente bajo la responsabilidad de los Estados Unidos. Los problemas raciales que se dieron en los estados sureños de la Unión repercutieron en Panamá, al prevalecer el sistema segregacionista del gold roll y silver roll hasta 1924, cuando se eliminaron las barreras raciales y se permitió la igual participación dentro de la Zona del Canal de Panamá. Fue así entonces que otros convenios, como el Arias-Roosevelt, Remón Eisenhower y Chiari Kennedy, permitirían la senda igualitaria dentro de los predios canaleros. Fueron los sucesos de 1964 y el convenio Tack -Kissinger los que dieron origen a lo que sería la culminación de un periodo de vida de nuestra historia republicana.
El tratado de 1977 sellaba, con fecha límite el mediodía del 31 de diciembre de 1999, la entrega total del Canal a jurisdicción panameña.
Panamá, en la actualidad, cumple excelentemente con el manejo de la vía interoceánica, y la idea de una ampliación es positiva porque se busca mejorar la participación del personal que labora y quienes reciben una mejor preparación para dirigir cualquier maquinaria dentro de las instalaciones canaleras.
La historia no se puede olvidar, la construcción del Canal y las luchas generacionales fueron la llama de libertad de una nación que demostró al mundo su pleno derecho constitutivo jurisdiccional dentro de la zona canalera. No podemos obviar que tanto panameños como estadounidenses y otras nacionalidades aportaron al Canal de Panamá, pero lo mejor de todo es que se quede enmarcado en nuestra historia de esos hombres y mujeres que dieron sus vidas por una de las grandes maravillas al servicio de nuestra nación, el Canal de Panamá.
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