Turismo Residencial: Potencial Gringo
Turismo Residencial: Potencial Gringo
Atendiendo cordial invitación, el martes pasado asistí al conversatorio Café con La Prensa cuya premisa fue "La conectividad como activo estratégico para el impulso del turismo en Panamá". Allí, Pedro Heilbron, presidente ejecutivo de Copa Airlines cubrió los pormenores del programa "Stopover en Panamá" que permite la escala sin costo adicional en sus pasajes a los pasajeros en tránsito en el istmo. Esta iniciativa ha atraído más de 640,000 turistas desde su lanzamiento en 2019, alcanzando un récord de 95,000 pasajeros en el primer semestre de 2025, con un incremento de 18.5% con respecto al año anterior, sin duda un aporte significativo de Copa al crecimiento del turismo istmeño.
Por su parte, la ministra de Turismo, Gloria de León expuso en su intervención los enfoques estratégicos de su gestión en las aristas de congresos y convenciones, posicionamiento digital internacional, seguro al turista, turismo gastronómico y deportivo, kosher destination, cincelazos al plan maestro de turismo y turismo interno.
Todos los planteamientos los estimamos muy positivos para un crecimiento sostenido en la industria sin chimeneas. No obstante, habría que analizar temas complementarios para pulir al máximo el fulgurante brillo y continuados éxitos en nuestros alientos. Sin duda alguna, el inventario existente de atractivos turísticos merece una descomunal pincelada. Siendo el mayor atractivo el canal de Panamá, habría que cranear cómo optimizar la vivencia del turista para que su indeleble recuerdo quede grabado en su lista de mejores parajes a nivel global. Y por ahí nos vamos.
En las noticias sobresalientes del turismo la semana pasada, CNN subrayó la experiencia de Victoria Kjos, oriunda de Phoenix, Arizona, jubilada de 71 años, con el titular "Las personas que conozco que tienen conciencia quieren irse de Estados Unidos": por qué esta mujer estadounidense se mudó a Bali.
En síntesis, Victoria narra su desencanto con la evolución de su país natal hacia una sociedad ensimismada con valores totalmente diferente a lo que era antes y la búsqueda de tranquilidad y paz en sus años plateados, por lo que recomendamos su lectura para comprender más a fondo el enorme potencial del turismo residencial en Panamá.
Y esto no es algo nuevo. A inicios de siglo, vivimos el despegue inmobiliario más trascendente de nuestra historia que sedujo a miles de jubilados norteamericanos a optar por Panamá como su nuevo hogar. Ello conllevó una serie de beneficios: ante todo, que los jubilados no roban trabajos, al contrario, crean fuentes de trabajo. Segundo, aumentan la inversión extranjera al adquirir residencias y fincas, y tercero que son una fuente constante y generosa a la economía del país.
Esta iniciativa se fue disgregando por falta de enfoque de nuestras autoridades. No obstante, aún perseveran importantes focos de jubilados norteamericanos, particularmente en la ciudad de Panamá, la riviera pacífica, tierras altas de Chiriquí y en Pedasí.
Actualmente existe un universo de 55 millones de jubilados en Estados Unidos, con proyección de aumento a 74 millones en 2030. La poderosa AARP (American Association of Retired Persons) acuerpa a más de 38 millones de asociados y sus conferencias a lo largo y ancho de Estados Unidos debiesen ser un kiosco permanente de exposición de Panamá como segundo hogar y destino turístico.
México acoge 1.6 millones de jubilados gringos que contribuyen significativamente a la economía a través de sus gastos, inversiones y contribuciones fiscales, además de fortalecer las comunidades de expatriados y fomentar el turismo. "Algunos jubilados estadounidenses van a Florida a morir, los que quieren vivir, como yo, vienen a San Miguel de Allende", resume Michael Gerber, uno de los 10,000 estadounidenses que vive el "sueño mexicano" en esta ciudad colonial considerada el mejor lugar para residir en México.
Asimismo, Panamá goza de múltiples ventajas que le convierten en impresionante magneto a este creciente segmento del turismo. Solo hace falta darnos a conocer con presencia agresiva y permanente en Estados Unidos y Canadá.