Un llamado a la conciencia
- Ginela C. Escala/CrÃtica
Son muchos los años, meses y semanas que hemos dedicado a escribir en torno a los problemas que agobian al país y a recomendar los esfuerzos que pueblo y gobierno, pueden realizar para lograr sus soluciones. ¿Por qué lo hacemos? Sencillamente, porque el periodismo es creativo, es un arma pode rosa para construir, porque somos panameños y como tal, estamos en el deber de trabajar por un pueblo con mejores perspectivas, en donde todos los que vivimos, tengan la oportunidad de crecer en democracia y a participar, activamente, en la construcción de una nueva república.
A tres meses de celebrarse elecciones para escoger los hombres y mujeres que han de regir los destinos del país, desde el nivel presidencial hasta el de representante de corregimiento, nos sentimos más comprometidos en esta labor de orientación para que los panameños responsablemente, y con conciencia de sus derechos y deberes ciudadanos, decidan dar su respaldo a los mejores, a aquellos que han demostrado interés en conocer la realidad de la nación y con propuestas bien definidas, se dispongan a llevar adelante la reconstrucción de Panamá.
Son momentos de reflexión y de lucha pacífica y democrática; no se trata del combate fiero que destruye valores y pone por encima ambiciones personales, partidismos y cálculos políticos intrascendentes. Hay que tener presente que la patria es ARA y no pedestal, y quienes pretendan capturar el poder en cualquier nivel, está en la obligación de comportarse como verdaderos demócratas, defensores de la libertad y de la justicia social.
Hagamos el mejor de los esfuerzos para escoger a los mejores, para dar al país gobernantes que antepongan sus intereses a las aspiraciones populares. Es necesario recordar que Panamá confronta grandes problemas que están afectando, seriamente, el desarrollo de una buena educación, la salud, la seguridad pública. El costo de la vida, la extrema pobreza, la violencia y el crimen como consecuencia de la droga, hacen la vida imposible a las clases más humildes y están dañando la imagen de un país que tiene derecho a una vida mejor.
Pensemos en esta realidad y procuremos cambiarla reflexionando y analizando en torno a los que, actualmente, aspiran la dirección del país. Si no lo hacemos bien, la República continuará de tumbo en tumbo y las generaciones presentes y futuras condenarán, con todas sus fuerzas, la falta de visión de todos los panameños.
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