Vulnerabilidad
Violencias solapadas, cifras ocultas
- Toribia Venado Venado
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- opinion@epasa.com
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Mientras más vulnerable sea el contexto social y personal de la misma, mayor el riesgo de ser víctima de cualquier forma de violencia o femicidio, pues este vive solapadamente cerca de toda mujer.
Este mes de reflexión sobre los ámbitos de violencia contra la mujer, preocupa su magnitud, la impune demostración del machismo en toda la vida pública y privada de la mujer; además de la saña y maldad de quienes deciden acabar con valiosos seres comprometidas con el cuidado de la familia, de victimarios que nada les importa el daño permanente que causan en el entorno y la comunidad.
Por ello, las Naciones Unidas ha extendido 16 días, a partir del 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre de cada año, para continuar actividades de sensibilización respecto al flagelo de la violencia contra la mujer y la niña. Entre las estrategias establecidas de la campaña "ÚNETE 2030" del organismo internacional, utiliza el color anaranjado para llamar la atención respecto a este problema de salud pública.
La violencia se proyecta amenazante contra cualquier mujer, no distingue etnia, clase social, formación académica o edad; todas estamos expuestas al riesgo porque vivimos en una sociedad patriarcal que no valora la vida ni la seguridad de las mujeres. Mientras más vulnerable sea el contexto social y personal de la misma, mayor el riesgo de ser víctima de cualquier forma de violencia o femicidio, pues este vive solapadamente cerca de toda mujer.
Veamos las siguientes circunstancias en cuanto a la vulnerabilidad y peligro de la violencia. Durante 2017, no han ocurrido muertes violentas contra mujeres indígenas. Sin embargo, los medios de prensa reportan cuatro condenas por violación sexual, un abuso sexual en perjuicio de menor de 10 años. Los victimarios son padres, padrastros, familiar cercano y un agresor latino que se investiga por presunto abuso sexual ocurrido en el corregimiento de Pedregal, provincia de Panamá.
Desde enero a noviembre de 2017, dos mujeres fueron macheteadas por la pareja y expareja en la comarca Ngäbe-Buglé (comunidad de Chiribital y Quebrada de Guabo), una joven de 17 años desapareció en la barriada de Las Cumbres y mujeres de una familia fueron objeto de grave violencia física y psicológica por un agresor latino en el distrito de San Lorenzo, provincia de Chiriquí (julio – 2017). Todos los casos en mención corresponden a la comarca Ngäbe-Buglé.
Estos son los hechos conocidos, las cifras de la violencia permanecen ocultas por múltiples factores, situaciones que viven las mujeres indígenas en discriminación, exclusión y desigualdad. No perciben que la violencia las acecha, en consecuencia son toleradas por ellas mismas como normal en sus vidas, piensan que todo lo que les ocurra es parte de la cultura ancestral y por consiguiente se respeta, en perjuicio de sus más caros derechos humanos.
Al documentar los hechos, 23 mujeres indígenas han sido víctimas de la violencia de género en Panamá desde 2009 hasta 2016. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, enfatiza la unidad de todos los sectores para apoyar a las mujeres en vulnerabilidad a superar la violencia y no dejarlas solas por razones culturales o de autonomía interna.
Exviceministra de Asuntos Indígenas.
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