William James y el pragmatismo

¿Quién es William James? Nació el 11 de enero de 1842 en la ciudad de New York, Estados Unidos; era hijo del teólogo Henry James Sr., y hermano mayor del novelista Henry James. Los primeros años de su vida estudió en Europa, luego estudió Medicina en la Universidad de Harvard; hay poca información acerca de su preparación en materia filosófica, fue uno de los primeros en instalar un laboratorio psicológico en Norteamérica.

En el siglo XX gozaba de una gran fama que lo colocaba como el filósofo norteamericano más conocido de aquel entonces, profundo conocedor de temas religiosos, y para los fines de este artículo, zapador del pragmatismo.

William James dictó una serie de conferencias en noviembre y diciembre de 1906 en Boston (Lowel Institute) y enero de 1907 en New York (Columbia University), en total fueron ocho disertaciones, estas presentaciones fueron recogidas en

1907 bajo el título original: “Pragmatism a new name for some old ways of thinking”, pero es hasta 1975 que Luis Rodríguez Aranda traduce las ponencias al castellano.

Los discursos que se recogieron forman parte integral de la corriente de pensamiento que se denomina pragmatismo.

James señala que: “Dentro de la historia de la filosofía hay una serie de autores que de alguna u otra forma han utilizado características fundamentales del pragmatismo, podemos mencionar, desde Protágoras hasta Bergson”.

A pesar de que la denominación pragmatismo fue introducida como suena por James, él mismo señala que fue producto de un ensayo de Pierce de 1878 titulado “Cómo hacer claras nuestras ideas”; más tarde, Pierce aceptará dicha atribución, pero aclara que hubiese preferido practicismo o practicalismo. Otros referentes de alguna u otra forma es Dewey que trata de explicar de manera pragmática el significado de la verdad.

El pragmatismo es una filosofía contemporánea, es una doctrina que va hacer tratada técnicamente, aspira a quedar bien con lo uno y lo otro, le da oportunidad al libre albedrío y al utilitarismo, por eso no es de sorprenderse que el libro pragmatismo está dedicado muy amablemente a John Stuart Mill, a quien el autor considera definitivamente un maestro y buen guía.

Para James, el pragmatismo va de la mano con la religión, la ciencia y lo empírico, y que la actitud científica - empírica no ha de contrariar radicalmente la religiosidad, va por los senderos del idealismo y aterriza en la religión.

También es ecléctico, pero comprometido con la tarea de vincular los hechos concretos de la vida cotidiana con el universo de la información teórica y académica que le brinda la filosofía - hermética u otras disciplinas teóricas.

En esa dirección, algunas de las cosas que busca el pragmatismo es encontrar un modus vivendi alejado de los estilos radicales, siguiendo sus principios eclécticos trata de consolidar de modo vulgar al diablo con la figura de Dios, por ejemplo: no dejar de tomar en cuenta como fundamental los avances científicos como también que los hilos de la humanidad los mueve un ser más allá, así el carácter empírico-científico converge con la manera romántica de ver el mundo, busca

en primer lugar, como diría el mismo James: “Apaciguar las disputas metafísicas que de otro modo serían interminables”.

Para concluir este escrito quiero señalar tres puntos:

Primero: que el pragmatismo es en gran medida un eclecticismo oportuno, que busca solventar las tareas de su entorno, de manera efectiva y a corto plazo.

Segundo: tiene un maridaje entre ciencia, religión, educación y los avances tecnológicos en el mundo, idea que tiene gran aceptación, siempre que respete las normas y rigurosidad de cada disciplina, ya que grosso modo, el rumbo de la filosofía ha de desarrollarse en un ámbito multidisciplinar sin perder su horizonte fijado.

Tercero: el pragmatismo es un método que orienta a la conciliación con las demás maneras de conocer la realidad, en ese sentido juega un papel crucial e importante de ir en contra de los dogmatismos y sus dogmas.