Esencia y herencia que no se pierden
Publicado 2005/11/10 00:00:00
- Caracas
Un pueblo pequeño que vivía como en familia y que en poco tiempo logró vencer la divisiones sociales.
ENTRE las casas de quincha, las estrechas calles y los portales con techos de teja, se retrata el pintoresco pueblo de La Villa de Los Santos. La misma que aún conserva la esencia de la época colonial -que marca su historia-, las vivencias de muchas generaciones de hombres y mujeres que con su trabajo y espíritu de lucha, han guardado sus raíces como la mejor herencia de este lugar.
Durante la época de la colonia, los españoles solían fundar los lugares en base a la denominación de ciudad, pueblo y villas que correspondían a poblados más pequeños y de allí que se constituyó "La Villa de Los Santos" el 1 de noviembre de 1569, el día de Todos los Santos.
De ahí nace su nombre y aunque no reunía las características de gran ciudad, si guardaba una gran riqueza cultural y folclórica.
Los mayores del lugar relatan que la característica de ser un pueblo pequeño, les facilitaba interactuar como si se tratara de una sola familia.
Según cuenta la tradición oral, durante los primeros años sólo unos veinte vecinos conformaban el poblado y poco a poco fueron venciendo las divisiones de clases que se dieron al principio cuando se hacía un baile para la clase alta y otro para la plebe o la clase baja.
Buscando el trabajo comunitario los lugareños fueron derrumbando esta barrera y comenzaron a compartir las fiestas de calles sobre todo de orden religiosas que eran las que más celebraban. Así se pasó a las expresiones autóctonas durante estos encuentros que le fueron dando la denominación de "cuna del folclor".
Entre las pocas diversiones que se vivían en aquella época, el hombre santeño se entregó al trabajo para sacar adelante la economía familiar por medio de pequeños cultivos de subsistencia y la actividad ganadera que ha sido desde siempre el soporte laboral de esta gente que trabaja largas jornadas, no sólo en el campo, sino también en las "salinas" que desde la colonia fueron tomando fuerza.
De acuerdo con el historiador santeño Manuel Moreno, éste es un pueblo con evolución que aún conserva su esencia con las estructuras de la época hispánica y sus monumentos más importantes como lo son; la Iglesia San Atanasio con altares, imágenes de santos y otros elementos propios de aquel tiempo que hoy son parte del tesoro cultural que se guarda en La Villa.
No se puede hablar de La Villa de Los Santos sin mencionar que la fecha de hoy marca el grito de independencia y que trae a la memoria a la admirada figura de la heroína santeña; Rufina Alfaro.
Antes el 10 de noviembre era una celebración local, pero años después; aproximadamente en los años 50, comenzaron a venir colegios de algunos lugares donde habían santeños estudiando y se fue expandiendo hasta lo que es hoy día.
Durante la época de la colonia, los españoles solían fundar los lugares en base a la denominación de ciudad, pueblo y villas que correspondían a poblados más pequeños y de allí que se constituyó "La Villa de Los Santos" el 1 de noviembre de 1569, el día de Todos los Santos.
De ahí nace su nombre y aunque no reunía las características de gran ciudad, si guardaba una gran riqueza cultural y folclórica.
Los mayores del lugar relatan que la característica de ser un pueblo pequeño, les facilitaba interactuar como si se tratara de una sola familia.
Según cuenta la tradición oral, durante los primeros años sólo unos veinte vecinos conformaban el poblado y poco a poco fueron venciendo las divisiones de clases que se dieron al principio cuando se hacía un baile para la clase alta y otro para la plebe o la clase baja.
Buscando el trabajo comunitario los lugareños fueron derrumbando esta barrera y comenzaron a compartir las fiestas de calles sobre todo de orden religiosas que eran las que más celebraban. Así se pasó a las expresiones autóctonas durante estos encuentros que le fueron dando la denominación de "cuna del folclor".
Entre las pocas diversiones que se vivían en aquella época, el hombre santeño se entregó al trabajo para sacar adelante la economía familiar por medio de pequeños cultivos de subsistencia y la actividad ganadera que ha sido desde siempre el soporte laboral de esta gente que trabaja largas jornadas, no sólo en el campo, sino también en las "salinas" que desde la colonia fueron tomando fuerza.
De acuerdo con el historiador santeño Manuel Moreno, éste es un pueblo con evolución que aún conserva su esencia con las estructuras de la época hispánica y sus monumentos más importantes como lo son; la Iglesia San Atanasio con altares, imágenes de santos y otros elementos propios de aquel tiempo que hoy son parte del tesoro cultural que se guarda en La Villa.
No se puede hablar de La Villa de Los Santos sin mencionar que la fecha de hoy marca el grito de independencia y que trae a la memoria a la admirada figura de la heroína santeña; Rufina Alfaro.
Antes el 10 de noviembre era una celebración local, pero años después; aproximadamente en los años 50, comenzaron a venir colegios de algunos lugares donde habían santeños estudiando y se fue expandiendo hasta lo que es hoy día.
De acuerdo con el historiador Manuel Moreno, en los archivos parroquiales determinaron la existencia de la familia Alfaro establecida en La Villa desde el siglo XVIII, en el lugar de nombre Las Peñas.
De ahí es oriunda la "heroína" Rufina Alfaro, mujer que les gritó la independencia con un eco que se transporta de una generación a otra.

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.