El negocio resulta rentable debido a la gran cantidad de eventos que se realizan durante el año en todas las provincias
Santeñas diversifican la oferta de productos típicos
Las artesanas empezaron haciendo sus creaciones para la venta, pero poco a poco se dieron cuenta de que alquilar también era rentable. El precio de venta o arriendo de cada artículo varía según las labores que tenga hechas a mano y la cantidad de días que el cliente se quede con ellos.
Siempre se ha considerado a la provincia de Los Santos como el mejor lugar para comprar artículos típicos de la pollera nacional, pero no es hasta hace unos cinco o seis años cuando los santeños empezaron a explotar y diversificar la oferta que este mercado les ofrecía.
Argelis Quintero, propietaria de El Rincón de mis Polleras, en Las Tablas, relató que en el 2008, cuando se trasladó de Las Tablas a la ciudad capital, fue cuando ella descubrió que las personas tenían la necesidad de adquirir este tipo de artículos. Cada vez que viajaba, muchos capitalinos le pedían que les llevara vestidos, polleras, joyas, entre otras cosas.
Como en aquella época doña Argelis se quedó sin trabajo, le dijo a su hija que tenían que seguir adelante y como lo que más tenían eran polleras, decidió sacarlas todas para la venta, y a la fecha eso es lo mejor que les ha pasado.
Según Quintero, iniciaron la venta de los artículos que tenían, unos meses antes del Desfile de las Mil Polleras de ese año, y se quedaron cortas; fue entonces que descubrieron que el mercado de los productos típicos era muy amplio y la demanda bastante alta.
Por ejemplo, en los diferentes negocios santeños que se dedican a alquilar prendas, se pueden encontrar camisillas, camisolas, camisas tonosieñas, rebosos de polleras, blusas típicas estilizadas, tembleques, prendas de oro y de plata bañada en oro, peticotes; y ni hablar de las polleras, pues las hay montuna santeña, blanca, de coquito, bordadas, marcadas, etc.
Pero eso no es todo, pues aquellas personas que desean comprar implementos típicos, ahora en esta región se venden por yardas los mundillos confeccionados a mano, listos para ser colocados en el modelo de vestido de su gusto, de igual manera, se venden por yarda los encajes de tejido en pajita, incluso pañuelos bordados, tejidos y decorados de lo más fino que usted puede imaginar.
Pero al referirse a vestuarios, si de precios de alquiler se habla, una montuna santeña se puede conseguir por $250, una pollera de gala fina ronda lo $500 en adelante, la camisa basquiña oscila entre los $25 a $30, mientras que las camisolas están entre $30 y $40. Pues para la venta esta prenda puede costar entre tres mil a 10,000 dólares.
De igual forma, la cabeza completa de tembleques sencillos cuesta $300, pero si estos llevan swaroski su precio de venta va de $500 en adelante, dependiendo de la cantidad de piedras de este tipo que lleve el arreglo.
Gertrudis Escudero, costurera de Las Tablas, también se inició hace cinco años en el negocio de alquilar artículos típicos. Ella durante 30 años ha cosido vestidos para vender, pero al ver que el alquilarlos también era rentable, decidió dedicarse a este tipo de negocio.
Hoy día ella cuenta con unos 30 vestidos estilizados para alquiler, aunque ya ha vendido muchos, cuyos precios van desde los $500 a $800 y más.
La ventaja que tiene este mercado, según Gertrudis, es que en Los Santos y en otras provincias siempre hay actividades festivas: Semana del Campesino, festivales de la mejorana, la pollera, desfiles patrios, conmemoración de fundaciones, entre otros, por lo cual ya hay varios de estos negocios bien establecidos.
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