Rescatemos la educación por el bienestar de nuestros hijos
- Por Riccardo Francolini Arosemena
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- - Actualizado: 10/12/2019 - 07:58 am
Estoy totalmente seguro que no existe ningún panameño a quien no le haya afectado o llamado la atención el resultado del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos, conocido como PISA, por sus siglas en inglés. No hay duda que es alarmante que los hijos de esta bella patria presenten altas deficiencias en materia como matemáticas, ciencias y lectura.
Como he dicho en ocasiones anteriores, no busquemos la fiebre en la manta de la cama, el problema de la educación nacional no es sólo de un sector de la sociedad como se ha pretendido hacer ver desde hace años. Aquí somos muy prestos a responsabilizar al Ministerio de Educación o a los educadores. No tenemos duda de que hay parte de cierto en este criterio, sin embargo, también es responsabilidad de los gobiernos, de las autoridades educativas, de la empresa privada y de todos nosotros como padres de familia.
Veamos en retrospectiva lo que tradicionalmente se publica a través de los medios de comunicación social una vez concluye el periodo escolar; las cifras que nos estremecen a todos. Por ejemplo, el año pasado (2018) se registró una cifra de 36 mil 383 estudiantes reprobados. Según datos del propio MEDUCA, la primaria es la que presenta los números más altos de reprobación en el sistema educativo.
Pero eso no es todo, también hay que mencionar que durante el 2018 entre los estudiantes que se quedaron en tres o menos materias, registraron un total de 54 mil 572 alumnos. Naturalmente esta estadística también es para preocuparse porque algo se esta haciendo mal y no sólo de parte de los estudiantes sino de todos los involucrados. Si unimos estas cantidades al fenómeno de la deserción, entonces tendríamos que mencionar que el año pasado se dieron 13 mil 838 deserciones de las escuelas del país.
¿Qué debe haber una reforma del sistema educativo? Estoy totalmente de acuerdo, pero estas reformas deben ser de manera integral, ajustarse a los actuales momentos, aplicando una simbiosis de los planes educativos de países que han tenido éxitos en sus cambios de estrategias para que nosotros podamos también tener la oportunidad de ofrecerle a nuestras futuras generaciones un mejor país.
Es cierto lo que se dice, que un espejo de las deficiencias que hay en el sistema educativo de Panamá es lo que sucede en las zonas comarcales, donde un estudio realizado en estas regiones arrojan como resultado que el 80 por ciento de los estudiantes que cursan el tercer grado no comprenden lo que leen. A mi juicio, no hay que irnos tan lejos, aquí en Panamá podemos tener también un alto porcentaje de incomprensión de la lectura por parte de nuestros muchachos.
En síntesis, la ruta a seguir es una reforma estructural completa del sistema educativo. Obviamente, todos los sectores de la sociedad deben participar y ningún interés de ningún grupo debe prevalecer ni estar por encima del interés común de resolver el problema de la educación. Aquí no debe haber espacio para conductas intransigentes ni imposiciones de ninguna clase. Menos deben existir amenazas de nadie, ha llegado el momento de cambiar los planes, los programas y las conductas de lo contrario seremos los responsables de continuar con las políticas de desigualdad existentes.
Hay una gran verdad, el sistema educativo del país no puede continuar como está y se que esto lo saben los educadores, padres de familia, estudiantes, autoridades educativas, políticos, empresarios y profesionales del país. De cada uno de nosotros depende rescatar esa estrella de la cual habla el nuevo Gobierno. Dejemos a un lado la mezquindad, el egoísmo y el llamado "juega vivo", es el tiempo de actuar y de hacer valer el derecho que tienen todos los jóvenes de mejores oportunidades en esta hermosa tierra.
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