Criminales han mutado durante la pandemia para ser más efectivos
Actualmente, las unidades policiales se están concentrando en verificar si los ciudadanos que están en la calle cumplen con las medidas sanitarias y descuidan la persecución del delito.
Panamá Centro sigue encabezando la cifra de homicidios. Archivo.
En lo que va de 2020, se han registrado 242 homicidios en el país y muchos se perpetraron debido a que las restricciones por la pandemia les permite a los criminales darle un seguimiento más fácil a sus víctimas, mientras los estamentos de seguridad están ocupados en otras tareas.
La mayoría de los crímenes se cometieron en Panamá Centro, donde ya suman 87, le siguen las provincias de Colón con 40 y Panamá Oeste con 55, así como el distrito de San Miguelito con 25 muertes, de acuerdo con cifras del Ministerio Público.
Las causas de estos homicidios varían. Entre ellos se cuentan los ajustes de cuentas, la guerra entre pandillas, el tráfico de armas, viejas rencillas y las venganzas.
De acuerdo con el criminólogo Marcos Aurelio Álvarez, el aumento de las defunciones no solo se ha registrado por la COVID-19, sino también por otras enfermedades y por la criminalidad, que en medio de la pandemia, no ha cesado.
Álvarez dijo que el hecho de que algunas carreteras estén vacías, el enfoque de las unidades policiales en las medidas de bioseguridad, así como la división de la salida por sexo y hora ha sido aprovechada por los criminales para cometer sus fechorías.
Según el criminólogo, actualmente los estamentos de seguridad, que aún se encuentran apostados en diferentes barrios, están más concentrados en verificar que el ciudadano que está en la calle tenga puesta su mascarilla y han dejado a un lado el velar por la seguridad con respecto a la delincuencia y han bajado la guardia en cuanto a la persecución del delito.
"Hay que dejar claro que el delito no duerme, el delito muta", recordó.
La división por sexo, en la que unos días salen las mujeres y otros los hombres, ha sido también una oportunidad para cometer los asesinatos, ya que el delincuente tiene "marcado" a su adversario, sabe a qué hora entra o sale y busca el momento propicio para saldar su deuda, explicó Álvarez.
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Es necesario, según el criminólogo, que las unidades policiales vuelvan a enfocarse en mantener el control en las calles, ya que la enfermedad continuará por un tiempo todavía.
"En este momento, es necesario luchar contra la propagación de la COVID-19, sin dejar de preocuparnos por todo lo que nos rodea", insistió.
En ese sentido, el sociólogo Vicente Martínez considera que con la COVID-19 o sin ella, el delincuente continuará haciendo lo que ya ha aprendido.
Martínez coincide con Álvarez y considera también que la cuarentena y ciertas restricciones han sido una oportunidad de los delincuentes para cobrar venganza.
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A su juicio, es necesario buscar un equilibrio en el que las unidades puedan estar pendientes del ciudadano que sale a la calle cumpliendo con las medidas de bioseguridad y otras que velen por evitar que se den hechos delictivos.
Es decir, dividir estos estamento de seguridad para que trabajen por bloques, uno para la delincuencia y otro para la COVID-19.
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