Panamá
Panamá pasó de ser su sueño a una pesadilla, el crudo relato del sobreviviente del accidente aéreo de Chame
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El hombre, que volvió al lugar del accidente para esparcir las cenizas de su esposa, narró cómo el aferrarse a un cooler lo ayudó a mantenerse a flote.
Anthony y Deb Valleman, una pareja de Wisconsin, consideraban a Panamá como su segundo hogar. Su sueño era vivir en este país. Pero lo que un día fue una hermosa ilusión se tornó en una pesadilla cuando el 3 de enero de 2022, la avioneta en la que regresaban de una escapada de Año Nuevo se accidentó.
Deb, de 70 años, y su amiga Sue Borries, de 57, de Illinois, murieron en el accidente aéreo. Ambas mujeres eran maestras jubiladas.
A finales de abril, Anthony viajó a Hawái, donde esparció algunas de las cenizas de su esposa. Luego emprendió un viaje a un destino al que nunca pensó regresar: Panamá.
Su retorno fue parte del proceso de curación. Una vez en Panamá tomó un bote hasta el lugar del accidente y esparció más cenizas de Deb.
También se reunió con amigos y los voluntarios que cuidaron de las familias y trabajaron en las tareas de búsqueda y recuperación en las horas, días y semanas posteriores al accidente.
"Esta fue una reunión para agradecer a todos los que ayudaron. Y hubo mucha gente que ayudó", dijo Anthony a Wisn.com.
Una de las personas que Anthony más quería encontrar era al pescador que los halló en el mar y buscó ayuda.
"Tenía que agradecerle a ese pescador", agregó Valleman, quien efectivamente pudo reunirse con el buen samaritano.
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Una travesía mortal
Un vuelo corto desde Isla Contadora hasta el aeródromo de Chame en Panamá terminó en tragedia. Anthony recuerda que estaba sentado en la parte delantera del avión, Sue y Deb estaban en los asientos del medio y Melissa, atrás.
Al inicio sintió una vibración, la cual empeoró y luego describió problemas con el motor, pérdida de altitud y una llamada de auxilio.
"Recuerdo mirar. Estábamos a poco menos de 300 pies y era inminente el choque. Entonces, salgo. Recuerdo una explosión. Como un impacto, pero no claramente", precisa.
Un "cooler" del avión se convirtió en su salvavidas.
Velleman dijo que puso el brazo izquierdo alrededor del objeto y se aferró por su vida.
"Le dije a Melissa: 'Melissa, ven conmigo'. Me aferré a esa cosa durante, supongo, dos horas".
Anthony tenía fracturas en el brazo, el hombro, la clavícula izquierda, la derecha, el pulgar, además de una conmoción cerebral. Todavía se recupera de las heridas físicas, mientras las emocionales tal vez nunca sanen.
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