Cocodrilo también pasó por un proceso evolutivo
Publicado 2006/01/31 00:00:00
- Nueva York,
El hallazgo es un claro ejemplo de lo que los evolucionistas tienden a llamar "convergencia".
UN fósil que sesenta años después de excavarse ha sido identificado como el de un cocodrilo arcaico viene a desmentir la arraigada creencia de que ese animal es de los pocos que no ha evolucionado desde la noche de los tiempos.
A diferencia del cocodrilo, el espécimen, hasta ahora desconocido y que vivió hace 210 millones de años, era bípedo y desdentado, pero -según los especialistas- sus tobillos le entroncan definitivamente con los saurios actuales.
El descubrimiento se produjo por azar, cuando un investigador del Museo de Historia Natural de Nueva York, Sterling J.Nesbitt, revisó unos restos fósiles que desde su excavación a fines de los cuarenta se conservaban en una bolsa en los sótanos de la institución.
Los restos fueron recogidos por el paleontólogo Edwin Colbert en las campañas que realizó en 1947 y 1948 en Ghost Ranch Quarry, un área de Nuevo México rica en fósiles de ornithomimid, también llamado dinosaurio-avestruz.
De dos metros de largo, el ejemplar compartía con ese dinosaurio -parecido al velociraptor-, los ojos grandes, un cuello prolongado y el que se trasladara sólo con dos patas, por lo que se pensaba que era un ornithimimids.
Tras un análisis detallado, Nesbitt y el comisario de Paleontología del museo, Mark A.Norell, comprobaron que los huesos no eran, sin embargo, del mismo tipo que los de ese dinosaurio.
Esa circunstancia les indujo a seguir la investigación hasta que el examen de los tobillos les llevó a la conclusión de que se trata de un proto cocodrilo.
"Todo el mundo piensa que el cocodrilo es un fósil viviente que no ha evolucionado desde el Triásico pero eso no tiene ningún sentido", afirmó el experto en saurios Christopher Brochu, de la Universidad de Iowa, tras divulgarse el descubrimiento.
El especialista Sankar Chatterjee, de la Universidad Tech de Texas, había excavado en 1993 en ese estado el cráneo de lo que aparentemente era un dinosaurio que había vivido hace 210 millones de años y al que denominó Shuvosaurus.
A diferencia del cocodrilo, el espécimen, hasta ahora desconocido y que vivió hace 210 millones de años, era bípedo y desdentado, pero -según los especialistas- sus tobillos le entroncan definitivamente con los saurios actuales.
El descubrimiento se produjo por azar, cuando un investigador del Museo de Historia Natural de Nueva York, Sterling J.Nesbitt, revisó unos restos fósiles que desde su excavación a fines de los cuarenta se conservaban en una bolsa en los sótanos de la institución.
Los restos fueron recogidos por el paleontólogo Edwin Colbert en las campañas que realizó en 1947 y 1948 en Ghost Ranch Quarry, un área de Nuevo México rica en fósiles de ornithomimid, también llamado dinosaurio-avestruz.
De dos metros de largo, el ejemplar compartía con ese dinosaurio -parecido al velociraptor-, los ojos grandes, un cuello prolongado y el que se trasladara sólo con dos patas, por lo que se pensaba que era un ornithimimids.
Tras un análisis detallado, Nesbitt y el comisario de Paleontología del museo, Mark A.Norell, comprobaron que los huesos no eran, sin embargo, del mismo tipo que los de ese dinosaurio.
Esa circunstancia les indujo a seguir la investigación hasta que el examen de los tobillos les llevó a la conclusión de que se trata de un proto cocodrilo.
"Todo el mundo piensa que el cocodrilo es un fósil viviente que no ha evolucionado desde el Triásico pero eso no tiene ningún sentido", afirmó el experto en saurios Christopher Brochu, de la Universidad de Iowa, tras divulgarse el descubrimiento.
Además de confirmar que como el resto de criaturas vivas los cocodrilos han evolucionado, el hallazgo es un claro ejemplo de lo que los evolucionistas llaman "convergencia", cuando dos o más especies han compartido en el pasado la misma forma de cuerpo.
Esa "convergencia" con el ornithomimid fue el origen de la confusión en la clasificación de la especie ahora identificada, que vivió ochenta millones de años antes de que surgiera el dinosaurio-avestruz.
El especialista Sankar Chatterjee, de la Universidad Tech de Texas, había excavado en 1993 en ese estado el cráneo de lo que aparentemente era un dinosaurio que había vivido hace 210 millones de años y al que denominó Shuvosaurus.
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