"O-", el tipaje universal
Publicado 2007/04/04 23:00:00
- Katherine Palacio P./
Un equipo internacional de científicos anunció haber desarrollado un método sencillo para convertir un grupo sanguíneo en otro.La técnica podría ayudar a reducir la escasez de sangre para transfusiones en diversas partes del mundo.
Los investigadores, dirigidos por el Dr. Henrik Clausen de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, identificaron enzimas que pueden producir sangre del grupo O- a partir de los grupos A, B y AB.
La sangre del grupo O- se puede transfundir a pacientes de cualquier otro grupo.
Esto no pasa con los grupos A, B y AB, que sólo sirven para personas con sangre compatible.
El problema radica en dos moléculas, conocidas como antígenos, que aparecen en los grupos A, B y AB, pero no en el O-.
Cuando tiene lugar una transfusión entre grupos incompatibles, el sistema inmunológico produce anticuerpos contra los antígenos que le faltan.
Estas reacciones pueden resultar en anemias, fallos renales e incluso la muerte del paciente.
El nuevo método usa enzimas bacteriales para eliminar los antígenos de la superficie de los glóbulos rojos de los grupos A y B.
Para llegar a él, los investigadores analizaron 2.500 hongos y bacterias.
Entre ellos descubrieron dos bacterias -Elizabethkingia meningosepticum y Bacterioides fragilis- que contienen las enzimas útiles.
Uno de los científicos, el catedrático Martin Olsson, del Hospital Universitario de Lund, Suecia, le dijo a la BBC que la técnica sería rentable, ya que se podría aplicar en aproximadamente una hora, a temperatura ambiente.
Olsson indicó que ya se están realizando estudios clínicos con pacientes.
En la misma revista especializada donde se publicaron los resultados de la investigación, Nature Biotechnology, dos expertos, Geoff Daniels, del Bristol Institute for Transfusion Science en el Reino Unido, y Stephen Withers, de la Universidad de British Columbia, en Canadá, dijeron que el nuevo sistema podría ofrecer grandes beneficios.
"Este método puede facilitar la fabricación de glóbulos rojos universales, que reducirían sustancialmente las presiones sobre el suministro de sangre", señalaron.
Los dos especialistas recordaron que, desde hace años, se estudiaba la posibilidad de usar enzimas para convertir grupos sanguíneos, pero que hasta ahora era imposible debido a la ineficacia e incompatibilidad de las enzimas disponibles.
Sin embargo, el nuevo proceso no puede hacer nada contra el factor RH+, que puede provocar reacciones inmunológicas.
Sólo la sangre con el factor RH- se podrá usar para crear sangre del grupo O-.
La transfusión de sangre es el procedimiento médico de incorporar sangre o sus derivados procedentes de un individuo en el sistema circulatorio de otro, utilizado para mantener con vida a los pacientes que han sufrido pérdidas excesivas de sangre por traumas o cirugía, o para proporcionar algún elemento necesario en caso de enfermedades que afectan la producción de glóbulos rojos, blancos o algún otro componente sanguíneo.
Con los descubrimientos realizados acerca de la circulación de la sangre por William Harvey, se inició una investigación más sofisticada para las transfusiones de sangre en el siglo 17, con experimentos acertados de transfusiones en animales. Sin embargo, las investigaciones sucesivas en seres humanos no fueron tan exitosas y continuaron trayendo muerte.
La primera transfusión de sangre humana documentada fue administrada por el Dr. Jean-Baptiste Denys el 15 de Junio de 1667. Él transfirió la sangre de una oveja a un muchacho de 15 años (que más adelante murió y Denys fue acusado de asesinato).
Recién durante la primera década del siglo 19 se identificaron los diferentes tipos de sangre, y que la incompatibilidad entre la del donante y el receptor podía causar la muerte. El método de conservación de sangre humana para su uso diferido en transfusiones, mediante la adición de citrato de sodio, fue desarrollado por el médico argentino Luis Agote en 1914.
Los investigadores, dirigidos por el Dr. Henrik Clausen de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, identificaron enzimas que pueden producir sangre del grupo O- a partir de los grupos A, B y AB.
La sangre del grupo O- se puede transfundir a pacientes de cualquier otro grupo.
Esto no pasa con los grupos A, B y AB, que sólo sirven para personas con sangre compatible.
El problema radica en dos moléculas, conocidas como antígenos, que aparecen en los grupos A, B y AB, pero no en el O-.
Cuando tiene lugar una transfusión entre grupos incompatibles, el sistema inmunológico produce anticuerpos contra los antígenos que le faltan.
Estas reacciones pueden resultar en anemias, fallos renales e incluso la muerte del paciente.
El nuevo método usa enzimas bacteriales para eliminar los antígenos de la superficie de los glóbulos rojos de los grupos A y B.
Para llegar a él, los investigadores analizaron 2.500 hongos y bacterias.
Entre ellos descubrieron dos bacterias -Elizabethkingia meningosepticum y Bacterioides fragilis- que contienen las enzimas útiles.
Uno de los científicos, el catedrático Martin Olsson, del Hospital Universitario de Lund, Suecia, le dijo a la BBC que la técnica sería rentable, ya que se podría aplicar en aproximadamente una hora, a temperatura ambiente.
Olsson indicó que ya se están realizando estudios clínicos con pacientes.
En la misma revista especializada donde se publicaron los resultados de la investigación, Nature Biotechnology, dos expertos, Geoff Daniels, del Bristol Institute for Transfusion Science en el Reino Unido, y Stephen Withers, de la Universidad de British Columbia, en Canadá, dijeron que el nuevo sistema podría ofrecer grandes beneficios.
"Este método puede facilitar la fabricación de glóbulos rojos universales, que reducirían sustancialmente las presiones sobre el suministro de sangre", señalaron.
Los dos especialistas recordaron que, desde hace años, se estudiaba la posibilidad de usar enzimas para convertir grupos sanguíneos, pero que hasta ahora era imposible debido a la ineficacia e incompatibilidad de las enzimas disponibles.
Sin embargo, el nuevo proceso no puede hacer nada contra el factor RH+, que puede provocar reacciones inmunológicas.
Sólo la sangre con el factor RH- se podrá usar para crear sangre del grupo O-.
La transfusión de sangre es el procedimiento médico de incorporar sangre o sus derivados procedentes de un individuo en el sistema circulatorio de otro, utilizado para mantener con vida a los pacientes que han sufrido pérdidas excesivas de sangre por traumas o cirugía, o para proporcionar algún elemento necesario en caso de enfermedades que afectan la producción de glóbulos rojos, blancos o algún otro componente sanguíneo.
Con los descubrimientos realizados acerca de la circulación de la sangre por William Harvey, se inició una investigación más sofisticada para las transfusiones de sangre en el siglo 17, con experimentos acertados de transfusiones en animales. Sin embargo, las investigaciones sucesivas en seres humanos no fueron tan exitosas y continuaron trayendo muerte.
La primera transfusión de sangre humana documentada fue administrada por el Dr. Jean-Baptiste Denys el 15 de Junio de 1667. Él transfirió la sangre de una oveja a un muchacho de 15 años (que más adelante murió y Denys fue acusado de asesinato).
Recién durante la primera década del siglo 19 se identificaron los diferentes tipos de sangre, y que la incompatibilidad entre la del donante y el receptor podía causar la muerte. El método de conservación de sangre humana para su uso diferido en transfusiones, mediante la adición de citrato de sodio, fue desarrollado por el médico argentino Luis Agote en 1914.
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