Mentira todo fue una mentira
A diferencia de los gobiernos borregos que, sumisamente, aceptaban las directrices de la OMS cual sentencia de una suprema corte y, complacientemente, con los organismos regionales, se sometían a todas las directrices, no blandiendo, en ningún momento, argumento encaminado a la defensa de nuestra soberanía y dignidad nacional.