
Aprovecha que Dios te habla hoy
Monseñor Rómulo Emiliani | [email protected] |Dios te habla a tu corazón cuando experimentas inspiraciones divinas, ganas de orar, de guardar silencio, de concentrarte en tu interior para vivir.
Dios te habla a tu corazón cuando experimentas inspiraciones divinas, ganas de orar, de guardar silencio, de concentrarte en tu interior para vivir.
No oyes el gemido de una humanidad doliente porque les matan a sus hijos en las guerras, los destrozan en los bombardeos.
A esta indiferencia y ceguera se debe en parte el drama del hambre y desamparado de millones de personas.
Todos somos mensajeros. El gran drama nuestro es ser mensajeros de lo malo, de tragedias e infamias, de tristezas y dramas, de pesimismos y derrotismos.
Ahora es cuando debes dar un paso adelante y reconciliarte con tu rival. Ahora es cuando debes renunciar a aquello que te hace daño.
Como lo hace un bebé que se duerme acurrucado por su madre. Y miras la vida con los ojos de un niño sin malicia y ves la mano de Dios en todas las cosas.
El Señor quiere que construyamos nuestra casa sobre la roca que es él, para así lograr la salvación.
Dios tiene todo el derecho de ser escuchado, adorado, obedecido, amado. Claro que somos ladrones, y con mucha carga de culpa.
A Jesús le extrañó, que después de haber curado a diez leprosos, solo uno de ellos se devolvió para dar las gracias, y ese era un samaritano.
No juguemos a ser Dios, porque somos simples mortales que en el auge de nuestro resplandor caemos en oscuridad como la luciérnaga que es aplastada.
El martirio siempre ha existido en la Iglesia, y cuando una persona ofrece su vida por mantener intacta su fe, es porque cree firmemente que Cristo es el Señor.
No camines solo ni mal acompañado. Solo no porque Dios nos creó para vivir en comunidad. Somos personas hechas para convivir, dialogar, compartir.
Uno de los males que aquejan a la sociedad actual es el de actuar como borregos, como animalitos que "alguien misterioso" conduce a rediles que son prisiones.
En sus letras, el afamado físico asegura que Dios no pudo haber creado el universo y la ciencia 'reemplaza' a la religión.
Hasta que llegó el tiempo de su manifestación plena en la tierra, con el bautismo en el Jordán, previo los cuarenta días en el desierto.
Todo fue creado, no por razón del objeto, sino el objeto en razón y en función del hombre, del ser humano. No hay mayor explicación.
El pecado de omisión lo cometió el sacerdote judío de la parábola del buen samaritano al pasar de largo cuando estaba medio muerto su hermano de religión.