
Infinitud
Alonso Correa | [email protected] |Cuando el castigo se convierte en rutina, cuando nace el escape de una realidad condicionada, es el castigo el que se convierte en castigo para los castigadores
Cuando el castigo se convierte en rutina, cuando nace el escape de una realidad condicionada, es el castigo el que se convierte en castigo para los castigadores
Eso nos empobrece, nos frustra a la larga, nos entristece. Tenemos hambre de Dios, de trascendencia, de eternidad. Estamos hechos para Dios.