Al agua para quemar calorías, tonificar y divertirte
Publicado 2003/01/13 00:00:00
- La Plata
Si lo que buscas es mantenerte en forma y lograrlo durante este verano, debes saber que uno de los ejercicios más fáciles y efectivos para quemar calorías y al mismo tiempo tonificar tu cuerpo, con un mínimo porcentaje de lesiones musculares, es la natación.
Meterte en el agua y nadar, claro, como debe ser, es uno de los ejercicios cardiovasculares más completos para quemar caloría, tonificar, relaja y fortalecer el cuerpo, explica el instructor de natación, Jorge Gobea.
De acuerdo con Gobea, la efectividad de la natación radica en que para hacerlo hay que poner en movimiento músculos pequeños y grandes, los cuales trabajan al mismo tiempo, proporcionando un desarrollo uniforme.
El tiempo de ejercicio depende de la capacidad y resistencia corporal de cada persona. Se puede practicar como una simple rutina cardiovascular o para competencias, pero lo último necesita de técnicas especiales, disciplina y mucha dedicación, indica.
Sin embargo, el especialista aclara que lo anterior no significa que para hacerlo como parte de una rutina de mantenimiento o diversión no implica también conocer las reglas de práctica.
A juicio del instructor, este no es un ejercicio de impacto, porque no produce fricción ni golpea las articulaciones, por eso no se corren riesgos de lastimar los músculos o sufrir algún tipo de lesiones.
La natación es un ejercicio que se puede practicar a cualquier edad y a diferencia de otros, este es muy seguro para los adultos mayores.
Gobea señala que es mejor aprender a nadar en la infancia, ya que cuando se es adulto el temor al agua es más difícil de vencer, mientras que los niños lo ven como un medio de diversión y por eso pierden el temor con facilidad.
Agrega que a una persona que quiera aprender a nadar lo primero que se le debe enseñar es a flotar dentro del agua. Después el movimiento de brazos y piernas para desplazarse. Luego la posición de la cabeza, y aprender a controlar la respiración.
Además, hay que empezar dentro del agua a poca profundidad y luego ir pasando a las áreas más profundas. De esta manera la persona se va acostumbrando poco a poco a mantenerse dentro del agua y poder desplazarse con seguridad.
El instructor recomienda aprender en la piscina, porque en este espacio el cuerpo se hace más pesado a causa de la densidad del agua, por lo que hay que hacer un esfuerzo mayor por flotar, contrario a lo que pasa en el agua salada, donde el cuerpo flota con facilidad.
Indica que para aprender se pueden utilizar recursos de soporte como boyas entre las piernas para mantener la posición; tablas para sostener el cuerpo y mover las piernas; además de flotadores para lograr el equilibrio al quedar suspendido de pie en el agua.
Los estilos más conocidos para nadar son: libre, pecho, espalda, mariposa y dorso, sin embargo, hay otros estilos más complicados conocidos como militares o combinados, los cuales conllevan técnicas más estilizadas.
No obstante, la importancia de los estilos se apega más a las competencias. Para simple ejercicio con el estilo libre, que implica movimientos naturales del cuerpo, basta para mantenerse en forma y quemar calorías.
El instructor detalla que en el estilo libre hay que mantener el cuerpo recto, la cabeza dentro del agua y sacarla sólo para orientarse y tomar aire, mover los brazos (brazadas) y las piernas desde el muslo en forma de tijera sin doblar las rodillas.
Precisa que, es cierto que saber nadar es poder mantenerse a flote y desplazarse dentro del agua, pero para ejercitarse hay que hacerlo correctamente. Por ejemplo, al nadar moviendo las piernas de las rodillas para abajo y la cabeza afuera le acarreará dolores en el cuerpo por la mala posición de los músculos, se le agotarán las fuerzas en poco tiempo y corre el riesgo de sufrir calambres.
Meterte en el agua y nadar, claro, como debe ser, es uno de los ejercicios cardiovasculares más completos para quemar caloría, tonificar, relaja y fortalecer el cuerpo, explica el instructor de natación, Jorge Gobea.
De acuerdo con Gobea, la efectividad de la natación radica en que para hacerlo hay que poner en movimiento músculos pequeños y grandes, los cuales trabajan al mismo tiempo, proporcionando un desarrollo uniforme.
El tiempo de ejercicio depende de la capacidad y resistencia corporal de cada persona. Se puede practicar como una simple rutina cardiovascular o para competencias, pero lo último necesita de técnicas especiales, disciplina y mucha dedicación, indica.
Sin embargo, el especialista aclara que lo anterior no significa que para hacerlo como parte de una rutina de mantenimiento o diversión no implica también conocer las reglas de práctica.
A juicio del instructor, este no es un ejercicio de impacto, porque no produce fricción ni golpea las articulaciones, por eso no se corren riesgos de lastimar los músculos o sufrir algún tipo de lesiones.
La natación es un ejercicio que se puede practicar a cualquier edad y a diferencia de otros, este es muy seguro para los adultos mayores.
Gobea señala que es mejor aprender a nadar en la infancia, ya que cuando se es adulto el temor al agua es más difícil de vencer, mientras que los niños lo ven como un medio de diversión y por eso pierden el temor con facilidad.
Agrega que a una persona que quiera aprender a nadar lo primero que se le debe enseñar es a flotar dentro del agua. Después el movimiento de brazos y piernas para desplazarse. Luego la posición de la cabeza, y aprender a controlar la respiración.
Además, hay que empezar dentro del agua a poca profundidad y luego ir pasando a las áreas más profundas. De esta manera la persona se va acostumbrando poco a poco a mantenerse dentro del agua y poder desplazarse con seguridad.
El instructor recomienda aprender en la piscina, porque en este espacio el cuerpo se hace más pesado a causa de la densidad del agua, por lo que hay que hacer un esfuerzo mayor por flotar, contrario a lo que pasa en el agua salada, donde el cuerpo flota con facilidad.
Indica que para aprender se pueden utilizar recursos de soporte como boyas entre las piernas para mantener la posición; tablas para sostener el cuerpo y mover las piernas; además de flotadores para lograr el equilibrio al quedar suspendido de pie en el agua.
Los estilos más conocidos para nadar son: libre, pecho, espalda, mariposa y dorso, sin embargo, hay otros estilos más complicados conocidos como militares o combinados, los cuales conllevan técnicas más estilizadas.
No obstante, la importancia de los estilos se apega más a las competencias. Para simple ejercicio con el estilo libre, que implica movimientos naturales del cuerpo, basta para mantenerse en forma y quemar calorías.
El instructor detalla que en el estilo libre hay que mantener el cuerpo recto, la cabeza dentro del agua y sacarla sólo para orientarse y tomar aire, mover los brazos (brazadas) y las piernas desde el muslo en forma de tijera sin doblar las rodillas.
Precisa que, es cierto que saber nadar es poder mantenerse a flote y desplazarse dentro del agua, pero para ejercitarse hay que hacerlo correctamente. Por ejemplo, al nadar moviendo las piernas de las rodillas para abajo y la cabeza afuera le acarreará dolores en el cuerpo por la mala posición de los músculos, se le agotarán las fuerzas en poco tiempo y corre el riesgo de sufrir calambres.
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