Alaska impresionante
Publicado 2002/07/09 23:00:00
- REDACCION
Cuando el capitán George Vancouver atravesó navegando el Icy Streit en 1794, la Glacier Bay no era más que una mella en la costa llena de hielo. Según los científicos, desde entonces, el glaciar Grand Pacific ha disminuido en más de 100 km, para mostrar una tranquila «tierra que el tiempo olvidó» o profundos fiordos con paredes de roca a los lados y alimentados por otros quince glaciares, drenados por las mareas en disminución.La flora de la bahía va desde maduros bosques hasta delicadas plantas, mientras que osos pardos y negros, alces, cabras montesas, nutrias marinas, rorcuales, marsopas, focas y una colorida variedad de aves han hecho de la zona su hogar.
El recorrido en barco nos mostró la imagen que siempre habíamos guardado de Alaska. El viaje se inicia entrando por un enorme brazo de agua del Golfo de Alaska que conduce al Parque Nacional de Glaciar Bay, en el cual están ubicados 16 de los glaciares más imponentes del mundo. Estábamos frente a montañas de hielo, un espectáculo impresionante y majestuoso, teñido de blanco, envuelto en una naturaleza que parecía desafiarnos por romper su calma.
La cubierta del crucero estaba repleta de turistas deseosos por conocer el lugar. El sonido de las cámaras y los rostros de asombro al caer el primer trozo de hielo en el mar frío, nos hacía descubrir ese encanto oculto de Alaska.
Algunos afirman que es posible ver pedazos de hielo de cientos de pies de alto que se desprenden del glaciar y al caer al agua provocan un sonido impresionante. No tuvimos tanta suerte, sin embargo los ríos de hielo encontrándose con las aguas del Golfo fue el mejor ejemplo de la grandeza del lugar.
La travesía continuó y llegamos a la primera parada: Skagway. El lugar es el típico pueblo sacado de las películas de vaqueros. Las fachadas de los edificios conservan aún las huellas del siglo XIX cuando la fiebre del oro estaba en su apogeo y esta tierra era utilizada como parada para los buscadores del preciado metal.
Algunos de sus residentes cuentan que durante esa época, Skagway era conocida como el "Infierno en la Tierra", debido a las enfermedades y al control que ejercían bandidos violentos, quienes eran los dueños de los más de 70 bares del pequeño pueblo.
Al terminar la fiebre del oro muchos residentes emigraron, sin embargo, los que permanecieron en Skagway decidieron conservar la apariencia original. Y lo han logrado. Las estructuras de las casas y las aceras se mantienen de madera, creando un contraste con los modernos y vistosos vestuarios de los turistas que caminan por sus vías.
El principal movimiento económico se genera a base del turismo, que aumenta a principios de mayo y se extiende hasta finales de agosto, cuando llegan cerca de cuatro barcos por día. Skagway es una mezcla de pasado y presente, unidos en un solo tiempo y espacio.
En Alaska el clima cambia rápidamente. Puede brillar el sol, o puede llover en cualquier momento. Usualmente la lluvia no dura mucho; el mismo día puede haber lluvia y sol brillante. En verano, los días son largos y las noches son cortas. Contrario a lo que la gente piensa de Alaska como un congelador, las temperaturas de invierno, son habituales en pueblos del norte como Barrow donde no ven ni un rayo de sol durante casi 3 meses al año.
Las zonas más turísticas, como Skagway, Juneau y Ketchikan, disfrutan de un clima marítimo (7-18 °C en verano). Sorprendentemente, la temperatura veraniega del interior a menudo alcanza casi 27 °C.
Conocida como la "Primera Ciudad" de Alaska, es un pueblo sumamente pintoresco, ubicado al pie de Deer Mountain y en pilotes sobre el agua que se encuentra rodeado de bosques de cedros. A pesar de no poder recorrer todas sus calles, algunas de maderas, similares a las de Skagway, esta ciudad es más cosmopolita, hay más tiendas y cafés, que tambien tienen marcas del pasado. Además de la madera, dos dignos representantes de la naturaleza ocupan un lugar predominante en esta ciudad, la Deer Mountain Salmon Hatchery en la que se crían más de 300,000 salmones y los fiordos espectaculares de Misty-Fjords National Monument junto a los que emergen precipicios de 1,000 metros de profundidad. Conocida como la capital mundial del salmón, es la primera población de la costa de Alaska, y además de sus atractivos naturales, la actividad comercial y la pesca deportiva son muy importantes.
Juneau, la capital de Alaska y segunda parada a tierra firme, estaba lluviosa y nublada a nuestro arribo. El bullicio y el movimiento del ir y venir de personas y automóviles contrastaba con la tranquilidad y pasividad de Skagway. Desde el barco se puede caminar hasta el centro de la ciudad, que se ubica entre el mar y las montañas gigantes, aunque también es posible recorrerla en autobús. Sin embargo uno de sus mejores atractivos turísticos es volar en helicóptero sobre glaciares y aterrizar sobre los mismos. Es lo más cercano a lo que usted siempre ha imaginado de Alaska. A esta ciudad del oro, que se convierte en capital del estado en 1906, precisamente por la importancia del metal dorado, sólo se puede visitar en barco o avión.
Los turistas buscan aquellos recuerdos de principios de siglo visitando la Tradewll Mine, una de las más importantes de la época; al igual que el Alaska State Museum, en donde se encuentra información completas de la ciudad y el Estado. Pero uno de los lugares más significativos es St. Nicholas Russian Orthodox Church, una iglesia cuya cúpula tiene la forma de una cebolla.
El recorrido en barco nos mostró la imagen que siempre habíamos guardado de Alaska. El viaje se inicia entrando por un enorme brazo de agua del Golfo de Alaska que conduce al Parque Nacional de Glaciar Bay, en el cual están ubicados 16 de los glaciares más imponentes del mundo. Estábamos frente a montañas de hielo, un espectáculo impresionante y majestuoso, teñido de blanco, envuelto en una naturaleza que parecía desafiarnos por romper su calma.
La cubierta del crucero estaba repleta de turistas deseosos por conocer el lugar. El sonido de las cámaras y los rostros de asombro al caer el primer trozo de hielo en el mar frío, nos hacía descubrir ese encanto oculto de Alaska.
Algunos afirman que es posible ver pedazos de hielo de cientos de pies de alto que se desprenden del glaciar y al caer al agua provocan un sonido impresionante. No tuvimos tanta suerte, sin embargo los ríos de hielo encontrándose con las aguas del Golfo fue el mejor ejemplo de la grandeza del lugar.
La travesía continuó y llegamos a la primera parada: Skagway. El lugar es el típico pueblo sacado de las películas de vaqueros. Las fachadas de los edificios conservan aún las huellas del siglo XIX cuando la fiebre del oro estaba en su apogeo y esta tierra era utilizada como parada para los buscadores del preciado metal.
Algunos de sus residentes cuentan que durante esa época, Skagway era conocida como el "Infierno en la Tierra", debido a las enfermedades y al control que ejercían bandidos violentos, quienes eran los dueños de los más de 70 bares del pequeño pueblo.
Al terminar la fiebre del oro muchos residentes emigraron, sin embargo, los que permanecieron en Skagway decidieron conservar la apariencia original. Y lo han logrado. Las estructuras de las casas y las aceras se mantienen de madera, creando un contraste con los modernos y vistosos vestuarios de los turistas que caminan por sus vías.
El principal movimiento económico se genera a base del turismo, que aumenta a principios de mayo y se extiende hasta finales de agosto, cuando llegan cerca de cuatro barcos por día. Skagway es una mezcla de pasado y presente, unidos en un solo tiempo y espacio.
En Alaska el clima cambia rápidamente. Puede brillar el sol, o puede llover en cualquier momento. Usualmente la lluvia no dura mucho; el mismo día puede haber lluvia y sol brillante. En verano, los días son largos y las noches son cortas. Contrario a lo que la gente piensa de Alaska como un congelador, las temperaturas de invierno, son habituales en pueblos del norte como Barrow donde no ven ni un rayo de sol durante casi 3 meses al año.
Las zonas más turísticas, como Skagway, Juneau y Ketchikan, disfrutan de un clima marítimo (7-18 °C en verano). Sorprendentemente, la temperatura veraniega del interior a menudo alcanza casi 27 °C.
Conocida como la "Primera Ciudad" de Alaska, es un pueblo sumamente pintoresco, ubicado al pie de Deer Mountain y en pilotes sobre el agua que se encuentra rodeado de bosques de cedros. A pesar de no poder recorrer todas sus calles, algunas de maderas, similares a las de Skagway, esta ciudad es más cosmopolita, hay más tiendas y cafés, que tambien tienen marcas del pasado. Además de la madera, dos dignos representantes de la naturaleza ocupan un lugar predominante en esta ciudad, la Deer Mountain Salmon Hatchery en la que se crían más de 300,000 salmones y los fiordos espectaculares de Misty-Fjords National Monument junto a los que emergen precipicios de 1,000 metros de profundidad. Conocida como la capital mundial del salmón, es la primera población de la costa de Alaska, y además de sus atractivos naturales, la actividad comercial y la pesca deportiva son muy importantes.
Está localizada en una isla que en sus inicios era un área de pesca. Su nombre proviene del dialecto de la tribú India, Tlingit y quiere decir "el águila que se va volando" haciendo referencia a las caídas de agua que se pueden observar en este poblado.
Lo que más atrae a los visitantes de esta bella región, es su riqueza cultural producto del legado de los indios (primeros pobladores), la misma se puede observar en el Centro de la Herencia Totem, ahí se exponen gran variedad de artículos utilizados por los indios Tlingit, Haidas y Tsimshians.
Juneau, la capital de Alaska y segunda parada a tierra firme, estaba lluviosa y nublada a nuestro arribo. El bullicio y el movimiento del ir y venir de personas y automóviles contrastaba con la tranquilidad y pasividad de Skagway. Desde el barco se puede caminar hasta el centro de la ciudad, que se ubica entre el mar y las montañas gigantes, aunque también es posible recorrerla en autobús. Sin embargo uno de sus mejores atractivos turísticos es volar en helicóptero sobre glaciares y aterrizar sobre los mismos. Es lo más cercano a lo que usted siempre ha imaginado de Alaska. A esta ciudad del oro, que se convierte en capital del estado en 1906, precisamente por la importancia del metal dorado, sólo se puede visitar en barco o avión.
Los turistas buscan aquellos recuerdos de principios de siglo visitando la Tradewll Mine, una de las más importantes de la época; al igual que el Alaska State Museum, en donde se encuentra información completas de la ciudad y el Estado. Pero uno de los lugares más significativos es St. Nicholas Russian Orthodox Church, una iglesia cuya cúpula tiene la forma de una cebolla.
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