Alfonso Herrera y Franco prefiere llevar la bandera
Publicado 2000/01/27 00:00:00
- Yessika Valdés
Porque "prefiero llevar la bandera a seguir a los que la llevan", Alfonso Herrera y Franco ha trabajado duro para alcanzar las metas personales y profesionales. No por cosechar elogios ni agradecimientos, "por puro amor propio" y porque desde tierna edad aprendió que para ganarle la partida a la vida hay que foguearse. "Es mucho más satisfactorio", ejercer el liderazgo, sentar precedentes, dar espacio para la iniciativa. Atreverse.
Ese esmero por hacer las cosas bien y por no rendirse aunque los retos parezcan imposibles de alcanzar es propio también de su prole. Por ejemplo, Lil María Herrera, la destacada periodista y Relacionista Pública, al igual que Alfonso le han seguido los pasos puesto que ambos gozan en sus respectivas carreras de gran respeto.
SOLIDA ESTRUCTURA FAMILIAR
La unidad familiar, al igual que el amor por lo que uno hace, la perseverancia y el interés por superarse son rasgos que distinguen a la familia Herrera y Franco que saca tiempo para el disfrute de actividades en conjunto.
Con más de 40 años como miembro de APEDE, con una trayectoria destacada como empresario, Alfonso Herrera y Franco dedica también tiempo al Club Rotario de Panamá al que pertenece.
Tiene dos hijas (Lil María y Anabel) y un hijo (Alfonso), cuatro nietos. Su esposa Rosa le ha acompañado en los tiempos "de las vacas flacas" y en los de "las vacas gordas". Un matrimonio de más de 40 años permite a esta pareja demostrar que con respeto, un plan común, comunicación y mucho trabajo en equipo la relación de pareja funciona.
Ahora él se dedica a administrar propiedades. Ha sido una actividad de toda su vida. Su filosofía vital contempla el trabajo como un elemento clave para el éxito. Bien claro lo dice nuestro interlocutor: "Trabajar todos los días con fe y alegría y con el conocimiento de que con la mayor frecuencia no se agradecen los esfuerzos ajenos enseguida, sino al tiempo".
Ciertamente, admite Herrera y Franco, la vida para él "ha sido dura", pero cuando se traza una meta no desmaya hasta alcanzarla. Pero, no crece solo, se exige y motiva a otros a dar lo mejor de sí porque siente que dentro de cada persona hay mucho potencial que merece ser descubierto y puesto al servicio propio y de los demás.
PERSISTIR
Las cosas a veces no suelen salir como se espera. Pero, desistir puede ser atinado o no. Estudiar las circunstancias, determinar si se ha hecho suficiente esfuerzo es prudente. También, pudiera ser que haya que detener el paso para revisar por qué no se obtienen las respuestas esperadas. Lo que si es recomendable es que se haga este análisis y no se pretenda que las respuestas van a venir al individuo si este no se esfuerza. Alfonso Herrera y Franco ha puesto en práctica esto de aceptar los retos...Y buscar nuevos caminos. Pero no ceder. "Me he acostumbrado a tratar de resolver la situación que me presenten siempre trabajando", nos dice y agrega que siente que a él todo le cuesta más trabajo que a otros.
El trata de predicar con el ejemplo. Su mensaje a quienes quieran seguirlo, pero, sobre todo dirigido a la juventud, es que "no dejen a medias lo que se proponen y que procuren que los demás cumplan con su apostolado".
Tiene 90 años, una vida activa en varias organizaciones de las que es miembro y como administrador de bienes raíces. Es un hombre muy locuaz, con gran sentido del humor, buena disposición para ayudar, amigo como pocos, siempre presto para trabajar donde se le necesite. Pero, ante todo, es muy humano y trata de transmitir su optimismo a quienes le rodean, porque a la vida enfrentarla con una sonrisa ayuda mucho.
Ese esmero por hacer las cosas bien y por no rendirse aunque los retos parezcan imposibles de alcanzar es propio también de su prole. Por ejemplo, Lil María Herrera, la destacada periodista y Relacionista Pública, al igual que Alfonso le han seguido los pasos puesto que ambos gozan en sus respectivas carreras de gran respeto.
SOLIDA ESTRUCTURA FAMILIAR
La unidad familiar, al igual que el amor por lo que uno hace, la perseverancia y el interés por superarse son rasgos que distinguen a la familia Herrera y Franco que saca tiempo para el disfrute de actividades en conjunto.
Con más de 40 años como miembro de APEDE, con una trayectoria destacada como empresario, Alfonso Herrera y Franco dedica también tiempo al Club Rotario de Panamá al que pertenece.
Tiene dos hijas (Lil María y Anabel) y un hijo (Alfonso), cuatro nietos. Su esposa Rosa le ha acompañado en los tiempos "de las vacas flacas" y en los de "las vacas gordas". Un matrimonio de más de 40 años permite a esta pareja demostrar que con respeto, un plan común, comunicación y mucho trabajo en equipo la relación de pareja funciona.
Ahora él se dedica a administrar propiedades. Ha sido una actividad de toda su vida. Su filosofía vital contempla el trabajo como un elemento clave para el éxito. Bien claro lo dice nuestro interlocutor: "Trabajar todos los días con fe y alegría y con el conocimiento de que con la mayor frecuencia no se agradecen los esfuerzos ajenos enseguida, sino al tiempo".
Ciertamente, admite Herrera y Franco, la vida para él "ha sido dura", pero cuando se traza una meta no desmaya hasta alcanzarla. Pero, no crece solo, se exige y motiva a otros a dar lo mejor de sí porque siente que dentro de cada persona hay mucho potencial que merece ser descubierto y puesto al servicio propio y de los demás.
PERSISTIR
Las cosas a veces no suelen salir como se espera. Pero, desistir puede ser atinado o no. Estudiar las circunstancias, determinar si se ha hecho suficiente esfuerzo es prudente. También, pudiera ser que haya que detener el paso para revisar por qué no se obtienen las respuestas esperadas. Lo que si es recomendable es que se haga este análisis y no se pretenda que las respuestas van a venir al individuo si este no se esfuerza. Alfonso Herrera y Franco ha puesto en práctica esto de aceptar los retos...Y buscar nuevos caminos. Pero no ceder. "Me he acostumbrado a tratar de resolver la situación que me presenten siempre trabajando", nos dice y agrega que siente que a él todo le cuesta más trabajo que a otros.
El trata de predicar con el ejemplo. Su mensaje a quienes quieran seguirlo, pero, sobre todo dirigido a la juventud, es que "no dejen a medias lo que se proponen y que procuren que los demás cumplan con su apostolado".
Tiene 90 años, una vida activa en varias organizaciones de las que es miembro y como administrador de bienes raíces. Es un hombre muy locuaz, con gran sentido del humor, buena disposición para ayudar, amigo como pocos, siempre presto para trabajar donde se le necesite. Pero, ante todo, es muy humano y trata de transmitir su optimismo a quienes le rodean, porque a la vida enfrentarla con una sonrisa ayuda mucho.
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