Barenboim abre triunfalmente el Festival de Semana Santa en Berlín
Publicado 2000/04/19 23:00:00
- Buenos Aires
El director de orquesta Daniel Barenboim inauguró triunfalmente el festival de Semana Santa de la Opera del Estado de Berlín, con una nueva versión de "Tristán e Isolda" muy tenebrosa y propia tanto del drama de los dos amantes, como de esta época del año.
La dirección musical de Barenboim fue ovacionada por los 1.200 privilegiados que asistieron al estreno el domingo (las entradas se agotaron en enero) y elogiada en las peras críticas publicadas, que destacan que el artista israelí nacido en Argentina sigue mereciendo su fama de "maestro de los pasajes lentos y los contrastes".
En cambio, la sobria y sombría dirección escénica de Harry Kupfer fue recibida con una mezcla de aplausos entusiastas y abucheos.
Kupfer monta el drama de Richard Wagner en un cementerio y en torno a la inmensa figura de un ángel caído que va girando y cuyas alas se convierten en una especie de paisaje rocoso.
Un sabio juego de luces y un vestuario de telas pesadas y colores plomizos, realizado por la también israelí Buki Shiff, completa el ambiente de tragedia.
Kupfer y Barenboim han cooperado múltiples veces en el montaje de óperas de Wagner en Bayreuth y también en el antiguo teatro berlinés del que el músico israelí es director artístico.
De hecho, "Tristán e Isolda" es la penúltima obra de un ciclo de diez óperas de Wagner presentadas por ambos en ese teatro, ciclo que quedará completado el año que viene con una nueva producción de "El Holandés errante".
La mayoría de los intérpretes son también artistas familiarizados con el repertorio wagneriano, como la cantante estadounidense Deborah Polaski, que, entre otras cosas, ha cantado junto a Plácido Domingo en el Festival de Bayreuth.
Polaski era la estrella esperada de la noche, mientras que el otro gran triunfador no fue el interprete de Tristán, Siegfried Jerusalem, sino el barítono que personificaba a su padre, René Pape, cuya excelente interpretación fue la más aplaudida.
Pape es un artista joven y resultaba algo insólito en el papel del padre de un Tristán de 60 años, como es Jerusalem.Por otra parte, sin embargo, la voz madura y algo ronca, a veces, de Jerusalem, contribuyó a darle dramatismo a los momentos de agonía de Tristán.
El festival de Semana Santa de la Opera Estatal de Berlín, una de las tres con que cuenta esta capital, fue creado por Barenboim, que es director artístico del teatro desde 1992.
El programa de este año comprende el estreno de una nueva ópera del compositor británico Harrison Birtwistle titulada la "Ultima cena" que cuenta la comida pascual de Cristo y sus discípulos y la evolución del mundo desde entonces.
La dirección musical de Barenboim fue ovacionada por los 1.200 privilegiados que asistieron al estreno el domingo (las entradas se agotaron en enero) y elogiada en las peras críticas publicadas, que destacan que el artista israelí nacido en Argentina sigue mereciendo su fama de "maestro de los pasajes lentos y los contrastes".
En cambio, la sobria y sombría dirección escénica de Harry Kupfer fue recibida con una mezcla de aplausos entusiastas y abucheos.
Kupfer monta el drama de Richard Wagner en un cementerio y en torno a la inmensa figura de un ángel caído que va girando y cuyas alas se convierten en una especie de paisaje rocoso.
Un sabio juego de luces y un vestuario de telas pesadas y colores plomizos, realizado por la también israelí Buki Shiff, completa el ambiente de tragedia.
Kupfer y Barenboim han cooperado múltiples veces en el montaje de óperas de Wagner en Bayreuth y también en el antiguo teatro berlinés del que el músico israelí es director artístico.
De hecho, "Tristán e Isolda" es la penúltima obra de un ciclo de diez óperas de Wagner presentadas por ambos en ese teatro, ciclo que quedará completado el año que viene con una nueva producción de "El Holandés errante".
La mayoría de los intérpretes son también artistas familiarizados con el repertorio wagneriano, como la cantante estadounidense Deborah Polaski, que, entre otras cosas, ha cantado junto a Plácido Domingo en el Festival de Bayreuth.
Polaski era la estrella esperada de la noche, mientras que el otro gran triunfador no fue el interprete de Tristán, Siegfried Jerusalem, sino el barítono que personificaba a su padre, René Pape, cuya excelente interpretación fue la más aplaudida.
Pape es un artista joven y resultaba algo insólito en el papel del padre de un Tristán de 60 años, como es Jerusalem.Por otra parte, sin embargo, la voz madura y algo ronca, a veces, de Jerusalem, contribuyó a darle dramatismo a los momentos de agonía de Tristán.
El festival de Semana Santa de la Opera Estatal de Berlín, una de las tres con que cuenta esta capital, fue creado por Barenboim, que es director artístico del teatro desde 1992.
El programa de este año comprende el estreno de una nueva ópera del compositor británico Harrison Birtwistle titulada la "Ultima cena" que cuenta la comida pascual de Cristo y sus discípulos y la evolución del mundo desde entonces.
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