Brillo en la Plaza de Altamira
Publicado 2005/11/07 00:00:00
- Internacional
Desde el pasado martes 1º hasta el viernes 4 de noviembre se desarrolló la V Semana de la Moda de Caracas en la Plaza Altamira, espacio emblemático de la ciudad. Allí se desplegaron sobre la pasarela los talentos de la moda nacional a lo largo de 4 alucinantes noches.
En la penúltima noche de desfiles, con una fervorosa lealtad del público que desbordó la Plaza Altamira, se cumplieron casi todos los pronósticos: los creadores de renombre reafirmaron su prestigio y los noveles exhibieron su ímpetu.
Todos se asombraron cuando Raenrra -Rafael Enrique Ramírez, cuando sus maniquíes exhibieron una divertida (y muy adolescente) colección en rosado que las asemejaban a una bandita de pin-ups escapadas de la revista "Tu".
Esta actividad fue una iniciativa en conjunto entre la Fundación Cultural Chacao y Altazor Comunicaciones, presidida por Roland Carreño para solidificar el nombre de Venezuela en el vasto mundo de la moda.
"¡Como en París! ¡Como en París!" exclamaban las señoras de sociedad cuando el obelisco de Altamira, al este de la ciudad capital, comenzó a chisporrotear con su punta encendida por las bengalas y la frase "Semana de la Moda de Caracas" se proyectó sobre la lisa columna.
El asombro era general: la pasarela se extendía en azul cobalto sobre el espejo de agua de la Plaza Altamira, mientras los desaprensivos usuarios del Metro no entendían el motivo de las cascadas de fuegos artificiales que se desencadenaban desde lo alto como apertura oficial de la vitrina más seria de la moda venezolana -y la más antigua, puesto que ya alcanza su quinta edición, tratando de posicionarse a la par de los tradicionales "Fashion Week" que pululan desde Ciudad de México hasta Sao Paulo.
La auténtica revelación de la noche fue el maestro José María Almeida, quien comprobó porqué su estrella ha ascendido firmemente en el cielo de la moda internacional.
En la penúltima noche de desfiles, con una fervorosa lealtad del público que desbordó la Plaza Altamira, se cumplieron casi todos los pronósticos: los creadores de renombre reafirmaron su prestigio y los noveles exhibieron su ímpetu.
Todos se asombraron cuando Raenrra -Rafael Enrique Ramírez, cuando sus maniquíes exhibieron una divertida (y muy adolescente) colección en rosado que las asemejaban a una bandita de pin-ups escapadas de la revista "Tu".
Esta actividad fue una iniciativa en conjunto entre la Fundación Cultural Chacao y Altazor Comunicaciones, presidida por Roland Carreño para solidificar el nombre de Venezuela en el vasto mundo de la moda.
"¡Como en París! ¡Como en París!" exclamaban las señoras de sociedad cuando el obelisco de Altamira, al este de la ciudad capital, comenzó a chisporrotear con su punta encendida por las bengalas y la frase "Semana de la Moda de Caracas" se proyectó sobre la lisa columna.
El asombro era general: la pasarela se extendía en azul cobalto sobre el espejo de agua de la Plaza Altamira, mientras los desaprensivos usuarios del Metro no entendían el motivo de las cascadas de fuegos artificiales que se desencadenaban desde lo alto como apertura oficial de la vitrina más seria de la moda venezolana -y la más antigua, puesto que ya alcanza su quinta edición, tratando de posicionarse a la par de los tradicionales "Fashion Week" que pululan desde Ciudad de México hasta Sao Paulo.
La auténtica revelación de la noche fue el maestro José María Almeida, quien comprobó porqué su estrella ha ascendido firmemente en el cielo de la moda internacional.
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