"Caballos de Paso", generaciones de tradición y casta
Publicado 2002/12/15 00:00:00
- REDACCION
Su postura es una pieza clave de su éxito, la imperfección no es permitida en sus cuerpos, la autenticidad de su linaje es comprobada mediante exámenes de ADN; son celosamente entrenados para marchar, no corren, casi danzan con una gracia y paso innato. Son caballos de paso, el equivalente animal del mundo del fashion y top model.
Podemos hablar de dos clases de caballos de paso: los colombianos y los peruanos. Según el juez internacional de caballos Víctor Ortíz, el caballo colombiano nace de la mezcla de los ya desaparecidos caballos beberiscos, y de los caballos andaluces que trajeron los conquistadores en un viaje de Colón en 1525 a República Dominicana.
El paso fino surge a raíz de lo accidentado de la topografía colombiana, porque a los animales se les enseñó a subir y a bajar, a estar en planicies. "Muchos países se están peleando la autoría de la iniciación del paso fino, pero la realidad de la historia nos dice que en Colombia nació el paso fino", indicó Ortíz.
Los caballos colombianos y peruanos son muy suaves y buenos para cabalgatas, además, tienen la misma secuencia al caminar. La diferencia radica en que los peruanos fueron criados para sacarles virtudes diferentes a las del caballo colombiano, es más grande, su caminar es más largo, hacen movimientos con sus manos como si estuvieran nadando y tienen menos brío.
Del caballo de paso colombiano se busca que sea más recortado y ágil en sus movimientos de patas y manos, la posición de su cabeza es diferente y es brioso. El brío combinado con la nobleza del animal le ayuda a su paso, rapidez, cadencia y atención al chalán.
En los caballos colombianos podemos encontrar los paso fino y los trocheros. Los de paso fino son más suaves, caminan con movimientos laterales, mientras que los caballos de trocha pisan en diagonales. No se puede decir cuál es el mejor, si el peruano o el colombiano, es cuestión de gustos. Unos prefieren al primero por su docilidad y fácil manejo, y otros, como el criador y amante de los caballos Don Jorge Araúz se inclina por los colombianos por su energía, ritmo, vistosidad y fogosidad.
Hay cuatro aires o pasos de los caballos colombianos: el trote y galope, la trocha pura, la trocha y el galope y el paso fino. El trote es un aire de dos batidas en el que el caballo se mueve por diagonales. Coloca una pata y una mano al tiempo y hace un tas. El sonido que debe hacer en la pista es "tas, tas, tas", es un aire de dos tiempos, con batidas sucesivas y alternadas. Cuando el caballo realiza el galope hace un aire de tres tiempos, empezando con una pata, siguiendo con la otra, saca una mano delante y bota la otra. En la pista sonora un "galopero" hace un sonido que parece decir: "catorce, catorce, catorce".
La trocha es un aire de cuatro tiempos igual que el paso fino, pero por diagonales: pata, mano, pata, mano; se hace en una forma desigual.
El paso fino es de cuatro tiempos, pero por laterales, pata y mano del mismo lado. Es un aire importante por la suavidad que tiene el caballo. Para probar la finura de un caballo se ha colocado un vaso de agua en el anca del animal y si no se bota, estamos ante un extraordinario espécimen. Los caballos paso fino son los que tiene más demanda a nivel mundial, es el caballo de espectáculo más caro en el mundo, llegando su precio a varios millones de dólares.
En los caballos de paso hay ciertas características que se consideran defectos y que impiden que un ejemplar pueda participar de las competencias. La despigmentación es una de ellas, porque es genéticamente transmisible. Los lunares con piel rosada, las manchas en los ollares o fosas nasales o despigmentación en los labios superior e inferior son reprobables.
Los caballos tuertos, con orejas caídas o gachos, y los que tienen el dorso demasiado curvo no puede competir. En el caso de las hembras hay menos rigidez en los parámetros, porque las yeguas de cría tienden a tener mayor curvatura en la columna por el peso del vientre.
Cuando es un potro el que tiene el lomo curvo, los veterinarios recomiendan para corregir esta condición administrarle vitaminas y calcio y colocar su alimento en el piso, para que el baje la cabeza y no tenga que arquear el lomo.
Podemos hablar de dos clases de caballos de paso: los colombianos y los peruanos. Según el juez internacional de caballos Víctor Ortíz, el caballo colombiano nace de la mezcla de los ya desaparecidos caballos beberiscos, y de los caballos andaluces que trajeron los conquistadores en un viaje de Colón en 1525 a República Dominicana.
El paso fino surge a raíz de lo accidentado de la topografía colombiana, porque a los animales se les enseñó a subir y a bajar, a estar en planicies. "Muchos países se están peleando la autoría de la iniciación del paso fino, pero la realidad de la historia nos dice que en Colombia nació el paso fino", indicó Ortíz.
Los caballos colombianos y peruanos son muy suaves y buenos para cabalgatas, además, tienen la misma secuencia al caminar. La diferencia radica en que los peruanos fueron criados para sacarles virtudes diferentes a las del caballo colombiano, es más grande, su caminar es más largo, hacen movimientos con sus manos como si estuvieran nadando y tienen menos brío.
Del caballo de paso colombiano se busca que sea más recortado y ágil en sus movimientos de patas y manos, la posición de su cabeza es diferente y es brioso. El brío combinado con la nobleza del animal le ayuda a su paso, rapidez, cadencia y atención al chalán.
En los caballos colombianos podemos encontrar los paso fino y los trocheros. Los de paso fino son más suaves, caminan con movimientos laterales, mientras que los caballos de trocha pisan en diagonales. No se puede decir cuál es el mejor, si el peruano o el colombiano, es cuestión de gustos. Unos prefieren al primero por su docilidad y fácil manejo, y otros, como el criador y amante de los caballos Don Jorge Araúz se inclina por los colombianos por su energía, ritmo, vistosidad y fogosidad.
Hay cuatro aires o pasos de los caballos colombianos: el trote y galope, la trocha pura, la trocha y el galope y el paso fino. El trote es un aire de dos batidas en el que el caballo se mueve por diagonales. Coloca una pata y una mano al tiempo y hace un tas. El sonido que debe hacer en la pista es "tas, tas, tas", es un aire de dos tiempos, con batidas sucesivas y alternadas. Cuando el caballo realiza el galope hace un aire de tres tiempos, empezando con una pata, siguiendo con la otra, saca una mano delante y bota la otra. En la pista sonora un "galopero" hace un sonido que parece decir: "catorce, catorce, catorce".
La trocha es un aire de cuatro tiempos igual que el paso fino, pero por diagonales: pata, mano, pata, mano; se hace en una forma desigual.
El paso fino es de cuatro tiempos, pero por laterales, pata y mano del mismo lado. Es un aire importante por la suavidad que tiene el caballo. Para probar la finura de un caballo se ha colocado un vaso de agua en el anca del animal y si no se bota, estamos ante un extraordinario espécimen. Los caballos paso fino son los que tiene más demanda a nivel mundial, es el caballo de espectáculo más caro en el mundo, llegando su precio a varios millones de dólares.
En los caballos de paso hay ciertas características que se consideran defectos y que impiden que un ejemplar pueda participar de las competencias. La despigmentación es una de ellas, porque es genéticamente transmisible. Los lunares con piel rosada, las manchas en los ollares o fosas nasales o despigmentación en los labios superior e inferior son reprobables.
Los caballos tuertos, con orejas caídas o gachos, y los que tienen el dorso demasiado curvo no puede competir. En el caso de las hembras hay menos rigidez en los parámetros, porque las yeguas de cría tienden a tener mayor curvatura en la columna por el peso del vientre.
Cuando es un potro el que tiene el lomo curvo, los veterinarios recomiendan para corregir esta condición administrarle vitaminas y calcio y colocar su alimento en el piso, para que el baje la cabeza y no tenga que arquear el lomo.
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