Caminando por la misma senda
Publicado 2005/11/30 00:00:00
- Yessika Valdés
Los estudiosos de la población nos lo repiten casi a diario: cada día más, la población envejece. Panamá no es la excepción.
HOY que arrancamos la última hoja de noviembre en el calendario, queremos reflexionar un poquito acerca de lo que implica que se esté invirtiendo la pirámide poblacional. De lo que han hecho y hacen los adultos mayores en favor de la sociedad. Y, también sobre lo apremiante que es estructurar programas encaminados a satisfacer las crecientes necesidades de este grupo etario.
Vemos con satisfacción que los bancos desde hace buenos años que tienen cajeros especiales para atender gente de edad avanzada. También estas personas están ejerciendo sus derechos a descuentos y tarifas especiales en productos y servicios. Y es que restaurantes, supermercados, farmacias, agencias de viajes, instituciones que brindan los servicios telefónicos y de electricidad, se han dado cuenta de que con el correr del tiempo los adultos mayores se están informando más sobre sus derechos, las leyes que los protegen y quieren tener una mejor calidad de vida.
La idea de llegar a la Tercera Edad activos, útiles, ágiles la comparten más y más hombres y mujeres que ya han aportado bastante a la sociedad, así sea desde el hogar como madres y padres de familia o también en los sectores de la economía donde sí se lleva un registro de las estadísticas.
Pero, hablando de cifras, no quieren que se les vea únicamente como un número a la hora de contabilizar, desean que su parecer sea tomado en cuenta, que hayan las facilidades y condiciones para que vivan decorosamente esta etapa de su evolución como seres humanos, que merecen respeto y consideración de parte de los demás habitantes del país.
Estamos viendo más a menudo que la adulta mayor no se limita a criar nietos, quiere su espacio, su libertad, su independencia. Y, participa en grupos de la III Edad, va a la Universidad de la III Edad y del Trabajo y retoma algunos retos y metas que dejó de enfrentar o hubo de posponer.
Asimismo, poquito a poco las campañas sobre los valores morales están calando. Vuelven a ser vistos con buenos ojos por muchos de quienes los habían depreciado y despreciado el respeto, los buenos modales. Entonces, alegra ver que hay gente de distinta edad que está despertando de su insensibilidad hacia las personas de edad avanzada y puede usted ver de nuevo que hay jóvenes que ayudan a ancianos a cruzar la calle o que le ceden el puesto en un autobús.
Por otra parte, están quienes cumplen un importante papel realizando actividades donde dan cabida a gente de edad avanzada. No en vano tiene experiencia acumulada en las artes plásticas, la ciencia, la literatura, la música..
Y, el voluntariado en Panamá tiene entre su ejército de colaboradores a hombres y mujeres de la III Edad que idean, organizan y llevan a cabo actividades que redundan en favor de los más necesitados.
Vemos con satisfacción que los bancos desde hace buenos años que tienen cajeros especiales para atender gente de edad avanzada. También estas personas están ejerciendo sus derechos a descuentos y tarifas especiales en productos y servicios. Y es que restaurantes, supermercados, farmacias, agencias de viajes, instituciones que brindan los servicios telefónicos y de electricidad, se han dado cuenta de que con el correr del tiempo los adultos mayores se están informando más sobre sus derechos, las leyes que los protegen y quieren tener una mejor calidad de vida.
La idea de llegar a la Tercera Edad activos, útiles, ágiles la comparten más y más hombres y mujeres que ya han aportado bastante a la sociedad, así sea desde el hogar como madres y padres de familia o también en los sectores de la economía donde sí se lleva un registro de las estadísticas.
Pero, hablando de cifras, no quieren que se les vea únicamente como un número a la hora de contabilizar, desean que su parecer sea tomado en cuenta, que hayan las facilidades y condiciones para que vivan decorosamente esta etapa de su evolución como seres humanos, que merecen respeto y consideración de parte de los demás habitantes del país.
Estamos viendo más a menudo que la adulta mayor no se limita a criar nietos, quiere su espacio, su libertad, su independencia. Y, participa en grupos de la III Edad, va a la Universidad de la III Edad y del Trabajo y retoma algunos retos y metas que dejó de enfrentar o hubo de posponer.
Asimismo, poquito a poco las campañas sobre los valores morales están calando. Vuelven a ser vistos con buenos ojos por muchos de quienes los habían depreciado y despreciado el respeto, los buenos modales. Entonces, alegra ver que hay gente de distinta edad que está despertando de su insensibilidad hacia las personas de edad avanzada y puede usted ver de nuevo que hay jóvenes que ayudan a ancianos a cruzar la calle o que le ceden el puesto en un autobús.
Por otra parte, están quienes cumplen un importante papel realizando actividades donde dan cabida a gente de edad avanzada. No en vano tiene experiencia acumulada en las artes plásticas, la ciencia, la literatura, la música..
Y, el voluntariado en Panamá tiene entre su ejército de colaboradores a hombres y mujeres de la III Edad que idean, organizan y llevan a cabo actividades que redundan en favor de los más necesitados.
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