Conozca sus vías de transporte fluviales
Publicado 2005/12/04 00:00:00
- REDACCION
Los franceses descubrieron los encantos del turismo fluvial en 1964.
Aquel año, el yate británico Leiden causó sensación atravesando Francia desde el canal de la Mancha hasta el Mediterráneo a través de ríos y canales.
Treinta años después, los cruceros de agua dulce se han desarrollado considerablemente. Y son sobre todo los extranjeros los que más los aprecian; así por ejemplo, en 1994 representaban cerca del 70% de los 160.000 usuarios.
Los 8.500 kilómetros que integran la inmensa y variada red francesa de vías navegables comunican los cinco principales ríos de Francia -el Sena, el Loira, el Garona, el Rin y el Ródano- mediante una serie de canales artificiales.
El canal de Briare, el primero de todos los tiempos en unir dos cuencas fluviales (las del Sena y el Loira), fue inaugurado en 1642.
Desde entonces, la técnica no ha cesado de evolucionar dotando a los canales de extraordinarias obras de arte.
El canal del Midi, que desde 1681 comunica el río Garona con el mar Mediterráneo, constituye en sí toda una serie de proezas científicas y estéticas que le han valido hace poco entrar a formar parte del patrimonio mundial de la humanidad de la Unesco.
La magnífica "escalera" de siete esclusas de Fonserannes, cerca de Béziers, es sin duda un ejemplo perfecto.
Desde 1983 cuenta además con una pendiente de agua, reciente invención de un ingeniero francés.
A los pasajeros les asombra ver que su navío flota en una masa de agua, lanzada o retenida por un enorme escudo móvil a lo largo de un canal inclinado.
Cada año 160.000 amantes de los cruceros de agua dulce surcan la mayor red de vías navegables de Europa en busca de serenidad y paisajes excepcionales.
Unos ocho millones de personas al año disfrutan de un recorrido en los bateaux-mouches, embarcaciones turísticas en la mayoría de las ciudades de Francia.
Aquel año, el yate británico Leiden causó sensación atravesando Francia desde el canal de la Mancha hasta el Mediterráneo a través de ríos y canales.
Treinta años después, los cruceros de agua dulce se han desarrollado considerablemente. Y son sobre todo los extranjeros los que más los aprecian; así por ejemplo, en 1994 representaban cerca del 70% de los 160.000 usuarios.
Los 8.500 kilómetros que integran la inmensa y variada red francesa de vías navegables comunican los cinco principales ríos de Francia -el Sena, el Loira, el Garona, el Rin y el Ródano- mediante una serie de canales artificiales.
El canal de Briare, el primero de todos los tiempos en unir dos cuencas fluviales (las del Sena y el Loira), fue inaugurado en 1642.
Desde entonces, la técnica no ha cesado de evolucionar dotando a los canales de extraordinarias obras de arte.
El canal del Midi, que desde 1681 comunica el río Garona con el mar Mediterráneo, constituye en sí toda una serie de proezas científicas y estéticas que le han valido hace poco entrar a formar parte del patrimonio mundial de la humanidad de la Unesco.
La magnífica "escalera" de siete esclusas de Fonserannes, cerca de Béziers, es sin duda un ejemplo perfecto.
Desde 1983 cuenta además con una pendiente de agua, reciente invención de un ingeniero francés.
A los pasajeros les asombra ver que su navío flota en una masa de agua, lanzada o retenida por un enorme escudo móvil a lo largo de un canal inclinado.
Cada año 160.000 amantes de los cruceros de agua dulce surcan la mayor red de vías navegables de Europa en busca de serenidad y paisajes excepcionales.
Unos ocho millones de personas al año disfrutan de un recorrido en los bateaux-mouches, embarcaciones turísticas en la mayoría de las ciudades de Francia.
Si desea ir de vacaciones a Francia no deje de visitar museos y monumentos de París y de la región Ile-de-France: por 1 día (60 francos, 12 dólares), 2 días (120 francos, 24 dólares), 3 días (170 francos, 34 dólares).
En Córcega se puede esquiar por la mañana en Asco y hacer submarinismo por la tarde en la costa de Calvi; lo mismo ocurre en la Costa Azul donde se pasa rápidamente de las pistas de esquí de Valberg o Isola 2000 a las grutas submarinas del Cabo de Antibes.
De la misma manera, al norte de Lyón, visite la famosa Pérouges ciudad medieval fortificada, conservada y muy requerida por el cine.
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