Constancia, cariño y gozo: los Jacintos
Publicado 2004/09/25 23:00:00
- Félix Gabriel Josez
El jacinto es una planta bulbosa familia de las liláceas, se encuentra entre las más populares de los jardines, gracias a sus bellos racimos de flores de colores vivos e intenso perfume.
La peculiaridad de estas flores, es que nacen en forma de racimos, que surgen del medio de las hojas, cada uno con pequeñas inflorescencias, todas ellas del mismo color.
Existen variedades de diversas tonalidades: rojo, azul, naranja, rosa, amarillo, blanco, etc. Generalmente los bulbos de color claro corresponden a flores blancas y amarillas, los de color oscuro, al resto de gamas.
Los bulbos se deben introducir a un palmo bajo tierra. El suelo debe ser drenado, suelto y fértil, donde dé bien el sol. Insistimos en que el exceso de riego y los suelos húmedos pueden pudrir la planta.
Para la tierra podemos usar una mezcla de tres partes: una de arena de río, otra de sustrato universal y una tercera de mantillo.
Para ayudar a la planta, tendremos que cortar todo lo que se pueda cuando haya pasado la primera inflorescencia.
Los mismos jacintos producen pequeños bulbos que nos pueden servir para cultivar nuevas plantas.
Para forzar a los bulbos a generar bulbillos podemos recurrir a dos técnicas:
La peculiaridad de estas flores, es que nacen en forma de racimos, que surgen del medio de las hojas, cada uno con pequeñas inflorescencias, todas ellas del mismo color.
Existen variedades de diversas tonalidades: rojo, azul, naranja, rosa, amarillo, blanco, etc. Generalmente los bulbos de color claro corresponden a flores blancas y amarillas, los de color oscuro, al resto de gamas.
Los bulbos se deben introducir a un palmo bajo tierra. El suelo debe ser drenado, suelto y fértil, donde dé bien el sol. Insistimos en que el exceso de riego y los suelos húmedos pueden pudrir la planta.
Para la tierra podemos usar una mezcla de tres partes: una de arena de río, otra de sustrato universal y una tercera de mantillo.
Para ayudar a la planta, tendremos que cortar todo lo que se pueda cuando haya pasado la primera inflorescencia.
Los mismos jacintos producen pequeños bulbos que nos pueden servir para cultivar nuevas plantas.
Para forzar a los bulbos a generar bulbillos podemos recurrir a dos técnicas:
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Corta la base del bulbo, justo de la parte donde salen las raíces, de manera que todas las hojas del bulbo se hayan cortado. Se aplica fungicida y se deja el bulbo en una zona fresca y ventilada hasta que se formen en el corte los pequeños bulbos.
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Otra alternativa más sencilla es hacer en la base del bulbo dos cortes en cruz poco profundos. Se deja en un sitio seco hasta que se abran los cortes. Al trasladar el bulbo a un lugar ventilado y oscuro, se desarrollarán los bulbillos en esos mismos cortes.
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