Cuando el sufrir se convierte en placer
Publicado 2004/07/18 23:00:00
- Dra. Geraldine Emiliani
Hay historias noveladas como "El monstruo de Dusseldorf", en que su protagonista experimentaba orgasmos mientras estrangulaba o apuñalaba a sus víctimas. Dentro del grupo de masoquistas y sádicos, este personaje violento y criminal es raro.
Los masoquistas son aquellos sujetos cuyo modo exclusivo de sentir excitación sexual consiste en ser humillados, atados, golpeados o atormentados de cualquier manera. En el auténtico masoquismo las fantasías se dan desde la infancia.
La edad en la que empiezan las actividades masoquistas con la pareja es variable, pero con frecuencia es el principio de la edad adulta. El trastorno tiene generalmente un curso crónico, y el individuo tiende a repetir una y otra vez el mismo acto masoquista. Algunas personas con masoquismo sexual pueden llevar a cabo actos masoquistas durante muchos años sin aumentar su potencial lesivo. Sin embargo, en otros casos aumenta la gravedad de los actos masoquistas con el paso del tiempo o durante períodos de estrés, lo cual eventualmente puede producir lesiones o incluso la muerte del individuo.
En cambio, el sádico -con objeto de obtener excitación sexual- es el que inflige a su pareja sufrimiento psicológico o físico repetida e intencionalmente, sin su consentimiento. En el caso de que la pareja lo desee, la forma preferida de obtener excitación sexual es relacionar la humillación con sufrimiento corporal simulado o ligero. Sólo en casos extremos producen lesiones corporales intensas, permanentes o incluso mortales.
El sadomasoquismo es una actividad que se realiza a escondidas y es muy difícil conocer cuántas personas se hallan involucradas en esta parafilia. En una relación sexual normal hay actos habituales y comunes tales como los rasguños y heridas por mordiscos. Sin embargo, cuando una pareja deliberadamente conjura fantasías de mal trato que son sexualmente excitantes, o cuando activamente buscan dolor físico y psicológico, como el proveniente de estar encadenado, ser golpeado, pateado, azotado e injuriado verbalmente como un medio de acrecentar el placer sexual, estamos ante una verdadera parafilia.
Los masoquistas son aquellos sujetos cuyo modo exclusivo de sentir excitación sexual consiste en ser humillados, atados, golpeados o atormentados de cualquier manera. En el auténtico masoquismo las fantasías se dan desde la infancia.
La edad en la que empiezan las actividades masoquistas con la pareja es variable, pero con frecuencia es el principio de la edad adulta. El trastorno tiene generalmente un curso crónico, y el individuo tiende a repetir una y otra vez el mismo acto masoquista. Algunas personas con masoquismo sexual pueden llevar a cabo actos masoquistas durante muchos años sin aumentar su potencial lesivo. Sin embargo, en otros casos aumenta la gravedad de los actos masoquistas con el paso del tiempo o durante períodos de estrés, lo cual eventualmente puede producir lesiones o incluso la muerte del individuo.
En cambio, el sádico -con objeto de obtener excitación sexual- es el que inflige a su pareja sufrimiento psicológico o físico repetida e intencionalmente, sin su consentimiento. En el caso de que la pareja lo desee, la forma preferida de obtener excitación sexual es relacionar la humillación con sufrimiento corporal simulado o ligero. Sólo en casos extremos producen lesiones corporales intensas, permanentes o incluso mortales.
El sadomasoquismo es una actividad que se realiza a escondidas y es muy difícil conocer cuántas personas se hallan involucradas en esta parafilia. En una relación sexual normal hay actos habituales y comunes tales como los rasguños y heridas por mordiscos. Sin embargo, cuando una pareja deliberadamente conjura fantasías de mal trato que son sexualmente excitantes, o cuando activamente buscan dolor físico y psicológico, como el proveniente de estar encadenado, ser golpeado, pateado, azotado e injuriado verbalmente como un medio de acrecentar el placer sexual, estamos ante una verdadera parafilia.
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