Cuando falta la figura paterna
Publicado 2001/11/26 00:00:00
Quedé embarazada cuando cumplía los 18 años. Fue durante el carnaval. Lo recuerdo muy bien, porque ese año por primera vez desobedecí a mi madre. Ya en Las Tablas, al igual que muchos jóvenes que concurren a estas fiestas, el alcohol, la música... me hicieron perder el control. En realidad, no sé qué ocurrió durante esos cuatro días, hasta tres meses después que mi vientre comenzó a abultarse: vómitos, mareos, náuseas... no había duda: estaba embarazada.
La noticia para mi novio, de 25 años, fue como si le echaran un balde de agua fría. Mi desesperación no lo conmovió y respondió con un rotundo ¡ No! a su responsabilidad como padre. Para él, la solución estaba en manos de un especialista en aborto. Lo amaba, y por un instante pensé en aceptar su proposición, pero mis creencias religiosas y el instinto materno me hicieron reflexionar. Hace dos meses Juanito cumplió 8 años, tiempo que tiene de no conocer a su padre.
Este es el testimonio real de una mujer víctima, como muchas otras, del machismo. Y es que en Panamá, el aumento de mujeres abandonadas, una vez que anuncian su embarazo, van en escalada, al menos así lo demuestran las estadísticas. Las cifras suministradas por la Dirección del Registro Civil del Tribunal Electoral revelan que entre 1995 y el año 2000, aproximadamente 45 mil 312 niños fueron inscritos en esa entidad con el apellido de la madre, lo cual representa que el 72 por ciento de las niños y niñas panameños no cuentan con el afecto y apoyo económico del padre.
La irresponsabilidad en la manutención de los hijos, por parte del padre, incluye a todos los estratos sociales. El cuadro suele ser el mismo: morosidad en el pago de las pensiones alimenticias o en el peor de los casos niega el reconocimiento del menor, alegando no ser el padre. Esta negación que también es una forma de violencia doméstica, tiene un costo que llevará a cuesta la sociedad.
Y no cabe duda, la paternidad irresponsable condiciona la conducta delincuente de muchos jóvenes. De los 4, 321 casos de supuesto acto infractor que los juzgados de niñez y adolescencia consideraron el año 2000, de acuerdo con el "rgano Judicial, el 58 por ciento tiene sus antecedentes en hogares incompletos.
DAÑO PSICOLOGICO
“El niño privado del contacto afectivo del padre durante su niñez, probablemente, no tendrá oportunidad de adquirir las estructuras de la personalidad que lo definan como hombre, dado que los varones necesitan construirse, a partir del ejemplo del padre esa identidad sexual. En las niñas, está más relacionado con el desarrollo de conductas de oposición al sexo opuesto, porque durante su niñez la mamá le hará sentir el sufrimiento por el abandono del padre”, afirma el sociólogo Felipe Rodríguez, especialista en temas de familia.
Además agrega que: “los niños y las niñas en estas condiciones están conectados en recibir estímulos de afecto, son pequeños que están esperando su relación con el mundo exterior con gratificación y en la medida que ese mundo exterior los hace sentir insatisfechos, rechazan todo contacto con ese universo”.
Por ejemplo, “si el compromiso escolar no lo ven placentero, se resisten hacer la tarea, no estudian o no quieren ir a la escuela.. Es que ellos están esperando racionamientos de cariño, quieren ser mimados. Esta conducta se acentúa aun más en la etapa adulta, a tal punto que el individuo tiene poco sentimiento de responsabilidad; conducta que puede observarse en las relaciones amorosas”. Rodríguez agrega que “el niño que no ve al papá tratar amorosamente a la mamá, no tiene idea de cómo expresar lo que siente”.
La figura paterna al igual que la materna implica el nexo de una familia funcional. Cuando un niño y niña adolece de la falta de uno de los dos miembros, en este caso específico el padre, tiene comportamientos muy particulares que pueden ir hacia dos sistemas: el sujeto se siente mal consigo mismo, se retrae, es poco comunicativo, casi siempre está triste, no interactúa fácilmente, se aísla. Otros en cambio, reaccionan con agresividad física y verbal, empero su estado de ánimo puede variar y hacerlos jocosos y chistosos, esto lo explicó en una conferencia en la Universidad de Panamá la psiquiatra Elzevil de Fuentes, docente en este centro de estudios.
La especialista detalla que: “ los niveles de habilidades sociales de los niños y niñas con este patrón de conducta están inhibidas por la falta de una seriedad de la figura paterna que le dé modelos de comportamiento. Cuando uno de los modelos no funciona, no hay un punto de referencia para el sujeto”.
A juicio de la psiquiatra, el adulto peca por ignorancia de conocimiento al decir que los niños y niñas que se portan mal son malos, eso no es así, ya que hay que investigar las causas del comportamiento del sujeto para darle patrones de apoyo. Lastimosamente, los maestros y un montón de circunstancias nos llevan a pensar que los chiquillos con este problema no tienen remedio, cuando en realidad necesitan un cuadro familiar funcional”.
Por lo anterior, concluyó que es de suma importancia mantener los programas de habilidades sociales en los salones de clases, para manejar los niveles de frustración y de agresión entre los niños y niñas que generalmente provienen de hogares donde falta la figura paterna.
REALIDADES
LA HISTORIA SE REPITE EN ESPIRAL
“Crecí en un barrio popular, de esos donde muchos niños y niñas se divierten en los patios limosos. Nunca conocí a mi padre, auque siempre le pregunté a mi madre por él. Su respuesta siempre fue el silencio. Ella al igual que otras mujeres del vecindario trabajaban lavando y planchando por unos cuantos centésimos. La situación económica en el hogar no era la más solvente, las limitaciones se agravaron cuando mi madre dio a luz a su cuarto hijo. Dos meses después, mi hermana de 16 años anunciaba la llegada de otro bebé sin padre”. El hacinamiento en el hogar me obligó a buscar refugio en las calles. A los 15 años tuve mi primera relación sexual con una joven también adolescente. La falta de orientación nos convirtió en padres al poco tiempo. Cuando cumplí los 18 años, los abandoné. (Marcos, vendedor de flores).
Cuando el niño llega a la adolescencia se estará manejando con el mismo sistema de comportamiento observado en el hogar, a menos que haya encontrado en el camino dentro de su proceso de socialización, en la escuela o con algún miembro de su familia, un nexo emotivo positivo que le permita construir nuevos sistemas de funcionamiento. Fuentes explicó que cuando el niño se convierte en padre en la adolescencia es posible en un 75 por ciento que abandone el hogar o mantenga relaciones con una o más mujeres con las que traerá al mundo otros hijos, “ es una cadena, es una espiral”, acotó
Sólo cuando el ser humano acepte que tiene que cambiar, cuáles son sus principios y la calidad de vida que espera lograr con el tiempo, veremos a un sujeto fortalecido, que auque haya tenido un mal padre o una experiencia violenta en el hogar, puede construir una familia sana, puntualizó.
ESPERANZA PERDIDA
La esperanza de más de 45 mil niños y niñas panameños de tener el apellido paterno se desvaneció esta semana, cuando el "rgano Ejecutivo vetó la Ley 42 del 24 de octubre de 2001 sobre Reconocimiento Administrativo, que modificaba y adicionaba artículos del Código de la Familia.
La mandataria Mireya Moscoso basa el veto de esta ley, impulsada por la legisladora Teresita Yániz de Arias, en razones de inexequibilidad. En sus consideraciones sostiene, que el último párrafo del artículo 4 infringe el contenido del Artículo 57 de la Constitución Nacional.
Esta ley obligaba al padre de familia a cubrir los gastos de la madre durante los meses de gestación y el parto. Igualmente, le daba potestad a la madre de un niño no reconocido, declarar bajo la gravedad de juramento el nombre del presunto padre de la criatura ante el funcionario del Registro Civil del Tribunal Electoral, otorgándosele 10 días para aceptar o negar la paternidad.
De acuerdo con la Convención de los Derechos del Niño, éstos tienen derecho a un nombre, a una nacionalidad, a saber quiénes son sus padres y a no ser separados de ellos. Al vetarse la Ley 42, se viola lo dispuesto en esta convención y se escapa de las manos la probabilidad de darle una mejor calidad de vida a niños y niñas que buscan en las calles lo que no se le provee en el hogar.
Cabe destacar que el aumento de la población infantil desnutrida alcanza unos 170 millones en el mundo, sufren de bajo peso unos 208 millones que tienen problemas también de crecimiento y 49 millones están gravemente mal alimentados, advierte la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Uno de los factores que condicionan este estado en la niñez es la falta de los recursos económicos que debe aportar el padre, subraya la entidad.
El reconocimiento de los hijos es insoslayable, porque no sólo es un compromiso con la nueva generación que relevará al adulto en el camino, sino con el país que requiere de hombres y mujeres que aporten a su engrandecimiento. Mientras que las inscripciones de recién nacidos en el Registro Civil, sólo con el apellido de la madre se engrose, la historia de Marcos se repetirá en espiral.
La noticia para mi novio, de 25 años, fue como si le echaran un balde de agua fría. Mi desesperación no lo conmovió y respondió con un rotundo ¡ No! a su responsabilidad como padre. Para él, la solución estaba en manos de un especialista en aborto. Lo amaba, y por un instante pensé en aceptar su proposición, pero mis creencias religiosas y el instinto materno me hicieron reflexionar. Hace dos meses Juanito cumplió 8 años, tiempo que tiene de no conocer a su padre.
Este es el testimonio real de una mujer víctima, como muchas otras, del machismo. Y es que en Panamá, el aumento de mujeres abandonadas, una vez que anuncian su embarazo, van en escalada, al menos así lo demuestran las estadísticas. Las cifras suministradas por la Dirección del Registro Civil del Tribunal Electoral revelan que entre 1995 y el año 2000, aproximadamente 45 mil 312 niños fueron inscritos en esa entidad con el apellido de la madre, lo cual representa que el 72 por ciento de las niños y niñas panameños no cuentan con el afecto y apoyo económico del padre.
La irresponsabilidad en la manutención de los hijos, por parte del padre, incluye a todos los estratos sociales. El cuadro suele ser el mismo: morosidad en el pago de las pensiones alimenticias o en el peor de los casos niega el reconocimiento del menor, alegando no ser el padre. Esta negación que también es una forma de violencia doméstica, tiene un costo que llevará a cuesta la sociedad.
Y no cabe duda, la paternidad irresponsable condiciona la conducta delincuente de muchos jóvenes. De los 4, 321 casos de supuesto acto infractor que los juzgados de niñez y adolescencia consideraron el año 2000, de acuerdo con el "rgano Judicial, el 58 por ciento tiene sus antecedentes en hogares incompletos.
DAÑO PSICOLOGICO
“El niño privado del contacto afectivo del padre durante su niñez, probablemente, no tendrá oportunidad de adquirir las estructuras de la personalidad que lo definan como hombre, dado que los varones necesitan construirse, a partir del ejemplo del padre esa identidad sexual. En las niñas, está más relacionado con el desarrollo de conductas de oposición al sexo opuesto, porque durante su niñez la mamá le hará sentir el sufrimiento por el abandono del padre”, afirma el sociólogo Felipe Rodríguez, especialista en temas de familia.
Además agrega que: “los niños y las niñas en estas condiciones están conectados en recibir estímulos de afecto, son pequeños que están esperando su relación con el mundo exterior con gratificación y en la medida que ese mundo exterior los hace sentir insatisfechos, rechazan todo contacto con ese universo”.
Por ejemplo, “si el compromiso escolar no lo ven placentero, se resisten hacer la tarea, no estudian o no quieren ir a la escuela.. Es que ellos están esperando racionamientos de cariño, quieren ser mimados. Esta conducta se acentúa aun más en la etapa adulta, a tal punto que el individuo tiene poco sentimiento de responsabilidad; conducta que puede observarse en las relaciones amorosas”. Rodríguez agrega que “el niño que no ve al papá tratar amorosamente a la mamá, no tiene idea de cómo expresar lo que siente”.
La figura paterna al igual que la materna implica el nexo de una familia funcional. Cuando un niño y niña adolece de la falta de uno de los dos miembros, en este caso específico el padre, tiene comportamientos muy particulares que pueden ir hacia dos sistemas: el sujeto se siente mal consigo mismo, se retrae, es poco comunicativo, casi siempre está triste, no interactúa fácilmente, se aísla. Otros en cambio, reaccionan con agresividad física y verbal, empero su estado de ánimo puede variar y hacerlos jocosos y chistosos, esto lo explicó en una conferencia en la Universidad de Panamá la psiquiatra Elzevil de Fuentes, docente en este centro de estudios.
La especialista detalla que: “ los niveles de habilidades sociales de los niños y niñas con este patrón de conducta están inhibidas por la falta de una seriedad de la figura paterna que le dé modelos de comportamiento. Cuando uno de los modelos no funciona, no hay un punto de referencia para el sujeto”.
A juicio de la psiquiatra, el adulto peca por ignorancia de conocimiento al decir que los niños y niñas que se portan mal son malos, eso no es así, ya que hay que investigar las causas del comportamiento del sujeto para darle patrones de apoyo. Lastimosamente, los maestros y un montón de circunstancias nos llevan a pensar que los chiquillos con este problema no tienen remedio, cuando en realidad necesitan un cuadro familiar funcional”.
Por lo anterior, concluyó que es de suma importancia mantener los programas de habilidades sociales en los salones de clases, para manejar los niveles de frustración y de agresión entre los niños y niñas que generalmente provienen de hogares donde falta la figura paterna.
REALIDADES
LA HISTORIA SE REPITE EN ESPIRAL
“Crecí en un barrio popular, de esos donde muchos niños y niñas se divierten en los patios limosos. Nunca conocí a mi padre, auque siempre le pregunté a mi madre por él. Su respuesta siempre fue el silencio. Ella al igual que otras mujeres del vecindario trabajaban lavando y planchando por unos cuantos centésimos. La situación económica en el hogar no era la más solvente, las limitaciones se agravaron cuando mi madre dio a luz a su cuarto hijo. Dos meses después, mi hermana de 16 años anunciaba la llegada de otro bebé sin padre”. El hacinamiento en el hogar me obligó a buscar refugio en las calles. A los 15 años tuve mi primera relación sexual con una joven también adolescente. La falta de orientación nos convirtió en padres al poco tiempo. Cuando cumplí los 18 años, los abandoné. (Marcos, vendedor de flores).
Cuando el niño llega a la adolescencia se estará manejando con el mismo sistema de comportamiento observado en el hogar, a menos que haya encontrado en el camino dentro de su proceso de socialización, en la escuela o con algún miembro de su familia, un nexo emotivo positivo que le permita construir nuevos sistemas de funcionamiento. Fuentes explicó que cuando el niño se convierte en padre en la adolescencia es posible en un 75 por ciento que abandone el hogar o mantenga relaciones con una o más mujeres con las que traerá al mundo otros hijos, “ es una cadena, es una espiral”, acotó
Sólo cuando el ser humano acepte que tiene que cambiar, cuáles son sus principios y la calidad de vida que espera lograr con el tiempo, veremos a un sujeto fortalecido, que auque haya tenido un mal padre o una experiencia violenta en el hogar, puede construir una familia sana, puntualizó.
ESPERANZA PERDIDA
La esperanza de más de 45 mil niños y niñas panameños de tener el apellido paterno se desvaneció esta semana, cuando el "rgano Ejecutivo vetó la Ley 42 del 24 de octubre de 2001 sobre Reconocimiento Administrativo, que modificaba y adicionaba artículos del Código de la Familia.
La mandataria Mireya Moscoso basa el veto de esta ley, impulsada por la legisladora Teresita Yániz de Arias, en razones de inexequibilidad. En sus consideraciones sostiene, que el último párrafo del artículo 4 infringe el contenido del Artículo 57 de la Constitución Nacional.
Esta ley obligaba al padre de familia a cubrir los gastos de la madre durante los meses de gestación y el parto. Igualmente, le daba potestad a la madre de un niño no reconocido, declarar bajo la gravedad de juramento el nombre del presunto padre de la criatura ante el funcionario del Registro Civil del Tribunal Electoral, otorgándosele 10 días para aceptar o negar la paternidad.
De acuerdo con la Convención de los Derechos del Niño, éstos tienen derecho a un nombre, a una nacionalidad, a saber quiénes son sus padres y a no ser separados de ellos. Al vetarse la Ley 42, se viola lo dispuesto en esta convención y se escapa de las manos la probabilidad de darle una mejor calidad de vida a niños y niñas que buscan en las calles lo que no se le provee en el hogar.
Cabe destacar que el aumento de la población infantil desnutrida alcanza unos 170 millones en el mundo, sufren de bajo peso unos 208 millones que tienen problemas también de crecimiento y 49 millones están gravemente mal alimentados, advierte la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Uno de los factores que condicionan este estado en la niñez es la falta de los recursos económicos que debe aportar el padre, subraya la entidad.
El reconocimiento de los hijos es insoslayable, porque no sólo es un compromiso con la nueva generación que relevará al adulto en el camino, sino con el país que requiere de hombres y mujeres que aporten a su engrandecimiento. Mientras que las inscripciones de recién nacidos en el Registro Civil, sólo con el apellido de la madre se engrose, la historia de Marcos se repetirá en espiral.

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