Demasiado sexy no aplica en el trabajo
Publicado 2006/10/22 23:00:00
- Estilo de vida
¿Te encanta sentirte bonita y sexy en la oficina? Quizás debas pensarlo dos veces y dejar esa ropa para el fin de semana: un nuevo estudio confirma que ir demasiado provocadora al trabajo acabará perjudicando tu carrera profesional.
La investigación realizada por Peter Glick, psicólogo social de la Universidad de Lawrence demuestra que las mujeres profesionales que se visten de una forma demasiado sexy son consideradas menos eficientes y menos inteligentes que aquellas que se visten de forma más conservadora.
En el estudio se mostraron videos con imágenes de dos grupos de mujeres: unas vestían pantalones, suéteres de cuello alto y zapatos planos; las otras minifaldas, tops escotados y tacones. Las personas que participaron en el estudio coincidieron en la opinión de que las primeras estaban más capacitadas para tomar decisiones y eran más listas que las segundas.
Las mujeres que tienen un puesto de responsabilidad deben resistirse a la tentación (de vestirse de forma provocadora) si quieren ganarse el respeto de sus colegas, afirma el estudio. La opinión generalizada era también que las mujeres que se visten de forma demasiado provocadora intentan utilizar su sexualidad para avanzar profesionalmente.
Los asesores de imagen y moda son muy conscientes de esta realidad y afirman que la triste realidad es que el ser humano sí evalúa la inteligencia, la eficacia o la competencia de los demás basándose en la imagen.
Con esto en mente, a la hora de elegir la ropa para ir a trabajar se deben evitar las prendas demasiado apretadas (la lycra está completamente prohibida), los escotes demasiado reveladores, las faldas demasiado cortas (más de tres dedos por encima de la rodilla) y el maquillaje excesivo.
"Es inadecuado todo lo que es demasiado corto, demasiado apretado, demasiado revelador o demasiado arrugado", afirma la asesora de imagen y autora de la columna Etiquette Ladies, Karen Mallet.
Tampoco es recomendable llevar al trabajo sandalias de goma, sandalias de tiras con tacones alto, vestidos veraniegos de tirantes, prendas de encaje o accesorios de joyería demasiado grandes o vistosos. Acuérdate que en la oficina de lo que se trata es de vestirse para triunfar profesionalmente.
La investigación realizada por Peter Glick, psicólogo social de la Universidad de Lawrence demuestra que las mujeres profesionales que se visten de una forma demasiado sexy son consideradas menos eficientes y menos inteligentes que aquellas que se visten de forma más conservadora.
En el estudio se mostraron videos con imágenes de dos grupos de mujeres: unas vestían pantalones, suéteres de cuello alto y zapatos planos; las otras minifaldas, tops escotados y tacones. Las personas que participaron en el estudio coincidieron en la opinión de que las primeras estaban más capacitadas para tomar decisiones y eran más listas que las segundas.
Las mujeres que tienen un puesto de responsabilidad deben resistirse a la tentación (de vestirse de forma provocadora) si quieren ganarse el respeto de sus colegas, afirma el estudio. La opinión generalizada era también que las mujeres que se visten de forma demasiado provocadora intentan utilizar su sexualidad para avanzar profesionalmente.
Los asesores de imagen y moda son muy conscientes de esta realidad y afirman que la triste realidad es que el ser humano sí evalúa la inteligencia, la eficacia o la competencia de los demás basándose en la imagen.
Con esto en mente, a la hora de elegir la ropa para ir a trabajar se deben evitar las prendas demasiado apretadas (la lycra está completamente prohibida), los escotes demasiado reveladores, las faldas demasiado cortas (más de tres dedos por encima de la rodilla) y el maquillaje excesivo.
"Es inadecuado todo lo que es demasiado corto, demasiado apretado, demasiado revelador o demasiado arrugado", afirma la asesora de imagen y autora de la columna Etiquette Ladies, Karen Mallet.
Tampoco es recomendable llevar al trabajo sandalias de goma, sandalias de tiras con tacones alto, vestidos veraniegos de tirantes, prendas de encaje o accesorios de joyería demasiado grandes o vistosos. Acuérdate que en la oficina de lo que se trata es de vestirse para triunfar profesionalmente.
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