Dolor.
El amor romántico y las creencias religiosas funcionan como analgésicos
Publicado 2012/10/16 15:28:00
- EFE
Una investigación realizada con estudiantes universitarios enamorados, concluye que el amor romántico intenso puede funcionar como un analgésico natural.
Las personas con creencias religiosas muestran una mayor actividad en una zona del cerebro relacionada con las emociones y las situaciones dolorosas; y, parecen resistir mejor el dolor.
La expresión "me duele en el alma", que empleamos para indicar que una determinada situación nos produce un profundo pesar, parece ajustarse a la realidad, la investigación demuestran que la conexión entre la mente y el cuerpo es más sólida de lo que se cree.
Según una investigación de la Universidad de Northwestern, UN, (Chicago, EE.UU), dirigida por el neurocientífico Vania Apkarian “cuanto mayor es la respuesta emocional del cerebro a una lesión inicial, mayor es la posibilidad de que el dolor persista una vez que la herida ha sanado", dice el doctor Apkarian.
El dolor de espalda es una de las enfermedades prevalentes a nivel mundial, sino también una de las que más tiene influencias psicosomáticas. La aparición, duración, intensidad y percepción de la lumbalgia no depende de los desórdenes de los músculos y vértebras, sino del estrés, la actitud mental y las ideas erróneas de quien la sufre.
Los pacientes con una actitud positiva tienen menos riesgo de volver a padecer dolores y, si éstos aparecen, duran menos comparados con los que se estresan, lo que supone un riesgo adicional para su espalda, y además hace que tiendan a magnificar todavía más el dolor que sienten, señalan expertos de la Fundación Kovacs (FK), entidad española especializada en problemas de la espalda.
La “analgesia inducida por amor” está relacionada con los centros de recompensa, que pueden bloquear el dolor a nivel espinal, como hacen los analgésicos, según los expertos de la Escuela de Medicina de Stanford.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan (UMICH) en Estados Unidos, demuestra que las regiones del cerebro entran en actividad como respuesta a las experiencias sensoriales dolorosas que se activan durante las experiencias intensas de rechazo social.
Para aliviar el dolor físico puede ser útil pensar en algo placentero o realizar actividades que nos hagan sentir mejor como la fotografía o la música, según concluye otro reciente estudio de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.).
La expresión "me duele en el alma", que empleamos para indicar que una determinada situación nos produce un profundo pesar, parece ajustarse a la realidad, la investigación demuestran que la conexión entre la mente y el cuerpo es más sólida de lo que se cree.
Según una investigación de la Universidad de Northwestern, UN, (Chicago, EE.UU), dirigida por el neurocientífico Vania Apkarian “cuanto mayor es la respuesta emocional del cerebro a una lesión inicial, mayor es la posibilidad de que el dolor persista una vez que la herida ha sanado", dice el doctor Apkarian.
El dolor de espalda es una de las enfermedades prevalentes a nivel mundial, sino también una de las que más tiene influencias psicosomáticas. La aparición, duración, intensidad y percepción de la lumbalgia no depende de los desórdenes de los músculos y vértebras, sino del estrés, la actitud mental y las ideas erróneas de quien la sufre.
Los pacientes con una actitud positiva tienen menos riesgo de volver a padecer dolores y, si éstos aparecen, duran menos comparados con los que se estresan, lo que supone un riesgo adicional para su espalda, y además hace que tiendan a magnificar todavía más el dolor que sienten, señalan expertos de la Fundación Kovacs (FK), entidad española especializada en problemas de la espalda.
La “analgesia inducida por amor” está relacionada con los centros de recompensa, que pueden bloquear el dolor a nivel espinal, como hacen los analgésicos, según los expertos de la Escuela de Medicina de Stanford.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan (UMICH) en Estados Unidos, demuestra que las regiones del cerebro entran en actividad como respuesta a las experiencias sensoriales dolorosas que se activan durante las experiencias intensas de rechazo social.
Para aliviar el dolor físico puede ser útil pensar en algo placentero o realizar actividades que nos hagan sentir mejor como la fotografía o la música, según concluye otro reciente estudio de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.).
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