El primer y mejor invento de la cocina
Publicado 2005/07/08 23:00:00
- Estilo de Vida
DESDE que el hombre primitivo poseyó el dominio del fuego, se dio cuenta de que las duras carnes que obtenía por medio de la caza se ablandaban y adquirían mejor sabor al cocerlas con agua y diversas hierbas. Así nació ese alimento que entró a la civilización para no desaparecer jamás, la sopa.
Y a pesar de su alto contenido nutritivo y su histórico surgimiento, en el mundo moderno en el que vivimos, para muchos la sopa es un platillo capaz de cautivar cualquier exigencia, pero para otros es un compuesto que no llena las expectativas de un plato exquisito.
Tal es el caso de la pequeña y atormentada Mafalda, popular personaje argentino que odiaba la sopa, a pesar de que esta era una forma de autocensura ideada por su creador Joaquín Lavado "Quino", para apelar en contra del autoritarismo militar.
Lo cierto es que, en el transcurso de la historia, fue el alimento que salvó a muchas personas del hambre. La Biblia nos cuenta que los Hebreos en Egipto preparaban suculentos caldos y refiriéndose a Gedeón, nos dice: "mató un cordero, puso su carne en una olla e hizo caldo".
También, la tradición describe que Aspasia, la bella griega esposa de Pericles, se alimentaba de consomé de ave; y el Rey Harthy mandó a colocar un caldero de sopa en la Plaza Mayor y él, personalmente, la repartía a fin de ganar el aprecio de sus súbditos.
En la Edad Media, los priores y abades eran los primeros adeptos a la sopa. Una crónica del siglo XII dice que los priores se hacían servir 5 y 6 sopas distintas diariamente y en un concilio se discutió sobre tan interesante tema.
En el siglo XVI el Rey Enrique IV de Francia solía decir que su anhelo era que todos los franceses pudieran echar los domingos una gallina a la olla. Luis XIII saboreaba diariamente dos grandes platos de sopas. Esto estimuló a los cocineros de esa época; Francoise de la Varenne creó 300 fórmulas diversas y Pierre David nos ha dejado 200 recetas de variadas sopas.
En el siglo pasado, el gran maestro de cocina Antonio Careme actualizó las viejas fórmulas y nos dejó las bases de las recetas que aún hoy en día se sirven en los restaurantes más afamados del mundo entero. Todos estos fragmentos de una historia sin fin, son el enlace de un tradicional plato que representa un emblema de la cocina popular.
Y a pesar de su alto contenido nutritivo y su histórico surgimiento, en el mundo moderno en el que vivimos, para muchos la sopa es un platillo capaz de cautivar cualquier exigencia, pero para otros es un compuesto que no llena las expectativas de un plato exquisito.
Tal es el caso de la pequeña y atormentada Mafalda, popular personaje argentino que odiaba la sopa, a pesar de que esta era una forma de autocensura ideada por su creador Joaquín Lavado "Quino", para apelar en contra del autoritarismo militar.
Lo cierto es que, en el transcurso de la historia, fue el alimento que salvó a muchas personas del hambre. La Biblia nos cuenta que los Hebreos en Egipto preparaban suculentos caldos y refiriéndose a Gedeón, nos dice: "mató un cordero, puso su carne en una olla e hizo caldo".
También, la tradición describe que Aspasia, la bella griega esposa de Pericles, se alimentaba de consomé de ave; y el Rey Harthy mandó a colocar un caldero de sopa en la Plaza Mayor y él, personalmente, la repartía a fin de ganar el aprecio de sus súbditos.
En la Edad Media, los priores y abades eran los primeros adeptos a la sopa. Una crónica del siglo XII dice que los priores se hacían servir 5 y 6 sopas distintas diariamente y en un concilio se discutió sobre tan interesante tema.
En el siglo XVI el Rey Enrique IV de Francia solía decir que su anhelo era que todos los franceses pudieran echar los domingos una gallina a la olla. Luis XIII saboreaba diariamente dos grandes platos de sopas. Esto estimuló a los cocineros de esa época; Francoise de la Varenne creó 300 fórmulas diversas y Pierre David nos ha dejado 200 recetas de variadas sopas.
En el siglo pasado, el gran maestro de cocina Antonio Careme actualizó las viejas fórmulas y nos dejó las bases de las recetas que aún hoy en día se sirven en los restaurantes más afamados del mundo entero. Todos estos fragmentos de una historia sin fin, son el enlace de un tradicional plato que representa un emblema de la cocina popular.
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