Feria. El personaje de la famosa obra de Antoine de Saint Exúpery será revivido en obra teatral.
‘El principito’ del planeta de baobabs, en Panamá
Ávido por aprender y recorrer el mundo, el pequeño príncipe dijo adiós a su hermosa flor. Lo lamentaría.
Brillante en su inocencia, leal a su amada flor, amigo como ninguno, curioso y persistente como todos los niños, enternecedor, dulce, amigable, sincero, un ser lleno de luz, inteligente, aventurero... Así era él.
Así lo conoció la zorra que le ayudó a encontrar esa cantera de sabiduría que atesoraba en su cabecita, sin él haberse siquiera percatado de ello.
Un filósofo nato, el pequeño príncipe de la historia del escritor francés, el príncipe que ha cautivado a generaciones de lectores de todas las edades y culturas, el que con sus análisis profundos pone en aprietos hasta a los matemáticos cuando cuestiona respecto de lo verdaderamente importante en la vida, en esa permanente búsqueda del porqué de todo.
A ese niño que enseña a mirar y admirar el mundo, a verlo desde su óptica y no con ojos cansados, viciados, faltos de imaginación de adulto; al que mantiene vivo a flor de piel el interés por cosas intangibles, pero verdaderamente importantes y que dan sentido a la vida, como lo son los valores fundamentales del amor, la amistad, la lealtad, el respeto se le dedica el Pabellón infantil de la VIII Feria Internacional del Libro en Panamá, FIL 2012, que se celebrará del 22 al 26 de agosto en ATLAPA.
Que oportuno será la visita a Panamá del principito que se preocupaba porque su flor no se resfriara, y para protegerla de las corrientes de aire, le colocaba un biombo. Ese “hombrecito” que tenía una manera tan especial de razonar y que acosaba con preguntas a su interlocutor y no se daba por vencido hasta obtener una respuesta que lo convenciera. El que arrancaba los baobabs para impedir que “engulleran” a su flor y por eso quería un cordero para que la protegiera.
Ese pequeño personaje que en el fondo era grande por su sapiencia, el que le gustaba ver las puestas de sol, al punto de que un día vio 43, según le confesó a su interlocutor, gozoso, en su estadía en Panamá, permitirá que todos descubramos más acerca de la naturaleza humana y la verdadera esencia de la vida.
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