El triunfo del bien sobre el mal
Publicado 2000/04/02 23:00:00
- Tailandia
La historia de la humanidad ha sido marcada desde sus inicios por la lucha entre el bien y el mal. El hombre en su vulnerabilidad siempre ha sido tentado a ir en contra de sí mismo, en contra de su prójimo. No obstante, el ser celestial quien le dio el soplo de la vida, siempre está allí presto a perdonar sus pecados, todo mientras exista un verdadero arrepentimiento.
Esto es precisamente lo que el Centro de la Divina Misericordia y María Rosa Mística le quieren brindar al pueblo panameño en estas fechas de cuaresma (días de preparación, ayuno y oración), con la obra "Jesús de Nazareth" que reúne en el escenario a actores profesionales, bailarines, feligreses y la Banda de Música "Víctor Raúl Sánchez" del Colegio Moisés Castillo Ocaña, así como el Coro Polifónico.
Desde el pasado viernes el Teatro Nacional se convirtió en el escenario perfecto para proyectar en las tablas, toda la creatividad de más de 300 personas involucradas en la producción de "Jesús de Nazareth" que como en años está producida por el padre David Cosca.
Cabe señalar que el pasado jueves se dio una función especial para familiares de los participantes en la obra, así como para medios de comunicación. Media hora faltaba para llevarse a cabo la función y ya fuera del teatro había extensas filas para entrar, satisfacción que nos llevamos al ver el apoyo que se le brinda a eventos netamente nacionales y con artistas nacionales, como éste.
Casi dos horas duró la obra, dividida en dos funciones. En el primer acto: "La Lucha entre el bien y el mal" en la que el ángel Luz Bel se revela contra Dios, siendo desterrado del reino de los cielos por una hueste de ángeles, precedidos por San Miguel Arcángel. La creación en la que Adán y Eva no hacen caso a las palabras de Dios y son echados del paraíso. Seguidamente, la envidia de Caín hace que le arrebate la vida a su hermano Abel.
ELOT Y LA DESTRUCCION DE SODOMA Y GOMORRA Y LA INVASION ROMANA
El segundo acto, "Jesús, enviado de Dios": "Jesús bautizado por Juan", "La pesca milagrosa", "La vocación de los Apóstoles", algunos milagros de Jesús (La Boda de Caná, El ciego de nacimiento, La hemorrodisa y Curación de los leprosos, entre otros) y La muerte de Juan Bautista.
En la segunda parte, dividida en cuatro actos, titulados "Jesús en Jerusalén", "El Juicio", "Pasión y Muerte" y "La Gloria de Dios", se presentaron las escenas: "Jesús en el Templo", "Ultima Cena", "Oración de Getsemaní", "Arresto de Jesús", "Negación de Pedro", "Sentencia a Muerte" "Vía Crucis", "Crucifixión y Muerte" y la "Ascensión de Jesús", entre otras.
Hay que destacar el trabajo realizado en el vestuario y la escenografía cambiante que facilitó la comprensión de los presentes a las diferentes escenas planteadas. Otro punto a destacar es el trabajo de dirección de Alberto González quien otra vez se suma a la hermosa iniciativa del Centro de la Divina Misericordia.
Una que otra distorsión del sonido se dejó escuchar, pero esto para nada deslució el gran trabajo de los más de 300 actores, bailarines, músicos, coristas, etc. que participaron en "Jesús de Nazareth".
Al final se ofreció un epílogo en el que se destacó la evolución de la Iglesia Católica desde la Iglesia Primitiva, hasta nuestros días. Pedro, el primer Papa, le entrega las llaves del reino de los cielos a su sucesor. Todo esto al celebrarse este año, el año Jubilar o Año Santo.
Esta obra, digna de presenciar en familia, será puesta en escena hasta el domingo 9 de abril, en función de 8:00 de la noche, en el Teatro Nacional.
UN SACRIFICIO POR TI
El sacrificio también ha existido desde tiempos remotos. Para agradar a Dios Abel le ofrecía lo mejor de sus cosechas, mientras que su hermano Caín, molesto porque él no era el preferido, mata a su hermano y con aquel malvado gesto todas sus generaciones quedan malditas.
El Señor para mantener siempre su pacto con los justos les pide sacrificios y ofrendas, pero no obstante la maldad se multiplica por toda la tierra, y ya para encontrar la gracia de Dios había que hacer un sacrificio mayor que pudiera lavar el pecado del hombre que cada vez se multiplicaba más, desde ese primer pecado cometido, primero por Eva y luego por Adán.
Es por ello que Dios manda a su primogénito para que a través de El, el hombre lograra el perdón de sus pecados y la vida eterna.
¿Quién es capaz de dar su vida por otro?. Una pregunta que debemos hacernos a diario al recordar ese gran sacrificio de Jesucristo. Sólo un corazón impregnado por un inmenso amor puede hacer que esto sea una realidad.
A sus 33 años, Jesús, el enviado para mostrarnos el camino hacia el Padre, da su vida por nosotros, hoy nos preguntamos ¿Cuánto somos capaces de dar en respuesta a ese gran amor?. Será que en nuestras vidas le damos prioridad al pecado, a aquello que destruye nuestro don más preciado, el alma, carcomiendo cualquier indicio de buenas y bondadosas intensiones.
Pero a cada instante Dios nos habla y nos dice que todavía hay esperanzas. Una esperanza que se fundamente en la fe y el amor a Dios Padre, teniendo como mediador a Cristo y como una fuerza renovadora al Espíritu Santo.
LA SANACION DIVINA
Signos y señales de que él era el Enviado, mostró Jesús desde el Milagro de la Boda de Canán.
En el Nuevo Testamento se registran varios milagros y sanaciones realizados por Jesucristo, pero aun con esto muchos eran incrédulos a sus palabras y obras.
Hoy día la sanación está presente. Nos ha sido concedida por medio de dones especiales que Dios concede a quienes siguen sus designios.
La fe es fundamental para que la sanación se haga efectiva. Que no seríamos capaces de realizar si nuestra fe fuese del tamaño de un grano de mostaza.
Cultivarla y mantenerla viva es una tarea diaria. Se alimenta de la oración y se fortalece, además con cada obra que hagamos a favor de nuestro prójimo. Recordando aquel nuevo mandamiento que Jesucristo nos dejó "Amaos los unos a los otros como yo os he amado".
Finalmente si Jesús hizo tantos prodigios y predicó como nunca nadie lo ha hecho, porqué no le creyeron.
Actualmente, si Jesús se presentase vestido con harapos y nos hablara de las grandezas del reino de Dios, su padre, seríamos capaces de escuchar a ese hombre humilde y sencillo, o haríamos como aquellos que lo traicionaron, golpearon, escupieron y crucificaron en la cruz por creerlo un fanático y loco.
El mensaje de "Jesús de Nazareth" es evangelizador, para todos aquellos que de una u otra forma nos olvidamos que siempre tenemos a Dios Padre que nos escucha, nos ama y sobre todo con su inmensa misericordia perdona, como un Padre perdona a su hijo cualquier falta.
Hay dos opciones en las puede estar, con los que hacen el bien, o los que se dedican a hacer el mal sin importarles que eso pueda repercutir en sus familiares y por generaciones de generaciones.
El camino, la verdad y la vida, ya han sido señalados, y sólo esperan su respuesta.
Esto es precisamente lo que el Centro de la Divina Misericordia y María Rosa Mística le quieren brindar al pueblo panameño en estas fechas de cuaresma (días de preparación, ayuno y oración), con la obra "Jesús de Nazareth" que reúne en el escenario a actores profesionales, bailarines, feligreses y la Banda de Música "Víctor Raúl Sánchez" del Colegio Moisés Castillo Ocaña, así como el Coro Polifónico.
Desde el pasado viernes el Teatro Nacional se convirtió en el escenario perfecto para proyectar en las tablas, toda la creatividad de más de 300 personas involucradas en la producción de "Jesús de Nazareth" que como en años está producida por el padre David Cosca.
Cabe señalar que el pasado jueves se dio una función especial para familiares de los participantes en la obra, así como para medios de comunicación. Media hora faltaba para llevarse a cabo la función y ya fuera del teatro había extensas filas para entrar, satisfacción que nos llevamos al ver el apoyo que se le brinda a eventos netamente nacionales y con artistas nacionales, como éste.
Casi dos horas duró la obra, dividida en dos funciones. En el primer acto: "La Lucha entre el bien y el mal" en la que el ángel Luz Bel se revela contra Dios, siendo desterrado del reino de los cielos por una hueste de ángeles, precedidos por San Miguel Arcángel. La creación en la que Adán y Eva no hacen caso a las palabras de Dios y son echados del paraíso. Seguidamente, la envidia de Caín hace que le arrebate la vida a su hermano Abel.
ELOT Y LA DESTRUCCION DE SODOMA Y GOMORRA Y LA INVASION ROMANA
El segundo acto, "Jesús, enviado de Dios": "Jesús bautizado por Juan", "La pesca milagrosa", "La vocación de los Apóstoles", algunos milagros de Jesús (La Boda de Caná, El ciego de nacimiento, La hemorrodisa y Curación de los leprosos, entre otros) y La muerte de Juan Bautista.
En la segunda parte, dividida en cuatro actos, titulados "Jesús en Jerusalén", "El Juicio", "Pasión y Muerte" y "La Gloria de Dios", se presentaron las escenas: "Jesús en el Templo", "Ultima Cena", "Oración de Getsemaní", "Arresto de Jesús", "Negación de Pedro", "Sentencia a Muerte" "Vía Crucis", "Crucifixión y Muerte" y la "Ascensión de Jesús", entre otras.
Hay que destacar el trabajo realizado en el vestuario y la escenografía cambiante que facilitó la comprensión de los presentes a las diferentes escenas planteadas. Otro punto a destacar es el trabajo de dirección de Alberto González quien otra vez se suma a la hermosa iniciativa del Centro de la Divina Misericordia.
Una que otra distorsión del sonido se dejó escuchar, pero esto para nada deslució el gran trabajo de los más de 300 actores, bailarines, músicos, coristas, etc. que participaron en "Jesús de Nazareth".
Al final se ofreció un epílogo en el que se destacó la evolución de la Iglesia Católica desde la Iglesia Primitiva, hasta nuestros días. Pedro, el primer Papa, le entrega las llaves del reino de los cielos a su sucesor. Todo esto al celebrarse este año, el año Jubilar o Año Santo.
Esta obra, digna de presenciar en familia, será puesta en escena hasta el domingo 9 de abril, en función de 8:00 de la noche, en el Teatro Nacional.
UN SACRIFICIO POR TI
El sacrificio también ha existido desde tiempos remotos. Para agradar a Dios Abel le ofrecía lo mejor de sus cosechas, mientras que su hermano Caín, molesto porque él no era el preferido, mata a su hermano y con aquel malvado gesto todas sus generaciones quedan malditas.
El Señor para mantener siempre su pacto con los justos les pide sacrificios y ofrendas, pero no obstante la maldad se multiplica por toda la tierra, y ya para encontrar la gracia de Dios había que hacer un sacrificio mayor que pudiera lavar el pecado del hombre que cada vez se multiplicaba más, desde ese primer pecado cometido, primero por Eva y luego por Adán.
Es por ello que Dios manda a su primogénito para que a través de El, el hombre lograra el perdón de sus pecados y la vida eterna.
¿Quién es capaz de dar su vida por otro?. Una pregunta que debemos hacernos a diario al recordar ese gran sacrificio de Jesucristo. Sólo un corazón impregnado por un inmenso amor puede hacer que esto sea una realidad.
A sus 33 años, Jesús, el enviado para mostrarnos el camino hacia el Padre, da su vida por nosotros, hoy nos preguntamos ¿Cuánto somos capaces de dar en respuesta a ese gran amor?. Será que en nuestras vidas le damos prioridad al pecado, a aquello que destruye nuestro don más preciado, el alma, carcomiendo cualquier indicio de buenas y bondadosas intensiones.
Pero a cada instante Dios nos habla y nos dice que todavía hay esperanzas. Una esperanza que se fundamente en la fe y el amor a Dios Padre, teniendo como mediador a Cristo y como una fuerza renovadora al Espíritu Santo.
LA SANACION DIVINA
Signos y señales de que él era el Enviado, mostró Jesús desde el Milagro de la Boda de Canán.
En el Nuevo Testamento se registran varios milagros y sanaciones realizados por Jesucristo, pero aun con esto muchos eran incrédulos a sus palabras y obras.
Hoy día la sanación está presente. Nos ha sido concedida por medio de dones especiales que Dios concede a quienes siguen sus designios.
La fe es fundamental para que la sanación se haga efectiva. Que no seríamos capaces de realizar si nuestra fe fuese del tamaño de un grano de mostaza.
Cultivarla y mantenerla viva es una tarea diaria. Se alimenta de la oración y se fortalece, además con cada obra que hagamos a favor de nuestro prójimo. Recordando aquel nuevo mandamiento que Jesucristo nos dejó "Amaos los unos a los otros como yo os he amado".
Finalmente si Jesús hizo tantos prodigios y predicó como nunca nadie lo ha hecho, porqué no le creyeron.
Actualmente, si Jesús se presentase vestido con harapos y nos hablara de las grandezas del reino de Dios, su padre, seríamos capaces de escuchar a ese hombre humilde y sencillo, o haríamos como aquellos que lo traicionaron, golpearon, escupieron y crucificaron en la cruz por creerlo un fanático y loco.
El mensaje de "Jesús de Nazareth" es evangelizador, para todos aquellos que de una u otra forma nos olvidamos que siempre tenemos a Dios Padre que nos escucha, nos ama y sobre todo con su inmensa misericordia perdona, como un Padre perdona a su hijo cualquier falta.
Hay dos opciones en las puede estar, con los que hacen el bien, o los que se dedican a hacer el mal sin importarles que eso pueda repercutir en sus familiares y por generaciones de generaciones.
El camino, la verdad y la vida, ya han sido señalados, y sólo esperan su respuesta.
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