Gorditos felices, pero en peligro
Publicado 2002/07/14 23:00:00
- La Plata
Actualmente en Panamá existe un aumento exagerado de niños y adolescentes obesos, a causa de la alimentación folclórica que heredamos de nuestros antepasados colombianos, españoles, con alto contenido de carbohidratos y frituras, además de la herencia norteamericana con sus comidas rápidas (chatarra).
No obstante, esta condición pareciera no preocupar, quizá porque "tradicionalmente", la sociedad se ha acostumbrado a ver a los niños "gordos".
Sin embargo, la obesidad es el aumento de peso, a expensas de la masa grasa, por lo que recientemente ha sido catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una enfermedad que cada vez aumenta el número de afectados.
De acuerdo con la doctora, Itzel Velásquez, especialista en nutrición clínica, del Centro de Nutrición y Obesidad, hasta hace poco esta enfermedad era considerada como un síntoma derivado de otros padecimientos y afecciones corporales, pero ahora se ha descubierto que la obesidad puede generar otras enfermedades como la diabetes y problemas del corazón.
Es casi común escuchar "yo soy un gordito o gordita feliz, soy ágil y activo", pero según la especialista en el fondo esta aseveración no es cierta, porque hay síntomas que además de incomodar afectan la salud y mental, porque en el fondo puede haber problemas psicológicos y se trata de cubrir la realidad con una capa de felicidad.
En este marco, el estrés, ansiedad, o depresión provocan comer más de lo que realmente el cuerpo necesita para saciar el hambre, por lo que los pacientes buscan en el alimento el placer y la felicidad que no tienen.
Velásquez señala que estudios científicos han demostrado que durante la infancia y la adolescencia, el ser humano forma números de células de grasa que en la etapa adulta se dividen, quedando así un número multiplicado de ellas por todo el cuerpo.
Es por esto, que aconseja cuidar la alimentación de los niños y adolescentes, para que cuando sean adultos no tengan demasiadas células grasas para dividirse.
Por ejemplo, de llegar a la edad adulta con mil células y de no llevar un estilo de vida saludable, estas se dividirán y podrán llegar hasta cien mil, lo cual afectará considerablemente el buen funcionamiento de su organismo, porque desarrollará problemas de obesidad, sin embargo, no es lo mismo llegar a edad adulta teniendo cien mil células para dividirse.
Para bajar y mantener el peso, el paciente debe practicar estilos de vida saludable, donde conjugue buena y saludable alimentación, ejercicios y salud preventiva.
Dieta Balanceada. Esta debe ser balanceada, pero supervisada por un profesional de nutrición.
Velásquez considera que las mejores dietas son las hipocalóricas, a través de las cuales se va disminuyendo las cantidades de comidas. Luego ejercicios aeróbicos, dejando a un lado la vida sedentaria.
Ejercicios. Para un paciente obeso no es bueno empezar a bajar de peso con ejercicios aeróbicos u otros, y menos sin supervisión médica, porque ya de por sí tiene una masa corporal aumentada con una sobrecarga al corazón.
Para bajar de peso, lo primero que debe hacer el paciente es disminuir parte de su masa corporal (bajar de peso), para luego practicar una rutina de ejercicios físicos especiales para pacientes obesos.
Enfoque farmacológico. Las recetas de medicamentos dependen del individuo y de las causas de su sobrepeso, ya que a veces es por exceso de hambre, ansiedad, metabolismo lento, u otros.
Hay productos que se venden sin receta y pueden ser muy seguros, pero es bueno consultar al médico, porque pueden tener efectos secundarios.
Además, utilizar suplementos nutricionales para bajar de peso, es un error en que se incurre con frecuencia; no porque el producto sea malo, sino porque la obesidad es una enfermedad multifactorial y el paciente no sigue los pasos adecuados para perder sus libras demás.
Cirugías. Cuando los tratamientos médicos y la atención psicológica no son suficientes para el paciente, entonces hay que recurrir a la cirugía de la obesidad (reducción gástrica) pero antes debe bajar algo de peso, para que la cirugía represente menos riesgo.
También se colocan "balones" intragástricos que ocupan el lugar de la comida, pero no pueden dejarse allí por más de tres meses y la cirugía laparoscópica, que es la menos riesgosa, porque no necesita incisión.
No obstante, esta condición pareciera no preocupar, quizá porque "tradicionalmente", la sociedad se ha acostumbrado a ver a los niños "gordos".
Sin embargo, la obesidad es el aumento de peso, a expensas de la masa grasa, por lo que recientemente ha sido catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una enfermedad que cada vez aumenta el número de afectados.
De acuerdo con la doctora, Itzel Velásquez, especialista en nutrición clínica, del Centro de Nutrición y Obesidad, hasta hace poco esta enfermedad era considerada como un síntoma derivado de otros padecimientos y afecciones corporales, pero ahora se ha descubierto que la obesidad puede generar otras enfermedades como la diabetes y problemas del corazón.
Es casi común escuchar "yo soy un gordito o gordita feliz, soy ágil y activo", pero según la especialista en el fondo esta aseveración no es cierta, porque hay síntomas que además de incomodar afectan la salud y mental, porque en el fondo puede haber problemas psicológicos y se trata de cubrir la realidad con una capa de felicidad.
En este marco, el estrés, ansiedad, o depresión provocan comer más de lo que realmente el cuerpo necesita para saciar el hambre, por lo que los pacientes buscan en el alimento el placer y la felicidad que no tienen.
Velásquez señala que estudios científicos han demostrado que durante la infancia y la adolescencia, el ser humano forma números de células de grasa que en la etapa adulta se dividen, quedando así un número multiplicado de ellas por todo el cuerpo.
Es por esto, que aconseja cuidar la alimentación de los niños y adolescentes, para que cuando sean adultos no tengan demasiadas células grasas para dividirse.
Por ejemplo, de llegar a la edad adulta con mil células y de no llevar un estilo de vida saludable, estas se dividirán y podrán llegar hasta cien mil, lo cual afectará considerablemente el buen funcionamiento de su organismo, porque desarrollará problemas de obesidad, sin embargo, no es lo mismo llegar a edad adulta teniendo cien mil células para dividirse.
Para bajar y mantener el peso, el paciente debe practicar estilos de vida saludable, donde conjugue buena y saludable alimentación, ejercicios y salud preventiva.
Dieta Balanceada. Esta debe ser balanceada, pero supervisada por un profesional de nutrición.
Velásquez considera que las mejores dietas son las hipocalóricas, a través de las cuales se va disminuyendo las cantidades de comidas. Luego ejercicios aeróbicos, dejando a un lado la vida sedentaria.
Ejercicios. Para un paciente obeso no es bueno empezar a bajar de peso con ejercicios aeróbicos u otros, y menos sin supervisión médica, porque ya de por sí tiene una masa corporal aumentada con una sobrecarga al corazón.
Para bajar de peso, lo primero que debe hacer el paciente es disminuir parte de su masa corporal (bajar de peso), para luego practicar una rutina de ejercicios físicos especiales para pacientes obesos.
Enfoque farmacológico. Las recetas de medicamentos dependen del individuo y de las causas de su sobrepeso, ya que a veces es por exceso de hambre, ansiedad, metabolismo lento, u otros.
Hay productos que se venden sin receta y pueden ser muy seguros, pero es bueno consultar al médico, porque pueden tener efectos secundarios.
Además, utilizar suplementos nutricionales para bajar de peso, es un error en que se incurre con frecuencia; no porque el producto sea malo, sino porque la obesidad es una enfermedad multifactorial y el paciente no sigue los pasos adecuados para perder sus libras demás.
Cirugías. Cuando los tratamientos médicos y la atención psicológica no son suficientes para el paciente, entonces hay que recurrir a la cirugía de la obesidad (reducción gástrica) pero antes debe bajar algo de peso, para que la cirugía represente menos riesgo.
También se colocan "balones" intragástricos que ocupan el lugar de la comida, pero no pueden dejarse allí por más de tres meses y la cirugía laparoscópica, que es la menos riesgosa, porque no necesita incisión.
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