Cine. Tras 20 años de su muerte, un pantallazo al legado y trabajo de la actriz Audrey Hepburn.
Hollywood aún recuerda a Audrey
Fue embajadora de la Unicef, y sus hijos siguen ayudando a través de la fundación de su madre.
La actriz dejó un gran legado
- El legado de Hepburn sigue vigente: se ayuda a los niños necesitados del mundo. Tras la muerte de la actriz, sus hijos crearon la fundación Audrey Hepburn Children's Fund, a la que van a parar las ganancias de diversas actividades.
Hace casi 60 años que Hollywood le abrió las puertas a una joven llamada Audrey Hepburn, quien saltó de repente a la fama, junto a Gregory Peck, con la comedia romántica “Roman Holiday”.
Sus grandes ojos y su garbo enamoraron a los votantes de la Academia y se hizo con el Óscar a la mejor actriz. Hace 20 años, un 20 de enero, murió en Suiza. “Ella no era una criatura angelical. Era una mujer vigorosa con un fuerte sentido del humor”, dijo el actor Robert Wolders.
En la segunda mitad de 1992, Hepburn se encontraba ya débil en su última gran “aparición” en Somalia, a donde acudió como embajadora de Unicef. Apenas le quedaban unos meses de vida cuando le fue diagnosticado un cáncer de estómago e intestinal. Durante 45 años estaba buscando un papel como ese y, finalmente, lo encontró en la labor con los niños más necesitados en zonas de conflicto o asoladas por el hambre. Ella misma sufrió privaciones durante la Segunda Guerra Mundial.
La actriz, hija de una baronesa holandesa y un banquero británico, nació en Bruselas en 1929. Tras la separación de sus padres, entró en un internado en Londres, donde descubrió su amor por el “ballet”.
Tras la guerra trabajó como modelo de fotos y comenzó a actuar, siendo descubierta en 1951, cuando protagonizaba el musical “Broadway Gigi”. Y su carrera en EE.UU. se disparó.
Luego de ganar el Óscar con “Vacaciones en Roma (La princesa que quería vivir)”, la joven se abrió un hueco en Hollywood, donde sus rasgos delicados contrastaban con las “sex symbols” del momento como Marilyn Monroe y Jane Mansfield.
Su último papel fue con Steven Spielberg, que la convirtió en un ángel en “Always”. En ese momento, la tímida estrella ya era embajadora de Unicef. Su implicación social le reportó también su último premio, que no pudo recoger.
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