La historia de una mujer sumisa
Publicado 2003/01/29 00:00:00
- Abu Dabi/EFE
La mujer en la época romana no sólo desempeñaba el papel de esposa sumisa y fiel, dedicada al cuidado de la casa y la familia, sino que muchas de ellas lucharon por la emancipación femenina y por la mejora de su condición social. Así lo defiende en su libro "La mujer romana" Francesca Cenerini, profesora de Historia social del mundo antiguo de la Universidad de Bolonia (Italia).
"El juicio de los historiadores antiguos, todos hombres, es siempre negativo respecto al rol de las mujeres que no se atenían a lo establecido", explicó Cenerini en la presentación del volumen. Los autores clásicos, como Ovidio, dividían a las mujeres en tres categorías: las matronas, sumisas y castas; las cortesanas, de clase y posición económica inferior, y por último las esclavas.
Entre las figuras "fuera de lo común" que Cenerini analiza aparece Valeria Mesalina, tercera mujer del emperador Claudio y criticada en su época como ninfómana y manipuladora de hombres, pero según la historiadora "era una mujer libre que no estaba sometida al papel simplemente reproductor de sus coetáneas".
Otra mujer de armas tomar fue Clodia, una aristócrata cuyos encantos no pasaron inadvertidos ni para el mismo Cicerón y que se casó en tres ocasiones, "algo impensable para una mujer de la época". Pero quizá el dato más revelador se sitúa en el año 42 a.C., cuando una mujer, Ortensia, se convirtió en abogada de otras 1.400 a las que evitó pagar impuestos para la guerra.
Con ella se demuestra que las mujeres romanas tenían, en muchos casos, "independencia económica, voz y voto", según Cenerini.
"El juicio de los historiadores antiguos, todos hombres, es siempre negativo respecto al rol de las mujeres que no se atenían a lo establecido", explicó Cenerini en la presentación del volumen. Los autores clásicos, como Ovidio, dividían a las mujeres en tres categorías: las matronas, sumisas y castas; las cortesanas, de clase y posición económica inferior, y por último las esclavas.
Entre las figuras "fuera de lo común" que Cenerini analiza aparece Valeria Mesalina, tercera mujer del emperador Claudio y criticada en su época como ninfómana y manipuladora de hombres, pero según la historiadora "era una mujer libre que no estaba sometida al papel simplemente reproductor de sus coetáneas".
Otra mujer de armas tomar fue Clodia, una aristócrata cuyos encantos no pasaron inadvertidos ni para el mismo Cicerón y que se casó en tres ocasiones, "algo impensable para una mujer de la época". Pero quizá el dato más revelador se sitúa en el año 42 a.C., cuando una mujer, Ortensia, se convirtió en abogada de otras 1.400 a las que evitó pagar impuestos para la guerra.
Con ella se demuestra que las mujeres romanas tenían, en muchos casos, "independencia económica, voz y voto", según Cenerini.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.