La pureza y el romanticismo en el cuerpo de una mujer
Publicado 2003/08/12 23:00:00
- Ernesto Cedeño Alvarado
Rompiendo con los parámetros de la pintura normal, el artista peruano Benito Cerna inauguró recientemente en la Galería Mateo Sariel su nueva muestra individual, inspirada en el claroscuro de los célebres artistas, Caravaggio y Rembrandt.
En estas 13 obras presentadas en óleos sobre lienzo, Cerna ofrece un diálogo entre el espectador y el personaje principal, que no es más que la figura de una hermosa mujer, quien representa al artista en toda la obra.
Así lo decidió Cerna porque ella es su musa, quien lo motiva e inspira a cargar sus obras de delicadeza y romanticismo, pero de una forma siempre bella y femenina.
En cada una de las obras el espectador encontrará el manejo de grandes espacios, pero invertidos en cuanto a la perspectiva. Es decir, que quien contempla pasa a ser parte y testigo del trabajo del artista, pero representado a través de su musa.
“La mujer representa para mí pureza y romanticismo... Siempre las pinto observando la obra... Ella piensa y piensa, al igual que como lo hago yo a la hora de pintar... Es así como invierto las perspectivas y rompo con los parámetros de la pintura normal para hacerlo a mi manera, pero sin que moleste la visión del espectador”.
Para ello Cerna utiliza los tonos ocres, colores que le inspiran momentos de antaño, además de valerse de los grises para combinar la sensación de antigüedad con lo moderno, pero siempre buscando una fusión del color que lo identifique más con la obra. Lo más interesante es que en cada trabajo emplea entre 10 y 14 veladuras.
De acuerdo con el artista, quien tiene 28 años de trabajar la pintura de forma autodidacta, su obra está basada en el trabajo de “Rembrandt”, quien no manejaba mucho el espacio, pero sí el instante y los claroscuros.
En este sentido Cerna advierte que sólo utiliza el claroscuro en ciertos detalles y que sí le da importancia a los espacios.
“Trato de que el espectador entre a la obra y sienta que puede caminar en ella... Mi motivo principal es el espacio, luego la figura, y después el color”.
Benito Cerna es oriundo de la ciudad de Trujillo, región ubicada al norte de Perú y netamente colonial. Fue precisamente este elemento el que lo motivó a pintar obras románticas, que principalmente transmiten lo bello del momento.
Sus obras han sido expuestas en países como Chile, Costa Rica, Ecuador, Francia, Colombia, Estados Unidos y República Dominicana, tanto individual como colectivamente, además de participar en importantes subastas y colecciones públicas.
En estas 13 obras presentadas en óleos sobre lienzo, Cerna ofrece un diálogo entre el espectador y el personaje principal, que no es más que la figura de una hermosa mujer, quien representa al artista en toda la obra.
Así lo decidió Cerna porque ella es su musa, quien lo motiva e inspira a cargar sus obras de delicadeza y romanticismo, pero de una forma siempre bella y femenina.
En cada una de las obras el espectador encontrará el manejo de grandes espacios, pero invertidos en cuanto a la perspectiva. Es decir, que quien contempla pasa a ser parte y testigo del trabajo del artista, pero representado a través de su musa.
“La mujer representa para mí pureza y romanticismo... Siempre las pinto observando la obra... Ella piensa y piensa, al igual que como lo hago yo a la hora de pintar... Es así como invierto las perspectivas y rompo con los parámetros de la pintura normal para hacerlo a mi manera, pero sin que moleste la visión del espectador”.
Para ello Cerna utiliza los tonos ocres, colores que le inspiran momentos de antaño, además de valerse de los grises para combinar la sensación de antigüedad con lo moderno, pero siempre buscando una fusión del color que lo identifique más con la obra. Lo más interesante es que en cada trabajo emplea entre 10 y 14 veladuras.
De acuerdo con el artista, quien tiene 28 años de trabajar la pintura de forma autodidacta, su obra está basada en el trabajo de “Rembrandt”, quien no manejaba mucho el espacio, pero sí el instante y los claroscuros.
En este sentido Cerna advierte que sólo utiliza el claroscuro en ciertos detalles y que sí le da importancia a los espacios.
“Trato de que el espectador entre a la obra y sienta que puede caminar en ella... Mi motivo principal es el espacio, luego la figura, y después el color”.
Benito Cerna es oriundo de la ciudad de Trujillo, región ubicada al norte de Perú y netamente colonial. Fue precisamente este elemento el que lo motivó a pintar obras románticas, que principalmente transmiten lo bello del momento.
Sus obras han sido expuestas en países como Chile, Costa Rica, Ecuador, Francia, Colombia, Estados Unidos y República Dominicana, tanto individual como colectivamente, además de participar en importantes subastas y colecciones públicas.
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