Vinomanía. Ante la vastedad de oferta enológica, cuál escoger
La selección de Rodero
Impresiones de dos vinos de la bodega que llamaron la atención.
Claves
En el mundo del vino es frecuente escuchar preguntas como cuál es el mejor o qué vino gusta más. La respuesta es la misma para ambas preguntas: el que más te guste.
Pero dentro de esta respuesta, que parece simple y contundente, se esconde un matizado en el que podemos incluir todos los vinos producidos año tras año y que con mejor o peor suerte se presentan a los volubles mercados mundiales. Pero dentro de esta vastedad de oferta enológica, siempre hay la posibilidad de que lleguen a nosotros caldos de los que vale la pena hacer un comentario.
En esta ocasión, me gustaría compartir con ustedes mis impresiones de dos vinos que llamaron mi atención. Me refiero a dos vinos de la bodega Carmelo Rodero, situada en Pedrosa de Duero, villa burgalesa enmarcada dentro de la denominación de origen Ribera del Duero.
El primero es el Carmelo Rodero Pago de Valtarreña 2005. Carmelo Rodero notó que en la finca Valtarreña, con viñas de 50 años, se producían racimos excepcionales por su bajo rendimiento por hectárea. Y con ese sentido de aventura que lo caracteriza, decidió utilizarlos para producir un vino que fuese diferente a los demás que ya elaboraba.
El Carmelo Rodero Pago de Valtarreña se fabrica fermentando primero en tanques de acero inoxidable con temperatura controlada y luego en barricas de roble. Completada la fermentación, el vino madura durante dos años en barricas jóvenes de roble francés, logrando alcanzar las características que lo convierten en un vino digno de ser mencionado. De un brillante rojo cereza, despide aromas que evolucionan a medida que el vino permanece en la copa y que nos recuerdan frutas negras maduras, tabaco, café, cuero y un final de vainilla y chocolate. En boca sorprende por su suavidad y redondez que entremezcla sensaciones de frescura y corpulencia con un final largo y persistente.
El otro vino digno de mencionar es uno de autor, el Carmelo Rodero TSM 2006. Es un ensamblaje de tres variedades cuyas iniciales del nombre se refieren a las variedades que lo integran: tempranillo, cabernet sauvignon y merlot cuyas proporciones son 75%, 10% y 15% respectivamente.
Las variedades se preparan por separado con una crianza de 18 meses en barricas jóvenes de roble francés y se ensamblan en las proporciones ya descritas cuando se va a embotellar.
Presenta un color rojo intenso con ribete púrpura producto de la suma de tres variedades muy cromáticas que, además, le confieren una gama aromática en la que se identifican frutas negras, café, pan tostado y algo de grafito. Ya en la boca se reconoce un vino redondo y tánico, con gran elegancia y buen cuerpo, y que deja un final con recuerdo a chocolate amargo y eucalipto.
Espero que tengan la oportunidad de poder disfrutar de estos ganadores. Valen la pena.
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