Las Violetas... admiradas por su belleza
- Félix Gabriel Josez
Son plantas sumamente delicadas, por ende necesitan cuidados específicos.
Las primeras violetas germinaron en Alemania, provenientes de unas semillas de África, lugar donde fue descubierta en el año de 1892. Para conocer un poco más sobre esta planta conversamos con el Ing. Jorge Rivas, quien nos manifestó que hay un sinnúmero de variedades de violetas africanas, sin contar más que se irán añadiendo todavía con el tiempo. Algunas duran un periodo de tiempo razonablemente largo, mientras que otras desaparecen rápidamente (de 2 a 3 días). El azul en sus muchos tonos es el color básico de esta flor, pero también las hay blancas, rosas, rojas y bicolores, con formas sencillas y dobles.
Aunque las flores son, desde luego, el atractivo principal, las hojas también son bonitas. En forma de corazón, ligeramente carnosa y de un color verde oscuro en la parte del haz, con una textura aterciopelada, presenta el envés marrón oscuro en algunas variedades.
Se pueden multiplicar por división, pero el método más fácil es el de los esquejes, estos arraigan con mucha facilidad en una mezcla de turba y arena a unos 20 °C, o incluso con los extremos de los tallos simplemente metidos en agua.
Para conseguir unas buenas violetas africanas, el factor realmente importante es garantizarles luz, calor y humedad en medidas razonables dada la situación del interior, ya que aborrecen positivamente toda condición que no cumpla con sus necesidades.
Hay infinidad de utilidades que se les puede dar a las violetas, además del aspecto decorativo. Los pasteleros las confitan para las decoraciones de dulces, también son utilizadas en ensaladas o para aromatizar los vinos, mientras que en oriente se emplea para hacer helado.
Entre otras cosas, de los pétalos de la violeta se obtiene un jarabe para el resfriado, los cuales también curan el insomnio, el dolor de cabeza y el estreñimiento. Además sus raíces alivian la bronquitis.
En cuanto al riego, lo principal es no saturar las raíces, nunca regar con agua fría, evitar a lo máximo mojar las flores o las hojas.
Es necesario trasplantar cada dos años, y el nuevo recipiente debe ser sólo un poco mayor que el antiguo.
Es fundamental una mezcla John Innes la cual está basada en tres partes de turba, dos partes de arena gruesa de río (nunca usar de mar) o puede comprarla ya mezclada (la mezclada tiene la ventaja de estar enriquecida con nutrientes)
Para mantener un equilibrio nutricional se debe fertilizar con agentes quelatados que no contengan altos niveles de nitrógeno (mayores de 25 g/lt), dado que se estimularía el desarrollo de las hojas a expensas de las flores (Bayfolan forte de Bayer o Carbo-vit a razón de 1 cc/lt y 2 cc/lt, respectivamente).
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