"No sólo de pan vivirá el hombre"
Publicado 2005/01/15 00:00:00
- Las Vegas, EEUU
"Seamos un Canto a la Vida", es la actividad que mañana reunirá a más de 20 artistas nacionales en la Avenida Balboa con la intención de recoger fondos para la adecuación del Instituto Nacional de Música que ofrece servicios a niños y jóvenes.
BAJO EL concepto de las enseñanzas bíblicas de que "no sólo de pan vivirá el hombre", la directora del Instituto Nacional de Música, María Elena Carles, opina que nuestra juventud requiere de otros espacios culturales que la mantenga alejada de los riesgos de las calles, y qué más que el canto y las melodías que transmiten los instrumentos musicales para lograr ese objetivo.
"En países desarrollados como Japón, el estudio por la música es obligatorio porque se ve como una inversión social valedera para sus habitantes, ejemplo que Panamá debería seguir como alternativa para afrontar los múltiples problemas sociales que tienen cautivos a los adolescentes".
El Instituto Nacional de Música, conocido desde inicios de la República como Conservatorio Nacional de Música y Declamación, ha sido la escuela por excelencia que ha preparado a muchísimas generaciones de artistas en la localidad. Sin embargo todo principio exige renovación.
La profesora María Elena Carles aclaró que más que una infraestructura física, el Instituto Nacional de Música está necesitando profesores especialistas para las cátedras de chelo, viola, corno francés, tuba y sobre todo en arpa.
Esta situación preocupa no sólo a las autoridades del Instituto Nacional de Cultura, sino a otras instituciones como el Club Rotario y Alcaldía de Panamá, que han dicho presente en la búsqueda de soluciones.
Patricia Patterson, presidenta del Club Rotario, dijo en conferencia de prensa que "Seamos un canto a la vida", es una actividad que pretende recoger fondos que sirvan como capital semilla para crear una fundación que vele por el bienestar del Instituto Nacional de Música.
Definitivamente que es lamentable que una institución formadora esté atravesando por múltiples circunstancias. El costo elevado de algunos instrumentos como el saxofón y el piano, que alcanzan más de 5 mil balboas, son parte de las limitantes en el proceso de enseñanza.
La poca remuneración que reciben los docentes de la institución es parte del problema. Muchos profesionales prefieren ofrecer sus servicios a entidades privadas que les ofertarán mejor, por dictar sus clases.
Otra gran preocupación es la ausencia de un bibliotecólogo superior que pueda organizar adecuadamente los libros de textos, CD y material especializado del Instituto.
Esta institución fue creada en 1904, como Escuela de Música y Declamación.
Fue en 1911 cuando se le dio el nombre de Conservatorio Nacional de Música y Declamación. Para el año de 1920 el Estado panameño le ofreció un subsidio para su operación y funcionamiento.
Pero en 1921, debido a la falta de presupuesto, el Conservatorio Nacional de Música cerró sus puertas.
En 1941 abrió nuevamente, y no fue hasta 1953 cuando se le cambió al nombre de Instituto Nacional de Música. Inicialmente esta institución perteneció al Ministerio de Educación y actualmente pertenece al Instituto Nacional de Cultura.
"En países desarrollados como Japón, el estudio por la música es obligatorio porque se ve como una inversión social valedera para sus habitantes, ejemplo que Panamá debería seguir como alternativa para afrontar los múltiples problemas sociales que tienen cautivos a los adolescentes".
El Instituto Nacional de Música, conocido desde inicios de la República como Conservatorio Nacional de Música y Declamación, ha sido la escuela por excelencia que ha preparado a muchísimas generaciones de artistas en la localidad. Sin embargo todo principio exige renovación.
La profesora María Elena Carles aclaró que más que una infraestructura física, el Instituto Nacional de Música está necesitando profesores especialistas para las cátedras de chelo, viola, corno francés, tuba y sobre todo en arpa.
Esta situación preocupa no sólo a las autoridades del Instituto Nacional de Cultura, sino a otras instituciones como el Club Rotario y Alcaldía de Panamá, que han dicho presente en la búsqueda de soluciones.
Patricia Patterson, presidenta del Club Rotario, dijo en conferencia de prensa que "Seamos un canto a la vida", es una actividad que pretende recoger fondos que sirvan como capital semilla para crear una fundación que vele por el bienestar del Instituto Nacional de Música.
Definitivamente que es lamentable que una institución formadora esté atravesando por múltiples circunstancias. El costo elevado de algunos instrumentos como el saxofón y el piano, que alcanzan más de 5 mil balboas, son parte de las limitantes en el proceso de enseñanza.
La poca remuneración que reciben los docentes de la institución es parte del problema. Muchos profesionales prefieren ofrecer sus servicios a entidades privadas que les ofertarán mejor, por dictar sus clases.
Otra gran preocupación es la ausencia de un bibliotecólogo superior que pueda organizar adecuadamente los libros de textos, CD y material especializado del Instituto.
Esta institución fue creada en 1904, como Escuela de Música y Declamación.
Fue en 1911 cuando se le dio el nombre de Conservatorio Nacional de Música y Declamación. Para el año de 1920 el Estado panameño le ofreció un subsidio para su operación y funcionamiento.
Pero en 1921, debido a la falta de presupuesto, el Conservatorio Nacional de Música cerró sus puertas.
En 1941 abrió nuevamente, y no fue hasta 1953 cuando se le cambió al nombre de Instituto Nacional de Música. Inicialmente esta institución perteneció al Ministerio de Educación y actualmente pertenece al Instituto Nacional de Cultura.
La entrada general será de cinco balboas. Los menores de 12 años entrarán gratis.
La meta de recaudación para el Instituto es de 15 mil balboas, que serán capitalizados por la donación de los asistentes.
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