Piropear es un arte
Publicado 1999/02/09 00:00:00
- Yessika Valdés
"Como quisiera ser sangre para correr por tus venas", "cuánto envidio el aire que acaricia tu piel", "si así como caminas cocinas, guárdame el concolón", "de ese tocino sale buena manteca", "quién fuera jardinero para cortar esa flor", son algunos piropos dichos por hombres que quieren llamar la atención de alguna damisela.
Jóvenes, maduros o aun los de edad avanzada, los hombres saben que a la mujer le gusta sentirse halagada y escuchar cosas lindas, de allí que hay quienes se vuelven expertos en el arte de piropear y en sus piropos utilizan metáforas u otra figura literaria, versos o simplemente dicen lo que se les ocurre que suena bien...Hay ocasiones en que hacen sonrojar a la aludida, la hacen sonreír o que suelte una carcajada por la ocurrencia, pero, el caso es que un buen piropo casi siempre es bien recibido.
Estilo de Vida quiso conocer más sobre este tema y nos dedicamos primero a observar hombres y escuchar lo que le decían a las mujeres que pasaban a su lado. Después entrevistamos a algunas jóvenes y señoras en El Dorado y hasta a un par de hombres (también les gustan que los piropeen) y pudimos notar que los piropos van dirigidos a una parte particular del cuerpo de la dama ("mírame con sus ojos de esmeralda", "tu boca de fresa me arrebata", "estás guena , mama" "no me mates con tu mirada", "tu risa de cascabel me trastorna", o en general resaltan su belleza ("eres como una noche de estrellas", "donde tú estás hay claridad", "odiame pero no me ignores", "pareces una Venus" "estás más guena que un trago del mejor vino", "quisiera ser ternero", "ya decía yo que las mujeres de Panamá son las más guapas del mundo", "me gustaría morir en sus brazos", "quisiera ahorcarme con tu cabello", "me gustas más que una buena presa de pollo" , "como quisiera ser tu dueño", "estás como quieres mami", "tienes de todo para regalar"), su forma de ser (" a tu lado me siento como un rey", "tú sí que lo entiendes a uno chichi", "no hay como tú para pasarla priti", "contigo es pura gozadera"). También los hay que resaltan de la mujer, su voz, su manera de caminar o de sonreír...
De los piropos se puede decir, además, que los hay unos muy formales, otros poéticos, están los más atrevidos, unos con connotaciones sexuales y otros muy delicados. En fin, para todos los gustos...
Empecemos por los hombres. A Abdiel Toribio hay una chica que le dijo una vez "oye, qué guapo te ves". Yamileth, una amiga, en una ocasión en Expocomer vio a un caballero con unos hermosos ojos azules y sin pensarlo dos veces le dijo "tiene los ojos más lindos que he visto en mi vida". El ejecutivo se puso tan rojo que parecía que la sangre quería salírsele por los poros, sonrió, cancaneando balbuceó las gracias y apresuró el paso.
Hay otra muchacha que en una parada de buses dialogaba con otras tres chicas y cuando vieron a un ejemplar masculino atlético y bien parecido le gritaron en coro: "Tú sí que le calmas el hambre a cualquiera".
A Yavira López, quien paseaba por el Centro Comercial El Dorado con su bebé Denis Ortega y el padre de éste, Javier, le encanta que su pareja le diga "mi amor" y a él le encanta hacerla sentir que es el eje de su vida cuando le dice dulce y sensualmente esa frase.
Al señor Carlos Pérez, de 85 años siempre le funcionó el siguiente piropo: "Si fueras buena cocinera hasta el concolón me lo comiera".
Aris Ruíz, quien trabaja en suscripciones de La Prensa, comentó que si quieres llamar la atención de una chica, "tírale un besito y te mira".
Ana Sonia Chávez recuerda como si fuera el día en que un español bastante guapo caminó a su lado como una cuadra para decirle "A San Pedro se le ha quedado el cielo abierto porque se le ha escapado un ángel". A ella le dio fue risa y procedió a darla las gracias porque era bonito. "¿Cuál de los dos, el piropo o él?, le preguntamos Martín Levi y yo riéndonos: "Los dos", contesta también riéndose y dice que hay otros piropos que parecen más bien es insultos por lo vulgares y groseros, como los que les dicen algunos hombres a las mujeres que tienen caderas anchas o un buen par de senos o usan ropa demasiado apretada que permite apreciar toda su contextura.
A Felipa Vargas le dijeron una vez: "estoy vestido de morado, porque estoy enamorado".
Quien diga que no le gusta escuchar un buen piropo miente y lo digo por experiencia (entre otras cosas me han dicho: : "quisiera ser sol para calentar tu piel", "Dios bendiga al escultor que te moldeó esas piernas". Lo que hay es que estar claro en que no se deben confundir piropos y cumplidos con lisuras y faltas de respeto.
A Melinda Del Carmen Cobos el piropo que más le gustó fue el que le dijo un pretendiente que escribía versos, cuando estaban en secundaria: "Si yo fuera pintor te pintaría en el lienzo del cielo azul".
Mientras, a Brenda Alicia Rodríguez le encanta cuando le hablan de su fina cintura o le alaban su voz.
Piropos como "llévame contigo hasta el fin del mundo", "cuando te ríes se me sube la bilirrubina", "ahora que te tengo cerca, que se acabe el mundo", "cómo quisiera ser la ropa que cubre tu cuerpo", eran muy comunes hace unos años, hoy día los muchachos ya no se inspiran tanto y le dicen cualquier barbaridad a las muchachas y ellas se dejan y hasta le celebran o le contestan otra barbaridad. El arte de piropear tiene que cultivarse y en ello ayuda la lectura, el ser observador y detectar qué cosas le agrada escuchar a una dama, el practicar solo antes de lanzarse al ruedo y el asesorarse con expertos en la materia. Por lo general los padres y abuelos tienen un buen repertorio. Y si eres romántico (casi todas las mujeres lo son y disfrutan de escuchar lindas cosas, sobre todo de aquél a quien aman) hay muy buenos libros de poesía que pueden servirte de guía. A propósito, nunca se es muy joven ni muy viejo/a para dejar de inspirar a otras personas algo agradable. Por esto una palabra tierna o un reconocimiento a un atributo o virtud (que todo ser humano los tienen) puede alegrarle la vida a esa persona, lo que demuestra que los piropos nunca pasan de moda.
Jóvenes, maduros o aun los de edad avanzada, los hombres saben que a la mujer le gusta sentirse halagada y escuchar cosas lindas, de allí que hay quienes se vuelven expertos en el arte de piropear y en sus piropos utilizan metáforas u otra figura literaria, versos o simplemente dicen lo que se les ocurre que suena bien...Hay ocasiones en que hacen sonrojar a la aludida, la hacen sonreír o que suelte una carcajada por la ocurrencia, pero, el caso es que un buen piropo casi siempre es bien recibido.
Estilo de Vida quiso conocer más sobre este tema y nos dedicamos primero a observar hombres y escuchar lo que le decían a las mujeres que pasaban a su lado. Después entrevistamos a algunas jóvenes y señoras en El Dorado y hasta a un par de hombres (también les gustan que los piropeen) y pudimos notar que los piropos van dirigidos a una parte particular del cuerpo de la dama ("mírame con sus ojos de esmeralda", "tu boca de fresa me arrebata", "estás guena , mama" "no me mates con tu mirada", "tu risa de cascabel me trastorna", o en general resaltan su belleza ("eres como una noche de estrellas", "donde tú estás hay claridad", "odiame pero no me ignores", "pareces una Venus" "estás más guena que un trago del mejor vino", "quisiera ser ternero", "ya decía yo que las mujeres de Panamá son las más guapas del mundo", "me gustaría morir en sus brazos", "quisiera ahorcarme con tu cabello", "me gustas más que una buena presa de pollo" , "como quisiera ser tu dueño", "estás como quieres mami", "tienes de todo para regalar"), su forma de ser (" a tu lado me siento como un rey", "tú sí que lo entiendes a uno chichi", "no hay como tú para pasarla priti", "contigo es pura gozadera"). También los hay que resaltan de la mujer, su voz, su manera de caminar o de sonreír...
De los piropos se puede decir, además, que los hay unos muy formales, otros poéticos, están los más atrevidos, unos con connotaciones sexuales y otros muy delicados. En fin, para todos los gustos...
Empecemos por los hombres. A Abdiel Toribio hay una chica que le dijo una vez "oye, qué guapo te ves". Yamileth, una amiga, en una ocasión en Expocomer vio a un caballero con unos hermosos ojos azules y sin pensarlo dos veces le dijo "tiene los ojos más lindos que he visto en mi vida". El ejecutivo se puso tan rojo que parecía que la sangre quería salírsele por los poros, sonrió, cancaneando balbuceó las gracias y apresuró el paso.
Hay otra muchacha que en una parada de buses dialogaba con otras tres chicas y cuando vieron a un ejemplar masculino atlético y bien parecido le gritaron en coro: "Tú sí que le calmas el hambre a cualquiera".
A Yavira López, quien paseaba por el Centro Comercial El Dorado con su bebé Denis Ortega y el padre de éste, Javier, le encanta que su pareja le diga "mi amor" y a él le encanta hacerla sentir que es el eje de su vida cuando le dice dulce y sensualmente esa frase.
Al señor Carlos Pérez, de 85 años siempre le funcionó el siguiente piropo: "Si fueras buena cocinera hasta el concolón me lo comiera".
Aris Ruíz, quien trabaja en suscripciones de La Prensa, comentó que si quieres llamar la atención de una chica, "tírale un besito y te mira".
Ana Sonia Chávez recuerda como si fuera el día en que un español bastante guapo caminó a su lado como una cuadra para decirle "A San Pedro se le ha quedado el cielo abierto porque se le ha escapado un ángel". A ella le dio fue risa y procedió a darla las gracias porque era bonito. "¿Cuál de los dos, el piropo o él?, le preguntamos Martín Levi y yo riéndonos: "Los dos", contesta también riéndose y dice que hay otros piropos que parecen más bien es insultos por lo vulgares y groseros, como los que les dicen algunos hombres a las mujeres que tienen caderas anchas o un buen par de senos o usan ropa demasiado apretada que permite apreciar toda su contextura.
A Felipa Vargas le dijeron una vez: "estoy vestido de morado, porque estoy enamorado".
Quien diga que no le gusta escuchar un buen piropo miente y lo digo por experiencia (entre otras cosas me han dicho: : "quisiera ser sol para calentar tu piel", "Dios bendiga al escultor que te moldeó esas piernas". Lo que hay es que estar claro en que no se deben confundir piropos y cumplidos con lisuras y faltas de respeto.
A Melinda Del Carmen Cobos el piropo que más le gustó fue el que le dijo un pretendiente que escribía versos, cuando estaban en secundaria: "Si yo fuera pintor te pintaría en el lienzo del cielo azul".
Mientras, a Brenda Alicia Rodríguez le encanta cuando le hablan de su fina cintura o le alaban su voz.
Piropos como "llévame contigo hasta el fin del mundo", "cuando te ríes se me sube la bilirrubina", "ahora que te tengo cerca, que se acabe el mundo", "cómo quisiera ser la ropa que cubre tu cuerpo", eran muy comunes hace unos años, hoy día los muchachos ya no se inspiran tanto y le dicen cualquier barbaridad a las muchachas y ellas se dejan y hasta le celebran o le contestan otra barbaridad. El arte de piropear tiene que cultivarse y en ello ayuda la lectura, el ser observador y detectar qué cosas le agrada escuchar a una dama, el practicar solo antes de lanzarse al ruedo y el asesorarse con expertos en la materia. Por lo general los padres y abuelos tienen un buen repertorio. Y si eres romántico (casi todas las mujeres lo son y disfrutan de escuchar lindas cosas, sobre todo de aquél a quien aman) hay muy buenos libros de poesía que pueden servirte de guía. A propósito, nunca se es muy joven ni muy viejo/a para dejar de inspirar a otras personas algo agradable. Por esto una palabra tierna o un reconocimiento a un atributo o virtud (que todo ser humano los tienen) puede alegrarle la vida a esa persona, lo que demuestra que los piropos nunca pasan de moda.
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