Por temor al coronavirus medio millar de murciélagos fueron atacados con fuego en el caserío de Culden, en el norte de Perú
- EFE, Lima, @PanamaAmerica
En tiempos de coronavirus no se debe especular. Esto, ahora lo saben pobladores de una comunidad en Perú, quienes debido a que los murciélagos tienen mala fama, producto de la ficción, leyendas y películas y una nada atractiva apariencia, quisieron acabarlos, no vaya a ser que les transmitieran el coronavirus. Esto es temor y desinformación.
Alguien dijo o escribió una vez, atinadamente, "de todo se ve en la viña del Señor". He aquí que, temiendo que pudieran ser portadores del coronavirus, los únicos mamíferos voladores, los murciélagos fueron víctimas de un ataque, para que les quede claro que son menos bienvenidos que nunca en Lima. Lo que ocurrió estos días trae al tapete el asunto de la importancia de estar informados, especialmente en asuntos tan delicados como lo es en qué consiste, cómo se transmite y cómo se previene la transmisión del coronavirus.
Cerca de medio millar de murciélagos fueron víctimas de un ataque con fuego por habitantes de una pequeña aldea de los Andes peruanos, quienes creían equivocadamente que estos especímenes transmitían el coronavirus, la pandemia que en Perú ya ha causado nueve muertos y 480 infectados.
Alrededor de 300 ejemplares murieron en esta acción colectiva, según la estimación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) de Perú brindada la Agencia Efe por su directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre, Jessica Gálvez-Durand.
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Otros 200 especímenes fueron recuperados por personal del Serfor y del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) y, tras comprobar que estaban en buen estado, fueron liberados en una cueva más alejada de la zona donde se produjo el ataque.
El hecho ocurrió en el caserío de Culden, ubicado en la región andina de Cajamarca, que a su vez se encuentra en el norte de Perú, donde hasta el momento solo se registra un caso de COVID-19.
Cacería en grupo
Sin embargo, alimentados por los rumores no contrastados que indicarían que la pandemia se originó por una persona en China que comió sopa de murciélago, los habitantes de esta aldea peruana salieron en grupo con antorchas a una cueva cercana donde anidaban murciélagos.
En su huida, los animales se refugiaron dentro de las paredes huecas de la escuela infantil del pueblo, que en ese momento se encontraba vacía.
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Fue entonces cuando los atacantes optaron por romper esas paredes y quemar a los murciélagos que ya no tenían escapatoria, según relataron trabajadores de la oficina regional del Serfor que estuvieron a cargo del caso.
Especies inofensivas
"Como autoridad nacional les hicimos ver que era incorrecto. Ellos alegaron que también lo hacían por temor a que les contagiaran la rabia, pero en esa zona no nos consta que haya casos de esa enfermedad", indicó Gálvez-Durand.
La especialista recalcó que entre el grupo murciélagos había varias especies de la familia myotis, todas ellas inofensivas para el ser humano por ser insectívoras.
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Estos murciélagos son de pequeñas dimensiones, muy lejos del tamaño que puede alcanzar el zorro volador, especie endémica de Asia que se alimenta de sangre.
Gálvez-Durand aclaró que, de las más de 160 especies de murciélagos que se encuentran en Perú, solo tres se alimentan de sangre, entre ellas dos que se limitan a atacar a aves, y solo una que puede encontrarse en todo el territorio nacional, pero siempre de menos tamaño que las especies asiáticas.
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Murciélagos estigmatizados
"Lamentablemente los murciélagos tienen mala fama. A veces los seres humanos estigmatizamos algunas especies de fauna y los han llevado casi a su extinción, como los lobos en Europa", comentó Gálvez-Durand.
"Así como los roedores, los murciélagos también tienen mala fama, pero este tipo de especies brindan servicios ambientales muy importantes como control de plagas, polinización, dispersión de semillas y, con ello, regeneración de bosques. Son más las cosas buenas que nos brindan que lo negativo", concluyó.
En un comunicado, el Serfor solicitó "no desnaturalizar la situación por la pandemia del COVID-19" y recordó que "los murciélagos no son nuestros enemigos".
La institución adscrita al Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) de Perú precisó que el 70 por ciento de las especies existentes en el mundo se alimentan de insectos, muchos de ellos nocivos para la agricultura y para la salud humana como los mosquitos transmisores del dengue y otras enfermedades.
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