Reemplazo de hormonas aumenta riesgo de cáncer de mama
Publicado 2000/01/27 00:00:00
- REDACCIÓN
Las mujeres que reciben estrógenos y progestina para evitar la osteoporosis, el cáncer de útero y afecciones post menopáusicas, corren un riesgo mayor de padecer cáncer de mama que las tratadas sólo con estrógenos, según un estudio publicado ayer.
El informe, que aparece en la revista Journal of the American Medical Association, indica que la progestina es una versión sintética de la hormona progesterona, y se administra en combinación con los estrógenos a las mujeres después de la menopausia.
El tratamiento intenta disminuir las posibilidades de que desarrollen el cáncer de útero ya que induce el desprendimiento mensual del revestimiento uterino, como ocurriría con la menstruación.
Se ha comprobado un riesgo mayor de cáncer de útero entre las mujeres que naturalmente tienen niveles aumentados de estrógenos.
La llamada terapia de reemplazo de hormonas se usa para evitar que las mujeres post menopáusicas sufran la pérdida de masa ósea -osteoporosis- y síntomas de la menopausia tales como la sequedad vaginal. Los médicos creen que la terapia también reduce el peligro de males cardiovasculares.
Pero un estudio dirigido por Catherine Schairer, del Instituto Nacional del Cáncer, en Rockville, Maryland, determinó que las mujeres que usan o han usado recientemente la terapia combinada de progestina y estrógenos tienen un riesgo 40 por ciento mayor de desarrollar cáncer de pecho que las mujeres que no han tomado alguna de las hormonas.
El riesgo de cáncer de mama es 20 por ciento más alto entre las mujeres que usaron estrógenos solos, si se les compara con las que no han usado hormonas de reemplazo.
El cáncer de mama puede ocurrir tanto entre hombres como en mujeres pero es mucho más común en las mujeres. Las estadísticas indican que una de cada 8 ó 9 mujeres en Estados Unidos desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida.
El riesgo de este tipo de cáncer aumenta de manera exponencial después de los 30 años de edad. La edad promedio a la cual se diagnostica el cáncer de mama en las mujeres es de 60 años.
En general la tasa de cáncer de mama es más baja en los países pobres que en los ricos, con la excepción de Japón donde también hay una tasa baja de este tipo de cáncer.
En Estados Unidos las mujeres blancas, especialmente las de ascendencia del norte de Europa, tienen una incidencia más alta de cáncer de mama que las no blancas, aunque está aumentando la incidencia entre mujeres negras, particularmente entre las menores de 60 años.
Schairer escribió en la revista JAMA que "la evaluación de los riesgos comparativos de los estrógenos frente a la combinación de estrógenos y progestina se complicó por el hecho de que el uso de estrógenos solos apareció vinculado con un riesgo mayor entre las mujeres delgadas pero no entre las de más peso".
El estudio indicó que el riesgo que corren las mujeres de desarrollar cáncer de mama aumenta con cada año que pasen en el tratamiento de reemplazo de hormonas.
El riesgo aumenta un 8 por ciento cada año con la terapia de estrógenos y progestina, y en 1 por ciento cada año solo con la de estrógenos.
Los investigadores examinaron los datos de 46.355 mujeres, a lo largo de 15 años, que participaron en un examen de los análisis de cáncer de mama. De esas mujeres, 2.082 desarrollaron la enfermedad entre 1980 y 1995.
El informe, que aparece en la revista Journal of the American Medical Association, indica que la progestina es una versión sintética de la hormona progesterona, y se administra en combinación con los estrógenos a las mujeres después de la menopausia.
El tratamiento intenta disminuir las posibilidades de que desarrollen el cáncer de útero ya que induce el desprendimiento mensual del revestimiento uterino, como ocurriría con la menstruación.
Se ha comprobado un riesgo mayor de cáncer de útero entre las mujeres que naturalmente tienen niveles aumentados de estrógenos.
La llamada terapia de reemplazo de hormonas se usa para evitar que las mujeres post menopáusicas sufran la pérdida de masa ósea -osteoporosis- y síntomas de la menopausia tales como la sequedad vaginal. Los médicos creen que la terapia también reduce el peligro de males cardiovasculares.
Pero un estudio dirigido por Catherine Schairer, del Instituto Nacional del Cáncer, en Rockville, Maryland, determinó que las mujeres que usan o han usado recientemente la terapia combinada de progestina y estrógenos tienen un riesgo 40 por ciento mayor de desarrollar cáncer de pecho que las mujeres que no han tomado alguna de las hormonas.
El riesgo de cáncer de mama es 20 por ciento más alto entre las mujeres que usaron estrógenos solos, si se les compara con las que no han usado hormonas de reemplazo.
El cáncer de mama puede ocurrir tanto entre hombres como en mujeres pero es mucho más común en las mujeres. Las estadísticas indican que una de cada 8 ó 9 mujeres en Estados Unidos desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida.
El riesgo de este tipo de cáncer aumenta de manera exponencial después de los 30 años de edad. La edad promedio a la cual se diagnostica el cáncer de mama en las mujeres es de 60 años.
En general la tasa de cáncer de mama es más baja en los países pobres que en los ricos, con la excepción de Japón donde también hay una tasa baja de este tipo de cáncer.
En Estados Unidos las mujeres blancas, especialmente las de ascendencia del norte de Europa, tienen una incidencia más alta de cáncer de mama que las no blancas, aunque está aumentando la incidencia entre mujeres negras, particularmente entre las menores de 60 años.
Schairer escribió en la revista JAMA que "la evaluación de los riesgos comparativos de los estrógenos frente a la combinación de estrógenos y progestina se complicó por el hecho de que el uso de estrógenos solos apareció vinculado con un riesgo mayor entre las mujeres delgadas pero no entre las de más peso".
El estudio indicó que el riesgo que corren las mujeres de desarrollar cáncer de mama aumenta con cada año que pasen en el tratamiento de reemplazo de hormonas.
El riesgo aumenta un 8 por ciento cada año con la terapia de estrógenos y progestina, y en 1 por ciento cada año solo con la de estrógenos.
Los investigadores examinaron los datos de 46.355 mujeres, a lo largo de 15 años, que participaron en un examen de los análisis de cáncer de mama. De esas mujeres, 2.082 desarrollaron la enfermedad entre 1980 y 1995.
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