¡Suerte! lo que se hace por conseguirla
Publicado 2004/09/18 23:00:00
- Yovanska Spadafora
Siempre me ha llenado de intriga el saber por qué es más común ver a las mujeres explorar en ese mundo al que muchos llaman "clínicas espirituales", aquel en que objetos desconcertantes como piedras de dulces de colores, hierbas aromáticas, esencias granuladas y muchos otros, se convierten en un ritual conductor de sus vidas.
Nuestra curiosidad nos llevó a uno de esos establecimientos en que el olor sobrenatural de la mezcolanza esotérica es la carta de presentación de quienes han hecho de su religión una forma de vida. Así conocimos a Ham, un haitiano dependiente del establecimiento, quien respondió, ante nuestra primera pregunta, del por qué son las mujeres las más arraigadas a los temas esotéricos, que en la santería los orishas (espíritus de personas que en vida eran importantes personajes para las tribus africanas) y sus seguidores no conocen de jerarquías de género y discriminación sexual.
Es decir, existen hombres y mujeres que buscan "sacarse la suerte" o una sanación, pero también hay quienes aún ven todos estos métodos como algo relacionado con el pecado o directamente lo maligno. Y es que, aunque en Brasil o Cuba la santería es practicada sin tabúes, en nuestro país todavía es un tema "oculto", a pesar que los productos relacionados con esta práctica o la esotería son utilizados por un número considerable de la población de forma habitual.
Ham hace un alto en la conversación, mientras una señora, que por la forma en que habló dejaba entrever que era una cliente asidua, pide unas velas de canela y varias esencias. Me invadió la curiosidad nuevamente y me atrevo a preguntarle a la señora, a lo que respondió, "antes yo no creía en nada relacionado a lo esotérico, pero empecé primero comprando velas de canela para mantener la tranquilidad en mi familia y luego probé con algunas esencias; la verdad, no sé si es algo psicológico, pero en realidad se siente una calma espiritual que no puedo explicar".
La pequeña tienda, ubicada en lo más recóndito de Salsipuedes, reune todas las religiones espirituales, como no los comenta Ham. Un sitial en el que los amuletos, collares, manitos de azabache, resguardos, baños, figuras de santos, velas, libros de santería, hechizos y brujería, pentagramas esotéricos, novenas, hierbas y lectura de barajas, tabacos y caracoles, se convierten en los elementos esenciales de una "necesidad" desesperante, que lleva al cliente a buscar remedios para atraer la prosperidad, como las velas de canela; alejar las envidias con las de azufre y los populares baños de "suerte rápida" para ganarse la lotería.
Contrario a lo que muchos piensan, Ham nos explica que los clientes buscan artículos esotéricos para la protección contra el mal, pero lo que hace eficaz estos rituales esotéricos es la fe con que se utilicen los productos.
Por ejemplo, Ham recomienda un baño de destrancadera para esa energía negativa que se apodera del cuerpo, complementado con un baño de canela para atraer la suerte o las buenas vibraciones. Todo esto por menos de dos dólares.
Vivir con suerte, atraer el amor, el dinero y alejar las malas situaciones, son los puntos estratégicos a atacar con los productos esotéricos. Mientras que para muchos católicos basta una oración y una señal de amor hacia Dios Todopoderoso, los creyentes en la esotería siguen buscando las esencias, el tabaco y los desconcertantes rituales.
Las velas son poderosas fuentes de poder en la metafísica. La imagen de una pequeña llama encendida a partir de una mecha y cera fría conlleva una fuerte carga simbólica que ha atravesado generaciones y civilizaciones. Ellas son un ícono representativo de la vida y la energía.
Antes que existiera la electricidad, las velas era la forma de iluminación indispensable de cada hogar y hoy, pese a la evolución de las tecnologías, no hay casa donde no exista una, aunque sea como recurso decorativo semi olvidado en un rincón de la sala de estar, en plena ignorancia de su potente y, a la vez, sutil poder.
Se dice que es necesario que cada vez que se encienda una vela se haga con mucha concentración y respeto por todos los seres, ya que la mente es el primer emisor energético y esa voluntad es plasmada en la vela.
Blanco: Se utiliza en rituales de purificación y meditación. Simboliza la adivinación, la verdad, la paz, la fuerza espiritual y la energía lunar.
Azul: Simboliza la tranquilidad, la inspiración y la calma. Se recomienda encender muchas velas azules cuando se está angustiado o deprimido. Otorga tranquilidad y protección durante el sueño.
Café: Dicen que es ideal para localizar objetos perdidos y mejorar los poderes de concentración. También se utiliza para pedir la protección de familiares y de animales domésticos.
Oro: Atrae el dinero, el poder de las influencias cósmicas y ciertos grupos los utilizan en los rituales para honrar a las deidades solares.
Gris o plata: Ideal para eliminar la negatividad, estimular la estabilidad y atraer las influencias benéficas, así como neutralizar las influencias negativas. Simboliza madurez, seriedad y sabiduría.
Verde: Para la salud, el dinero, la fertilidad, el éxito, la buena suerte, la prosperidad, el rejuvenecimiento, así como en los rituales contra la avaricia y los celos.
Naranja: Para estimular la energía. Simboliza la alegría.
Rosado: Evoca la ternura, el amor y la amistad. Representa la belleza, la moralidad, la confianza y la ingenuidad.
Rojo: Se utiliza para llamar la fertilidad, el amor, la pasión sexual, la salud, la fuerza física, el valor y el magnetismo. También simboliza la creación, la victoria y la innovación.
Amarillo: Para la confianza, la atracción, el encanto. Se recomienda encender una vela amarilla en momentos de oscuridad y tristeza, para recibir una luz que oriente el destino.
Morado: Simboliza la transmutación y el poder. Se utiliza para llamar al éxito, prestigio, reconocimiento social y elevación.
Violeta o lila: Es el color de la perseverancia, el sacrificio y la piedad. Encender una vela de este color trae tranquilidad, cordialidad y un ambiente de calma.
Nuestra curiosidad nos llevó a uno de esos establecimientos en que el olor sobrenatural de la mezcolanza esotérica es la carta de presentación de quienes han hecho de su religión una forma de vida. Así conocimos a Ham, un haitiano dependiente del establecimiento, quien respondió, ante nuestra primera pregunta, del por qué son las mujeres las más arraigadas a los temas esotéricos, que en la santería los orishas (espíritus de personas que en vida eran importantes personajes para las tribus africanas) y sus seguidores no conocen de jerarquías de género y discriminación sexual.
Es decir, existen hombres y mujeres que buscan "sacarse la suerte" o una sanación, pero también hay quienes aún ven todos estos métodos como algo relacionado con el pecado o directamente lo maligno. Y es que, aunque en Brasil o Cuba la santería es practicada sin tabúes, en nuestro país todavía es un tema "oculto", a pesar que los productos relacionados con esta práctica o la esotería son utilizados por un número considerable de la población de forma habitual.
Ham hace un alto en la conversación, mientras una señora, que por la forma en que habló dejaba entrever que era una cliente asidua, pide unas velas de canela y varias esencias. Me invadió la curiosidad nuevamente y me atrevo a preguntarle a la señora, a lo que respondió, "antes yo no creía en nada relacionado a lo esotérico, pero empecé primero comprando velas de canela para mantener la tranquilidad en mi familia y luego probé con algunas esencias; la verdad, no sé si es algo psicológico, pero en realidad se siente una calma espiritual que no puedo explicar".
La pequeña tienda, ubicada en lo más recóndito de Salsipuedes, reune todas las religiones espirituales, como no los comenta Ham. Un sitial en el que los amuletos, collares, manitos de azabache, resguardos, baños, figuras de santos, velas, libros de santería, hechizos y brujería, pentagramas esotéricos, novenas, hierbas y lectura de barajas, tabacos y caracoles, se convierten en los elementos esenciales de una "necesidad" desesperante, que lleva al cliente a buscar remedios para atraer la prosperidad, como las velas de canela; alejar las envidias con las de azufre y los populares baños de "suerte rápida" para ganarse la lotería.
Contrario a lo que muchos piensan, Ham nos explica que los clientes buscan artículos esotéricos para la protección contra el mal, pero lo que hace eficaz estos rituales esotéricos es la fe con que se utilicen los productos.
Por ejemplo, Ham recomienda un baño de destrancadera para esa energía negativa que se apodera del cuerpo, complementado con un baño de canela para atraer la suerte o las buenas vibraciones. Todo esto por menos de dos dólares.
Vivir con suerte, atraer el amor, el dinero y alejar las malas situaciones, son los puntos estratégicos a atacar con los productos esotéricos. Mientras que para muchos católicos basta una oración y una señal de amor hacia Dios Todopoderoso, los creyentes en la esotería siguen buscando las esencias, el tabaco y los desconcertantes rituales.
Las velas son poderosas fuentes de poder en la metafísica. La imagen de una pequeña llama encendida a partir de una mecha y cera fría conlleva una fuerte carga simbólica que ha atravesado generaciones y civilizaciones. Ellas son un ícono representativo de la vida y la energía.
Antes que existiera la electricidad, las velas era la forma de iluminación indispensable de cada hogar y hoy, pese a la evolución de las tecnologías, no hay casa donde no exista una, aunque sea como recurso decorativo semi olvidado en un rincón de la sala de estar, en plena ignorancia de su potente y, a la vez, sutil poder.
Se dice que es necesario que cada vez que se encienda una vela se haga con mucha concentración y respeto por todos los seres, ya que la mente es el primer emisor energético y esa voluntad es plasmada en la vela.
Blanco: Se utiliza en rituales de purificación y meditación. Simboliza la adivinación, la verdad, la paz, la fuerza espiritual y la energía lunar.
Azul: Simboliza la tranquilidad, la inspiración y la calma. Se recomienda encender muchas velas azules cuando se está angustiado o deprimido. Otorga tranquilidad y protección durante el sueño.
Café: Dicen que es ideal para localizar objetos perdidos y mejorar los poderes de concentración. También se utiliza para pedir la protección de familiares y de animales domésticos.
Oro: Atrae el dinero, el poder de las influencias cósmicas y ciertos grupos los utilizan en los rituales para honrar a las deidades solares.
Gris o plata: Ideal para eliminar la negatividad, estimular la estabilidad y atraer las influencias benéficas, así como neutralizar las influencias negativas. Simboliza madurez, seriedad y sabiduría.
Verde: Para la salud, el dinero, la fertilidad, el éxito, la buena suerte, la prosperidad, el rejuvenecimiento, así como en los rituales contra la avaricia y los celos.
Naranja: Para estimular la energía. Simboliza la alegría.
Rosado: Evoca la ternura, el amor y la amistad. Representa la belleza, la moralidad, la confianza y la ingenuidad.
Rojo: Se utiliza para llamar la fertilidad, el amor, la pasión sexual, la salud, la fuerza física, el valor y el magnetismo. También simboliza la creación, la victoria y la innovación.
Amarillo: Para la confianza, la atracción, el encanto. Se recomienda encender una vela amarilla en momentos de oscuridad y tristeza, para recibir una luz que oriente el destino.
Morado: Simboliza la transmutación y el poder. Se utiliza para llamar al éxito, prestigio, reconocimiento social y elevación.
Violeta o lila: Es el color de la perseverancia, el sacrificio y la piedad. Encender una vela de este color trae tranquilidad, cordialidad y un ambiente de calma.
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