Título del filme: Desafío Extremo
Publicado 2003/11/20 00:00:00
- Rainer Tuñón
Un equipo de producción de videos extremos deberá filmar a tres esquiadores escapándose de una avalancha en los alpes austriacos. Los esquiadores son una especialista olímpica en descenso contra-reloj y dos expertos en el "snowboarding". En fin, el grupo se hospeda en una estación de esquí a 4.000 metros en la frontera con Yugoslavia, pero no contaban con que un criminal de guerra que simuló su muerte se encontraba allí también y busca eliminarlos.
Tan bien que suena la historia, pero tan mala que es la película. El interés que despierta ese material es irremediablemente apagado por sofocantes actuaciones y una historia tan floja como cualquier cuerda a punto de romperse mientras se filman las arriesgadas escenas.
Puntos a favor: Todas las secuencias de acción son hiper-extremas, tanto así que el coordinador de especialistas Tom Delmar contrató a un total de 178 profesionales de Francia, Austria, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Luxemburgo y Hong Kong para hacer las acrobacias.
Ahora, el filme tuvo su nota luctuosa. El esquiador Werner Koening falleció el 12 de noviembre de 2000 a causa de una avalancha mientras buscaban localizaciones en Verbier (Suiza).
Su director, Christian Duguay, quien ha recibido recientemente sendas nominaciones al Emmy por sus dos trabajos televisivos sobre Hitler y Juana de Arco, ha tenido mejor suerte en películas serie B, que con esta ola de pésimas actuaciones. Recordemos por ejemplo, "The Assigment y Screamers".
Papá o Mamá aburrido, frío y terco cambia de papeles con el hijo inmaduro e inseguro. Sí, ya lo hemos visto desde la prmera "Freaky Friday" en los setentas (Barbra Harris y Jodie Foster) o Vice Versa (Judge Reinhold y Fred Savage), "Like fahter like son" (Dudley Moore y Kirk Cameron), "18 again" (George Burns y Charlie Schlatter) y su mejor propuesta, "Big", la primera nominación al Oscar de Tom Hanks.
La novela de Mary Rodgers, publicada en 1977, "Freaky Friday" viene de vuelta al cine, esta vez con un guión de Heather Hach y Leslie Dixon. El resultado, inexplicablemente delicioso, gracias a Jamie Lee Curtis quien se roba el filme.
Después de cenar en un restaurante chino y recibir las dos la misma galleta de la fortuna, madre e hija regresan al hogar y despiertan a la mañana siguiente reencarnadas la una en el cuerpo de la otra. Palabras más o menos, así funciona la dinámica de esta película que también protagoniza Linday Lohan, la chica de "The Parent Trap", que hizo de gemelas.
Esta actualización de "Freaky Friday" nuevamente se pone como una peliculilla más del montón, con la diferencia de que se trata de Jamie Lee, una de mis actrices favoritas desde "Halloween", "De mendigo a millonario", "Mentiras Verdaderas", "Los enredos de Wanda" y ahora con esta nueva versión de un "Viernes de locos". (3.8)
Recientemente la justicia panameña se pronunció respecto a la paliza de unos reclusos en la demolida Cárcel Modelo. Hoy en carteleras está por desaparecer "Carandiru", la película brasileña más comentada del año, después de la extraordinaria Ciudad de Dios. "Carandiru" es un filme sobre la desaparecida cárcel homónima, que relata la existencia cotidiana de los recluidos en el penal y lo que vivieron en 1992 con el motín que se convirtió en una masacre con 111 víctimas.
Se trata de un gran trabajo de un gran director, Héctor Babenco ("Ironweed", "El beso de la mujer araña" y "Pixote"), quien explicó a los medios que "ésta no es una película sobre la masacre", sino un mosaico de la vida diaria en la cárcel. El director se inspiró en un libro de Drauzio Varella, médico voluntario de un programa de prevención del sida en la Casa de Detención de Sao Paulo. Varella, que curó a Babenco de un cáncer linfático, advierte que su libro "Estación Carandiru" "es una ficción basada en historias reales".
"Carandiru" es una fuerte apuesta que desata polémicas, de innegable calidad. Babenco sigue prolijo y su visión crítica de la realidad brasileña se mantiene fiel a su nostalgia por el género que tantas glorias le ha dado la región carioca. Por cierto, ¿por qué no vienen a verla?
Molly Gunn (Britanny Murphy) es la hija de Tommy Gunn, una leyenda muerta del rock and roll. A sus veintitantos años es una musa para los artistas pop newyorkinos que viven la vida fashion de la gran ciudad, pero un día se ve forzada a conseguir empleo (se queda "piolim") y no le queda otra que ser niñera de Ray Schleine, (Dakota Fanning) una poco emotiva pequeñita de 9 años obsesionada con el orden que "nada que ver" con la excéntrica Molly.
Esta dispar relación se convierte en una sólida amistad que supera todas las barreras del relato. Eso sí, en el intermedio, sarcasmos, malas jugadas, trampitas y travesuras entre ellas, lo que enriquece la relación de ambas mujeres.
Un buen ejemplo de cómo una comedia tonta se puede convertirse en una película disfrutable. Al menos, eso lo entendió el director Boaz Yakin ("Remember the Titans"), quien le saca el mejor partido a dos prometedoras actrices: Britanny Murphy ("8 Mille" y "Ni una palabra") y Dakota Fanning ("Mi nombre es Sam"). Pequeñas grandes amigas sigue las reglas básicas del género, pero el aporte del elenco fue vital para que no se cayera en esas tintas blandas, muy blandas.
Tan bien que suena la historia, pero tan mala que es la película. El interés que despierta ese material es irremediablemente apagado por sofocantes actuaciones y una historia tan floja como cualquier cuerda a punto de romperse mientras se filman las arriesgadas escenas.
Puntos a favor: Todas las secuencias de acción son hiper-extremas, tanto así que el coordinador de especialistas Tom Delmar contrató a un total de 178 profesionales de Francia, Austria, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Luxemburgo y Hong Kong para hacer las acrobacias.
Ahora, el filme tuvo su nota luctuosa. El esquiador Werner Koening falleció el 12 de noviembre de 2000 a causa de una avalancha mientras buscaban localizaciones en Verbier (Suiza).
Su director, Christian Duguay, quien ha recibido recientemente sendas nominaciones al Emmy por sus dos trabajos televisivos sobre Hitler y Juana de Arco, ha tenido mejor suerte en películas serie B, que con esta ola de pésimas actuaciones. Recordemos por ejemplo, "The Assigment y Screamers".
Papá o Mamá aburrido, frío y terco cambia de papeles con el hijo inmaduro e inseguro. Sí, ya lo hemos visto desde la prmera "Freaky Friday" en los setentas (Barbra Harris y Jodie Foster) o Vice Versa (Judge Reinhold y Fred Savage), "Like fahter like son" (Dudley Moore y Kirk Cameron), "18 again" (George Burns y Charlie Schlatter) y su mejor propuesta, "Big", la primera nominación al Oscar de Tom Hanks.
La novela de Mary Rodgers, publicada en 1977, "Freaky Friday" viene de vuelta al cine, esta vez con un guión de Heather Hach y Leslie Dixon. El resultado, inexplicablemente delicioso, gracias a Jamie Lee Curtis quien se roba el filme.
Después de cenar en un restaurante chino y recibir las dos la misma galleta de la fortuna, madre e hija regresan al hogar y despiertan a la mañana siguiente reencarnadas la una en el cuerpo de la otra. Palabras más o menos, así funciona la dinámica de esta película que también protagoniza Linday Lohan, la chica de "The Parent Trap", que hizo de gemelas.
Esta actualización de "Freaky Friday" nuevamente se pone como una peliculilla más del montón, con la diferencia de que se trata de Jamie Lee, una de mis actrices favoritas desde "Halloween", "De mendigo a millonario", "Mentiras Verdaderas", "Los enredos de Wanda" y ahora con esta nueva versión de un "Viernes de locos". (3.8)
Recientemente la justicia panameña se pronunció respecto a la paliza de unos reclusos en la demolida Cárcel Modelo. Hoy en carteleras está por desaparecer "Carandiru", la película brasileña más comentada del año, después de la extraordinaria Ciudad de Dios. "Carandiru" es un filme sobre la desaparecida cárcel homónima, que relata la existencia cotidiana de los recluidos en el penal y lo que vivieron en 1992 con el motín que se convirtió en una masacre con 111 víctimas.
Se trata de un gran trabajo de un gran director, Héctor Babenco ("Ironweed", "El beso de la mujer araña" y "Pixote"), quien explicó a los medios que "ésta no es una película sobre la masacre", sino un mosaico de la vida diaria en la cárcel. El director se inspiró en un libro de Drauzio Varella, médico voluntario de un programa de prevención del sida en la Casa de Detención de Sao Paulo. Varella, que curó a Babenco de un cáncer linfático, advierte que su libro "Estación Carandiru" "es una ficción basada en historias reales".
"Carandiru" es una fuerte apuesta que desata polémicas, de innegable calidad. Babenco sigue prolijo y su visión crítica de la realidad brasileña se mantiene fiel a su nostalgia por el género que tantas glorias le ha dado la región carioca. Por cierto, ¿por qué no vienen a verla?
Molly Gunn (Britanny Murphy) es la hija de Tommy Gunn, una leyenda muerta del rock and roll. A sus veintitantos años es una musa para los artistas pop newyorkinos que viven la vida fashion de la gran ciudad, pero un día se ve forzada a conseguir empleo (se queda "piolim") y no le queda otra que ser niñera de Ray Schleine, (Dakota Fanning) una poco emotiva pequeñita de 9 años obsesionada con el orden que "nada que ver" con la excéntrica Molly.
Esta dispar relación se convierte en una sólida amistad que supera todas las barreras del relato. Eso sí, en el intermedio, sarcasmos, malas jugadas, trampitas y travesuras entre ellas, lo que enriquece la relación de ambas mujeres.
Un buen ejemplo de cómo una comedia tonta se puede convertirse en una película disfrutable. Al menos, eso lo entendió el director Boaz Yakin ("Remember the Titans"), quien le saca el mejor partido a dos prometedoras actrices: Britanny Murphy ("8 Mille" y "Ni una palabra") y Dakota Fanning ("Mi nombre es Sam"). Pequeñas grandes amigas sigue las reglas básicas del género, pero el aporte del elenco fue vital para que no se cayera en esas tintas blandas, muy blandas.
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