The West Wing y The Sopranos acaparan Emmys
Publicado 2001/11/06 00:00:00
- Johannesburgo
Las series The West Wing y The Sopranos acapararon la noche del domingo los premios Emmys de televisión, en una sobria ceremonia enmarcada por el clima de patriotismo que embarga a Estados Unidos.
El evento se celebró, bajo fuertes medidas de seguridad, en el reducido teatro Shubert de Los Angeles, en vez del amplio auditorio Shrine como se había pensando para la primera fecha, el pasado 16 de septiembre.
La serie sobre la vida de un presidente en el ala oeste de la Casa Blanca, protagonizada por Martin Sheen, logró cuatro premios y los relatos de un grupo de mafiosos de Nueva Jersey se alzó con tres.
The West Wing, de la cadena NBC, ganó el premio a la mejor serie dramática, al mejor actor secundario (Bradley Whitford), a la mejor actriz secundaria (Allison Janney) y al mejor director (Thomas Sclamme).
Mientras que The Sopranos, de la cadena de cable HBO, se llevó el premio al mejor actor (James Gandolfini), a la mejor actriz (Edie Falco) y a los mejores guionistas de una serie dramática (Robin Green y Mitchell Burgess. El premio a la mejor serie tipo comedia fue para Sex and the City (HBO), la historia de cuatro chicas que viven en Nueva York sus aventuras amorosas.
La historia de Anne Frank (ABC) se llevó el galardón a la mejor mini serie para televisión y la mejor película para televisión fue para Wit, de HBO. La ceremonia de entrega de premios se celebró después de que se cancelara dos veces.Previamente fijada para el 16 de septiembre, tuvo que ser aplazada por los atentados terroristas del 11 de septiembre sobre Nueva York y Washington.
El segundo intento, el 7 de octubre, también fue suspendido debido al comienzo de las represalias de Estados Unidos contra los talibán en Afganistán. La 53 edición de la entrega de los premios a lo mejor de la industria de la televisión tuvo un carácter comedido, solemne y con mucho patriotismo por medio.
La ceremonia comenzó con un ondear de la bandera estadounidense y el canto de "America the beatiful", ya casi el himno nacional del país con los repetidos lemas de "God Bless America" ("Dios bendiga a Estados Unidos").
La presentadora, la actriz y humorista Ellen DeGeneres, rompió el hielo cuando al principio del acto dijo que el programa era transmitido a varios países y que pensaba que "lo que más fastidiaría a los talibán es ver una mujer gay, como ella, vestida con un traje pantalón y rodeada de judíos".
El deliberado tono discreto del evento fue dado por la manera en que vestían los asistentes. Traje y corbata los hombres, en vez del esmoquin de otras ocasiones y las mujeres, vestidos normales, en vez de los trajes de noche, como habían pedido los organizadores.
Se trató sobre todo, de no dar la impresión de ostentación que han dado las anteriores entregas de los Emmys, los Oscar de la televisión, y reducir al mínimo la alfombra roja por donde hacen su entrada las grandes estrellas.
Muchos de los galardonados ni se presentaron a recibir sus premios, dentro de la polémica de que los Emmys tendrían que haberse cancelado definitivamente o haber sido entregados en una sencilla rueda de prensa, como se hicieron recientemente con los Grammys Latinos.
El premio al mejor actor de un programa de comedia fue para Eric McCommarck, por Will and Grace. El de las mejor actriz en esa categoría fue para Patricia Heaton, por Everbody Loves Raymond. Peter MacNicol, uno de los abogados, el de baja estatura, de la serie Ally McBeal, se llevó el premio al mejor actor secundario para una serie de comedia. Y en esa misma categoría como mejor actriz, Doris Roberts, por su papel en Everbody Loves Raymond.
El "Late Show with David Letterman" (CBS) logró el premio al mejor programa de variedades, musical o de comedia. Después de pasar varios vídeos de personas de todo el mundo expresando su solidaridad con EEUU por la reciente tragedia, DeGeneres dijo: "a todos los que nos están viendo por televisión, desde el fondo de nuestro corazones, y no sólo como norteamericanos, sino como ciudadanos del mundo. Gracias, muchas gracias".
El evento se celebró, bajo fuertes medidas de seguridad, en el reducido teatro Shubert de Los Angeles, en vez del amplio auditorio Shrine como se había pensando para la primera fecha, el pasado 16 de septiembre.
La serie sobre la vida de un presidente en el ala oeste de la Casa Blanca, protagonizada por Martin Sheen, logró cuatro premios y los relatos de un grupo de mafiosos de Nueva Jersey se alzó con tres.
The West Wing, de la cadena NBC, ganó el premio a la mejor serie dramática, al mejor actor secundario (Bradley Whitford), a la mejor actriz secundaria (Allison Janney) y al mejor director (Thomas Sclamme).
Mientras que The Sopranos, de la cadena de cable HBO, se llevó el premio al mejor actor (James Gandolfini), a la mejor actriz (Edie Falco) y a los mejores guionistas de una serie dramática (Robin Green y Mitchell Burgess. El premio a la mejor serie tipo comedia fue para Sex and the City (HBO), la historia de cuatro chicas que viven en Nueva York sus aventuras amorosas.
La historia de Anne Frank (ABC) se llevó el galardón a la mejor mini serie para televisión y la mejor película para televisión fue para Wit, de HBO. La ceremonia de entrega de premios se celebró después de que se cancelara dos veces.Previamente fijada para el 16 de septiembre, tuvo que ser aplazada por los atentados terroristas del 11 de septiembre sobre Nueva York y Washington.
El segundo intento, el 7 de octubre, también fue suspendido debido al comienzo de las represalias de Estados Unidos contra los talibán en Afganistán. La 53 edición de la entrega de los premios a lo mejor de la industria de la televisión tuvo un carácter comedido, solemne y con mucho patriotismo por medio.
La ceremonia comenzó con un ondear de la bandera estadounidense y el canto de "America the beatiful", ya casi el himno nacional del país con los repetidos lemas de "God Bless America" ("Dios bendiga a Estados Unidos").
La presentadora, la actriz y humorista Ellen DeGeneres, rompió el hielo cuando al principio del acto dijo que el programa era transmitido a varios países y que pensaba que "lo que más fastidiaría a los talibán es ver una mujer gay, como ella, vestida con un traje pantalón y rodeada de judíos".
El deliberado tono discreto del evento fue dado por la manera en que vestían los asistentes. Traje y corbata los hombres, en vez del esmoquin de otras ocasiones y las mujeres, vestidos normales, en vez de los trajes de noche, como habían pedido los organizadores.
Se trató sobre todo, de no dar la impresión de ostentación que han dado las anteriores entregas de los Emmys, los Oscar de la televisión, y reducir al mínimo la alfombra roja por donde hacen su entrada las grandes estrellas.
Muchos de los galardonados ni se presentaron a recibir sus premios, dentro de la polémica de que los Emmys tendrían que haberse cancelado definitivamente o haber sido entregados en una sencilla rueda de prensa, como se hicieron recientemente con los Grammys Latinos.
El premio al mejor actor de un programa de comedia fue para Eric McCommarck, por Will and Grace. El de las mejor actriz en esa categoría fue para Patricia Heaton, por Everbody Loves Raymond. Peter MacNicol, uno de los abogados, el de baja estatura, de la serie Ally McBeal, se llevó el premio al mejor actor secundario para una serie de comedia. Y en esa misma categoría como mejor actriz, Doris Roberts, por su papel en Everbody Loves Raymond.
El "Late Show with David Letterman" (CBS) logró el premio al mejor programa de variedades, musical o de comedia. Después de pasar varios vídeos de personas de todo el mundo expresando su solidaridad con EEUU por la reciente tragedia, DeGeneres dijo: "a todos los que nos están viendo por televisión, desde el fondo de nuestro corazones, y no sólo como norteamericanos, sino como ciudadanos del mundo. Gracias, muchas gracias".
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